SINOPSIS
Él, un príncipe Heredero.
Ella, una joven de Alta Sociedad.
Están comprometidos desde pequeños y ni siquiera se conocen.
¿Qué pasará cuando descubran
Que la persona con la que van a casarse
Es aquella que le ha hecho la vida imp...
-Lú! Lú!- gritó Abi desde la puerta de su habitación.
-Que pasa- dijo despertando con voz grogui.
-Date prisa o llegaras tarde-dijo Abi moviéndola.
-¿Qué hora es?- preguntando la joven sentada y estirándose en su cama
-Las 7 y media- Le comento- Abi sentada también en la cama de Lú
-Queee!-
De un salto salió de la cama, a los quince minutos, ya estaba vestida, y salió corriendo del cuarto con el pelo húmedo, con los zapatos en la mano y terminando de abrocharse la camisa. Le dio un beso en la mejilla a sus amigas y salió, Cuando salió a la calle, busco su bello convertible, pero no lo encontró.
-¿Y mi deportivo? ¿Dónde estás cariño?– murmuró –Juro que lo aparque delante de la puerta.
Bueno, había un auto delante de la casa, un convertible, pero no era el suyo. Este estaba pintado escandalosamente de color neón que iban del fucsia al verde fluorescente, a rayas y motas como si fuera un dálmata. Lucía lo vió bien, con detenimiento, la matrícula y abrió los ojos como platos. ¡¡Ese era su AUTO!!.
-¡Lo mato, juro que lo mato!– siseo al ver una nota enganchada al parabrisas:
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Lucía arrugó furiosa la nota y entro maldiciendo al Edificio.
-¿Quién se creía ese tipo para pintarle su precioso auto? Dios sabia lo mucho que quería ella a su deportivo rojo convertible, eso lo pagaría caro ¡Oh si! Muy caro!.- Llego jadeando a la puerta de Leo y no dejo de tocar el timbre.
Al escuchar el timbre sonar de forma tan insistente, Fernando se levantó de la mesa para atender la puerta.
-No abras- Le advirtió al instante Leo.
-¿Porque? Parece importante- Le contestó preocupado el joven castaño.
-No es nada importante... Es sólo Lucía- Dijo Leo como si no fuera gran cosa.
-¿Que has hecho ahora?- le pregunto Cristóbal mirando a su amigo, cerrando el libro que estaba leyendo, preparándose para escuchar su respuesta.
-Sólo mira al estacionamiento y verás- dijo el joven príncipe, sintiéndose orgulloso de su obra de arte.
-¡Ese es el auto de Lucía!- dijo Fernando sorprendido viendo hacia el estacionamiento del edificio.
-Esta vez te va a matar– dijo un Cristóbal muy serio -Te has pasado y no sabes donde te has metido.
-Oh vamos! Que puede hacerme una niña malcriada como ella?- dijo Leo en forma indiferente.
-¿Y porque no le abres? Tienes miedo?- dijo Fer con una sonrisa algo desafiante.
-JA! JOSÉ LEONARDO BLACK NUNCA tiene miedo... Es sólo que me acabo de levantar y no tengo ganas de soportar sus estupideces- Se excusó algo grogui.
-No me parece ninguna estupidez lo que has hecho, La has enfadado, y mucho- Lo reprendió muy serio Cristóbal.
-Si y con las veces que lo ha hecho ya, hasta parece que le GUSTA verla enfadada- dijo Fernando.
-No digas estupideces– dijo con molestia –Por favor, desconecta el dichoso timbre, me va a reventar los timpanos!-
En todo el rato Lucía no habia dejado de tocar el timbre, y varios vecinos ya habían salido por el escándalo. Al ver que no lograba nada con el timbre, decidió golpear la puerta y gritar.
-LEONARDO BLACK, SAL DE AHÍ SI ERES HOMBRE. ENFRENTATE! -
-Lú, pero que haces con el hacha para romper el cristal de la alarma de incendios?!- pregunto Sophie viéndola parada frente a la puerta de sus vecinos-
-¿QUE "QUE" HAGO AQUÍ? ESTOY ESPERANDO A QUE SALGA EL CRETINO DE BLACK, PARA CORTARLE LA CABEZA DE UNA RODAJA!-
-¿Que ha pasado ahora?- Salió Abi, al escuchar los gritos de Lú.
-ESE MALDITO IMBECIL SE ATREVIÓ A TOCAR MI AUTO! ESTA VEZ SI JURO QUE LO MATO, AUNQUE SEA LO ULTIMO QUE HAGA-
-Vamos cariño, tranquilízate y entremos al piso- Sophie apaciguó a una agitada Lú, arrastrándola hacia el interior su departamento.
-Siéntateaquí, y yo llamaré a los Señores Jinez para decirles que irás un poco tarde-dijo Abi alcanzándole un vaso con agua.
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En los hermosos jardines del Palacio Louvell, se encontraban charlando animadamente, los reyes y padres de Leonardo con unos entrañables amigos.
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-¿Como irán las cosas por la playa?-Comento La Reina Denisse, dejando su taza de té y mirando amigablemente y de forma cómplice hacia su invitada.
-Espero que todo bien...De pequeños se llevaban de maravilla- comento Georgina Dassi, emocionada de tan sólo pensar en la idea.
-Oh si! Aun recuerdo lo bonitos que se veian tomados de la mano, creo que fue estupendo comprometerlos cuando eran pequeños-.
Denisse y Georgina junto al rey se encontraban disfrutando de la soleada mañana y el paisaje en los jardines del Palacio, ambas amigas desde la universidad, se encontraban expectantes y ansiosas por la grandiosa idea de unir a sus hijos en matrimonio.
Tengan en consideración que ambos ya son mayores, Jose ha cambiado bastante, aunque sigue siendo un buen chico, puede tornarse un tanto caprichoso y necio.-Comento el Rey Charles-.
-A mi hija le pasa lo mismo, tiene un carácter muy fuerte y siempre consigue lo que quiere, no soporta que nadie le lleve la contraria, y cuando se enoja, es peor que Gozzilla –dijo Gina rodando los ojos.
-No creo que sea para tanto, Maria debe estar solo en la edad, se les pasara, además lo importante es que las cosas marchen como lo planeamos, estoy ansiosa por saber si ya se conocieron- dijo Denisse mirando unas fotografías de su hijo y su prometida cuando eran infantes.
-Estoy seguro de que si. Date cuenta que llevan mas de una semana allí, y viven casi pared con pared, Fue una suerte que Tomás (mayordomo de Leo) y Minerva (Ama de llaves de Lú) nos dejaran sus departamentos, así se conocerían antes de saber que están comprometidos.
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Mientras tanto en los departamentos de playa
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-Ding! Dong!-
-¡Ya va!- contesto Abi al timbre que sonó en la entrada del depa.
