Chap #3

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Lucía estaba que echaba chispas, no podía ser posible que tendría que subir sus maletas ella misma, no podía creérselo, si fuera por ella, en ese mismo instante ya se habría marchado de aquel inmundo lugar, pero les había prometido a sus amigas el mejor verano de sus vidas, y con la discusión con padres, ya no podía dar marcha atrás.

Y ahora estaba ahí liderando esa primera disparatada aventura que había iniciado por un tonto capricho suyo, arrastrando a sus queridas amiga Sophie y Abi, al pie del estacionamiento, junto a sus maletas, no podía comenzar peor.

-¿Podemos Ayudarlas en algo?-

Lu se giró de golpe, y vio a un monísimo muchacho rubio y encantadoramente apuesto, sin embargo con el humor que estaba eso le importaba en lo más minimo, en lo único que podía pensar era en lo caro que le estaba costando esa rabieta, y lo herido que estaba su orgullo.

-¡Por supuesto!– Contestó coquetamente Abigail al darse vuelta y ver a un chico tan guapo.

-¡Claro que si!– Contesto Sophie asintiendo con el mismo entusiasmo de su amiga.

-¡No! ¬¬ - Soltó Lú malhumorada.

-¿Serian tan amables de ayudarnos a subir nuestro equipaje?– preguntó sonriente Abi haciendo caso omiso al comentario de su amiga.

-Por supuesto– sonrió el Apuesto Infante de Castilla –mi nombre es Fernando Wallace-.

-Abigail Ruano Mancini, encantada– sonrió con toda su desbordante gracia Abigail.

-Un placer– respondió Fer con la sonrisa mas sexy que podría tener, besándole la mano– Ellos son mis amigos Leonardo Black y Cristóbal Iglesias.

-¡Oh! ¡que gusto!– sonriéndole Abigail atrevidamente -Y ellas son Lucía Dassi y Sophie Olías, mis amigas-.

-Un gusto Señoritas, ¿En que piso están?– pregunto Cristóbal muy interesado y con una sonrisa de portada de revista.

-En el Departamento 20, Quinto y ultimo piso– Contesto con una suave y hermosa voz, Sophie

No hizo falta nada para que Leo, Cristobal y Fer tomaran las maletas de las chicas. Dentro de ellos, no hacían más que pensar en la suerte que habían tenido, hacia tan solo unas horas que habían llegado y ya se habían encontrado a tres chicas, además de que iban a ser sus vecinas. Fernando cogió las de Abigail, Cristobal las de Sophie y supuestamente, Leonardo las de Lucía.

-Puedo sola– contesto Lú de muy mal humor.

-No es ninguna molestia– insistió Leo intentando parecer galante y cortés.

-No, he dicho que puedo sola– Dijo Lú tomando sus maletas impidiendo que el joven príncipe las llevará.

Estaba totalmente empeñada en demostrarle a todos que ella era capaz de valerse por si misma, empezando por subir sus pesadas maletas hasta la cuarta planta de un piso sin ascensor.

-Como quieras– dijo el príncipe molesto.

Odiaba a las chicas como ella, que no se dejaban ayudar. Una de sus tácticas para conquistar, y que siempre funcionaba, era la de ayudar a una "damisela en apuros". Primero la ayudaba a subir las maletas hasta su casa, luego ella se lo agradecería invitándolo a tomar un café o algo por el estilo, y el resto, pues no hacía falta explicarlo.

-Muchas gracias por ayudarnos– sonrió Abi derrochando encanto –No sé qué habríamos hecho sin su ayuda-.

-No ha sido nada– sonrió Fer –Ya saben, estamos en el departamento de a lado para lo que necesiten, no duden en llamarnos-.

-"Que no te quede la menor duda"- pensó Abigail al mismo tiempo que miraba con descaro al muchacho –Gracias-.

-Creo que iremos a ayudar a su amiga– sugirió Cristóbal, viendo que Lucía aun no llegaba al Quinto piso.

-No hace falta... dijo que podía SOLA– dijo Leonardo apareció por las gradas realmente disgustado.

Bueno, eso de que Lucía podía sola, era una mentira más grande que una catedral. A duras penas se había colgado el bolso en el hombro derecho, y en cada mano, llevaba una pesada maleta y tirando de la maleta mas grande detrás suyo. La verdad es que las dichosas maletas pesaban una barbaridad. Podía coger solo una maleta y subirlas arriba y después bajar por las otras. Pero no. ¿Y si dejaba las maletas abajo y las robaban? Con tan solo pensarlo se le ponían los pelos de punta.

Después de una hora, logro llegar al departamento. Llamo al timbre y espero que abrieran. Fue Abi la que le abrió con una sonrisa.

-¿Que tal esa nueva experiencia?– sonrió Abigail.

-No estoy de ánimos– Lú desvió la mirada molesta entrando al Departamento.

-¿Porque no has dejado que Leo te ayudara?– preguntó Abigail.

-Porque no– dijo Lú cerrando la puerta del departamento tras de si –Es de esos chicos que piensan que las mujeres no valemos para nada, que somos unas inútiles-.

-¿No crees que te estas tomando todo esto muy enserio?– cuestionó Sophie.

-No lo creo– dijo Lú muy convencida –Bueno, ¿que hacemos ahora?-

-¡¡Buff!! Yo estoy agotada– se estiró Sophie en la amaca que colgaba en el balcón.

-¿Agotada?, Nada de eso, aún queda mucho por hacer, así que se me van cambiando de ropa que vamos a limpiar todo esto– ordenó Lucía.

-No lo dirás enserio, verdad?– pregunto Abi desconcertada, pero la mirada seria de Lú basto para que no replicara –Y ¿que nos ponemos?-

-Algo de casa, no se, algo deportivo y cómodo– dijo Lú dirigiéndose a su nueva habitación.

Tu & Yo? Ni En Tus Sueños!!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora