Siempre Nuestros

Prólogo

Siempre Nuestros

Comprendió lo que sentía por la pequeña rubia cuando era niño, siempre fue su persona favorita, le gustaba escucharla cantar a todo momento y los pequeños espectáculos que creaba para toda la familia, conocía cuál era su sueño cuando creciera, y estaba seguro de que podría lograrlo.

Cuando tenía ocho años le prometió ser siempre suyo, una promesa que hasta sus trece años cumplió a la perfección, pero justo ese año, descubrió con algo de pesar, que no era el hijo biológico de sus padres, y se preguntó ¿Cómo no lo había descubierto antes?, él era el único de la familia que tenía el cabello negro, con ojos azules, pronto descubrió que esos rasgos provenían de su madre biológica.

Le insistió tanto a su padre que lo llevara a conocer al resto de su familia, con la vaga esperanza de que lo recibieran y pudiera conocer sus orígenes; ese fue el primer gran error de su vida. La familia de Emily Dickens, su madre, no era más que gente interesada en saber cuánto dinero podían obtener de él; al poco tiempo de conocerlo descubrieron el trabajo de sus padres adoptivos y la relación que estos tenían con los Everly.

Pero ilusamente él no se había percatado de aquello, sabían actuar muy bien frente suyo, tristemente, cuando alcanzó sus dieciocho años, comenzaron a intentar robarle dinero, Matt Salvatore lo impidió y un año después tomó la decisión de volver a casa; junto a su pequeño canario, al que había estado ignorando con éxito, por mucho tiempo.

No era su intención hacerlo, cuando su mejor amigo, alias hermano mayor de la rubia, descubrió lo que sentía, prácticamente lo obligó a elegir entre su amistad y ella. Jake Everly siempre fue una persona increíble, leal, honesto, cariñoso, pero sobre todo protector, aún más cuando se trataba de sus hermanitas.

Así que él día en que partió de casa, rechazó a la niña que le había confesado sus sentimientos, él estaba tan feliz de escucharla que solo quería abrazarla para jamás soltarla, pero... no podía traicionar así a su mejor amigo, así que la rechazó, diciéndole que jamás podría fijarse en una niñita como ella.

Trató de contactarlo, pero no atendió jamás, incluso les pidió a sus amigos que no la mencionaran, si quería sacarla de su mente debía evitar tener noticias de ella, y aunque trató con todas sus fuerzas de suplantarla, su corazón siempre se negó a olvidarla.