Nada bien

32 3 1
                                    

Día martes, día soleado después de una gran tormenta como la de ayer, con Carolina ya estábamos bien y con Antonia todo iba cada vez avanzando más y más. Nos íbamos a juntar, cada día que pasaba era una aproximación a la victoria y el amor eterno, creo en el amor, volví a creer en el amor, lo gritaría al mundo entero, estaba muy enamorado. Todo iba bien, menos la relación de mis padres, aquella empeoraba. No sé qué pasó por sus cabezas cuando se casaron, el amor es loco y a la persona que amas no le miras ningún defecto, solo virtudes, ese es el problema de todas las parejas que se separan además de no escucharse y no respetar las ideas del otro. Todo se iba lentamente a la mierda. Bajé rotundamente mis calificaciones, mi conducta empeoraba y ya no quería saber nada más de nadie, ni siquiera de Antonia. Citaron a mis padres dos veces seguidas en solo una semana y yo ya estaba condicional en el colegio. Fue un día viernes, un día antes de juntarme con Antonia cuando mis padres discutieron a más no poder, llegaba del liceo entre medio de gritos y palabrotas cuando mi padre le pegó una cachetada enfrente mío a mi madre, yo quedé sorprendido, ¿mi padre pegándole a mi madre? Nunca, pero nunca me lo imaginé de él, en ese instante me sometí a la discusión e intenté defender a mi madre, cuando todo salió de control y lancé un vaso que había en la mesa al rostro de mi padre, de su frente salía un gran cúmulo de sangre, mi madre lloraba y yo tenía un gran sentimiento de culpa, toda esta situación por semanas, meses y años ya me superaba y hoy fue el día en que crucé todos los límites, incluso los indebidos, sabía que estaba mal lo que hice pero necesitaba defender a mi madre, pero a eso salí por la puerta corriendo hacia un viaje sin destino alguno pero ya estaba oscuro y necesitaba refugio, pasé la noche donde Carolina, sus padres entendieron la situación y me dieron hospedaje por una semana a lo que yo no accedí, no tenía ropa, no tenía nada, solo cuadernos y lápices que utilicé ese día en el liceo. Recuerdo que esa noche mis llantos no paraban y Carolina intentaba espantar las lágrimas pero no podía lograrlo.
Sábado 15 de Mayo, día especial, me juntaría con Antonia no sabía si ir o no, estaba destruido, esa tarde agradecí a Carolina por el hospedaje, tomé una ducha y marché rumbo a la "cita" un poco mejor después de lo ocurrido, solo un poco. Tomé la micro y llegué donde estaba Antonia esperándome, no lo creía, estaba enfrente mío, la vi , la saludé , la abracé y solté unas cuantas lágrimas, me sentí patético, Antonia me preguntaba qué sucedía y así me invitó a su casa, sus padres no estaban, solo yo y ella. Le conté lo sucedido con mis padres y viendo toda esa situación Antonia me consoló regalando un apreciado abrazo que no olvidaría jamás, en ese instante me fui alejando poco a poco de sus brazos pero poco a poco acercándome a su cara inconscientemente a lo que eso ella corre su linda cara y me dice "Lo siento Jorge, tengo novio" esas palabras marcaron lo más profundo de mi corazón, ya sabía que tenía novio, lo entendía pero no quería, porque pasó eso, me sentía vacío, reaccioné parándome y yéndome rápido de ese lugar, llegando a mi casa ese día por la tarde, no quería ver la cara de ninguno de los dos, no me daba la personalidad para enfrentarlos, pero debía hacerlo y solucionar de inmediato esto porque si dejaba esa herida abierta , esta se complicaría aún más con el tiempo. Abrí la puerta, no había nadie, existía un silencio profundo, una nueva familia chilena se había destruido, los cuadros familiares ya no estaban colgados en el living, ya todo cambió para siempre, nada volvería a ser lo mismo. Subí a mi habitación, estaba igual como la había dejado el día anterior de juntarme con Antonia, decidí recostarme sobre la cama, mirar el techo y recapacitar, pensar y creer todo lo que había estado sucediendo. Este año sí que no está siendo bueno, para nada.

Ya era de noche e invité a Carolina a mi casa, necesitaba un hombro para llorar, le conté todo lo que sentía, todo lo que creía que pasaría después de esto, lo que pasó con Antonia, Vitoria, Julieta, TODO. Ya en realidad no me importaba nada, ya nada me causaba impresión, pero aun así me dañaba...

Solté unas últimas lágrimas ya secas, cerré mis ojos hinchados y me quede dormido.


VIDA DE UN ADOLESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora