Capitulo 25

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—Lo siento mamá, te prometo que no volverá a suceder. -pasaban de las 9:00 de la noche y yo iba llegando a casa, voy subiendo las escaleras para llegar a mi habitación-.

Llegue a mi habitación, lance mi mochila a un lado, tome mi pijama y entre al baño, cepille mis dientes, me coloque la pijama y salí del baño para finalmente dormirme, comencé a destender  mi cama, unas manos heladas me tomaron de la cintura y con una mano me taparon de la boca para detener el grito ahogado que estaba por salir de mis labios, mi piel se erizo al instante.

—pensé  que habíamos hecho un trato. -susurraron en mi cerca de mi oido-. —Sigues siendo la chica mala que conocí. -sentí un alivio al reconocer la voz de Michael, y poco a poco fue soltándome de su agarre-.

—Eres un idiota, mes has sacado un gran susto. -coloque mi mano en mi pecho-.

—Tu pijama te va muy bien. -sonrío cínicamente colocando una mano sobre su barbilla-.

Tome rápidamente la cobija y me cubrí, había olvidado que mi pijama consistía en un pequeño short y una blusa de tirantes. —Sal ahora de mi habitación. -le apunte hacia la ventana por donde había entrado-. — acaso Bella no te quizo dar una noche de placer. -sonreí, golpe bajo para Michael-.

Comenzó a caminar hacia mi con una sonrisa.—La deje, para venir por ti.

—mala decisión. -retrocedí-. —No quiero estar contigo, ahora largo. -comencé a lanzarle las almohadas ala cara para que se fuera-.

—Bien, pero el sábado alas 5:00 será nuestra salida, iremos ala feria, no creas que se me ha olvidado. -camino hacia la ventana, se despidió con la mano y con un ágil movimiento ya se encontraba en el suelo del patio delantero y corrió hacia su auto-.

(•••)

Sábado....

—¿Por qué no usas un vestido? -me hablo Sam mientras husmeaba en mi clóset-.

—Odio los vestidos, además iremos a una feria, no pienso enseñar mis calzoncillos cada vez que me suba a un juego diferente, que tiene de malo usar mis vans, con mis jeans, y mi blusa...

—Pues que están sucios y viejos. -me interrumpió-.

—Gracias. -hice un ademán con mis manos y seguí colocándome un poco de maquillaje-. —Es una salida de amigos

—Claro, pero bien que te interesa el chico. -Sam me miro de reojo-

—Como sea. -camine hacia mi cama y tome la ropa que iba a usar-. —No cambiare de ropa solo para verme atractiva ante el. -me coloque mis jeans y una blusa de tirantes negra, encima de esta coloque un suéter rojo y como siempre mis viejas y confiables vans negras-.

(•••)

—Y a cual juego te quieres subir primero. -preguntó Michael mientras observaba todos los juegos.

Observe los juegos y con una sonrisa mire a Michael. —Ese. -señale la montaña rusa. —Quiero que subamos a ese primero. -tome a Michael del brazo y lo lleve a rastras hasta la fila del juego.

—¿Estas segura? -preguntó con dificultad y asentí con la cabeza.

Estuvimos formados un buen tiempo tiempo hasta que llego nuestro turno, Michael se miraba un poco pálido e inquieto.

—Michael, estas seguro que quieres subir, ¿si te encuentras bien?, si quieres pode...

—Estoy bien niñata -me interrumpió, me tomo de la mano y me ayudo a subir al juego. —Si sientes miedo, puedes abrazarme. -sonrío.

—Eres un tonto sabias. -rodee los ojos. —El que terminara abrazándome será otro.

El juego comenzó a avanzar despacio, hasta que llego a una cima y comenzó a descender velozmente, comencé a gritar y alce mis manos al cielo para sentir como la adrenalina y miedo corrían por todo mi cuerpo, en cambio Michael tenia ambas manos colocadas sobre la agarradera del juego y llevaba los ojos cerrados, yo seguía disfrutando el juego, en cambio  a Michael se le miraba muy mal. Bajamos del juego y Michael se miraba muy amarillo.

-comencé a burlarme de Michael. —Te asusto eso. -señale la montaña rusa

—Claro que no. -me miro fijo a los ojos. —Solo que comí mucho antes de subirme y pues me hizo mal. -alzo los hombros restándole importancia.

—Bien, de ser así, creo que no te importara si me acompañas a comer una rebanada de pizza.

—Aun hay espacio en mi estomago para algo de pizza. -soltó una risita.

Subimos a un par de juegos mas y después fuimos por la pizza, entramos a un pequeño local, nos sentamos en una de las mesas más alejadas de todos y comenzamos a charlar mientras llegaba el pedido.

—¿Vendrás a vernos dar nuestra primera tocada? -me pregunto Michael, tenía su mirada puesta en una pequeña familia que pasaba frente nosotros.

—Claro, no me la perdería por nada del mundo, además ese día es tu cumpleaños. -le tome su mano que tenía sobre la mesa, desvió su mirada de la venta y la puso su vista en nuestras manos, yo lo miraba con una sonrisa.

—Cada vez me hago mas viejo. -sonrió. —Me alegro que vallas, digo, así puedes grabarnos y subir el video a YouTube.

Una chica con uniforme rojo se acercó hacia nosotros, solté de la mano a Michael para que la chica pudiera dejar la pizza sobre la mesa, después de unos instantes se retiró del lugar.

—Es el próximo sábado... -Michael mordió su pizza

—Bueno pues allí estaré. -mordí al igual la mía.

Eran las 8:00 de la noche, ya habíamos subido ala mayoría de juegos, caminábamos entre la gente que caminaba para todos lados, pasamos por enfrente de unos puestos donde lanzabas unas pelotas y tirabas una botellas y así ganabas un premio.

—Vamos. -Michael me tomo de la mano y me llevo hacia el puesto. —Quiero un juego. -le dijo al hombre que se encontraba del otro lado del mostrados y este le entrego tres pelotas a Michael, comenzó a lanzar las pelotas y logró tirar los tres objetivos sin problemas.

—Felicidades joven, puede elegir el regalo que usted guste. -dijo amablemente el señor.

—Quiero el gato que está allí. -señaló el estante mas alto, el señor le entrego el gato y comenzamos nuestro camino hacia el auto para volver a casa. —Toma, lo gane para ti. -me dio el gato y lo tome con una gran sonrisa. —Será un recuerdo de este día

—Lo cuidare con mi alma. -respondí y observe el gato

—¿Puedo? -me pregunto pero no entendía a que se refería hasta que sentí como pasaba uno de sus brazos alrededor de mis hombros y me atraía mas hacia el, no dije nada y solamente me deje llevar, llegamos al auto y subimos en el, comenzó a conducir, ambos íbamos en silencio, no era un silencio incomodo, al contrario era agradable, después de 15 min llegamos a mi casa.

—Gracias por lo de hoy. -lo mire y sonreí.

—espero y halla próxima. -me regreso la sonrisa

—Si que la habrá, bueno te veo el lunes en la escuela. -estaba por salir del auto cuando me tomo de mano y me detuvo.

—¿Un abrazo de despedida?. -me miro haciendo un puchero.

—Esta bien. -me adentre de nuevo al auto y lo abrace, duramos unos minutos así hasta que me aparte de el y le sonreí. —Adios. -camine hacia mi casa.

Over Again || Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora