Notificación

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No lo podía creer, mi Antonia estaba ahí , un reencuentro esperado por mí, no sé si por ella, pero por mi parte yo estaba muy feliz, la volví a ver después de cerrar mis ojos por milésima de segundos, pensé en que podría ser mía nuevamente, Carolina extrañada se preguntaba qué sucedía, que pasaba, me miraba fijamente y vio que yo cada vez me alejaba más y más, me alejaba a los brazos de Antonia, pensaba en que el amor que existía hace dos años seguía latente, pensaba que ella me iba a ver y se iba a emocionar , que me iba a dar un beso apasionado como recompensa de todos los días que no tuvimos contacto alguno , que recordaría al igual que yo de todos los momentos que vivimos juntos, de nuestra relación que duró unos cuantos meses después de que todo esto se revelara , crucé la multitud como pudiese, estaba a centímetros de ella, sin pensar en nada, sorprendido todavía, le toqué el hombro , ella enrarecida me miró desde la punta del pie hasta el último pelo de mi cabeza me miró extrañada y me di cuenta de que no era Antonia, pues Antonia se encontraba al lado de esa niña, le pedí disculpas y continué con lo mío, después del ridículo y vergonzoso momento que pasé, nuevamente toqué el hombro de supuestamente Antonia, esperaba que no me equivocara y ahora sí acerté, Antonia con su linda carita me sonrió, con sus lindos brazos me abrazó y con sus frágiles labios me besó, eso... me imaginé que haría, pero no fue así, al contrario , se dio media vuelta ,me miró y ni siquiera sonrió, me quedo mirando indiferentemente y siguió su camino. 

 Ante todo lo ocurrido precedentemente, decidí dar unos cuantos pasos a atrás y rendirme, acabar con estos estúpidos sentimientos que llevaba dentro de mí, y matar las recientes mariposas en el estómago que me había provocado Antonia. Carolina me miraba y yo decidí irme caminando sin darle explicaciones a nadie, enojado, triste y decepcionado, caminé pensando por qué no me habló ni se alegró de verme, quise buscar una solución para aquel suceso, pensé en que no me reconoció por mi corte de pelo nuevo, o por mi aro o por mi uniforme y mi corbata a rayas, no lo entendía, llegué a mi casa, esta vez no encendí el computador ni la radio y me quede escuchando las estúpidas discusiones de mis padres... y de un momento a otro me quedé dormido. Al otro día desperté como si nada, agarré el celular e intenté comunicarme con Carolina, la llamé y no contestaba, le envié un par de mensajes en WhatsApp pero no había señal de vida. Dejé de insistir, a lo mejor al igual que yo quería estar sola un momento. Quería dejar de pensar en todos los problemas que teníamos, me sentía mal, desearía que todos se fueran a la mierda, y me dejaran tranquilo para siempre. 

Lunes, que divertido lunes, fingiendo una sonrisa llegué al liceo... y allí, se encontraba Carolina, estaba enojadísima conmigo, se le veía la rabia en sus ojos, ya conocía todas sus actitudes en el poco tiempo que habíamos compartido. Debía estar enojada por dejarla sola e irme sin darles explicación, se veía triste y con miedo, no entendía porque, me miraba distinto, era como si algo malo le estuviera sucediendo y que yo era el culpable de su propia infelicidad.

Me acerqué a ella y entre lágrimas me dijo que la habían asaltado, pensé que era una broma, en qué momento había sucedido eso, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿por qué?... me puse a pensar un minuto y sí era verdad, la habrían asaltado en el momento en que la dejé sola y me fuí como un marica sin darle explicación alguna. Me sentía culpable de lo sucedido, sólo por dejarme llevar por un ex amor dejé botada a mi mejor amiga, no podía entender por qué lo había hecho. Le expliqué todo sobre lo de Antonia, le dije que todavía la amaba, a pesar de que habían pasado años sin tener contacto alguno con ella, y que ayer cuando la ví me sentí maravillado con verla, ilusionado, pensé en que se alegraría de verme y que íbamos a estar juntos nuevamente, pero no fue así y que por esa desilusión, me fuí cabizbajo y triste, pensando en que toda esa situación ocurrida se iba a olvidar enojándome con todo el mundo y yendo solo y rápido a casa... En ese instante Carolina se secó una lágrima con su pequeña mano y se largó, no entendía que sucedía nuevamente, solo sabía de qué ambos nos sentíamos mal, muy mal. Me sentía culpable por todo los problemas de Carolina, por los problemas míos y por lo de mis padres, sé que no tenía la mayor culpa de aquello, pero igual formaba parte de ellos.

VIDA DE UN ADOLESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora