Juré no volver a escribir sobre ti,
Pero me di cuenta muy tarde,
Que desde aquel momento en que te ví,
Mi propósito era buscarte.
Dirás que no estás hecha para mí,
O que tus gustos no navegan por aquellos mares,
Yo respeto lo que has decidido,
Ya que soy adulta y tú también,
Por ello sé que forzar algo,
Nunca para en nada bien.
Pero tienes que entender
Que frente a ti mi sentido común falla,
Las siete maravillas de mi mundo
Se conjugan en tu persona
Y delirando en tu dulce aroma
Olvidaba fechas y horas.
No me hables de dificultades
Cuando yo preferiría pasar
Por los siete infiernos de Dante
Antes de enfrentarme a los diez centímetros de vacío
Que hay ente tu hombro y el mío
Cuando te sientas a mi lado ignorando mi suplicio.
Sí, creo que un viaje así es lo necesario
Para purificarme de la maldición
Que ha dejado tu sonrisa
En mi maldito corazón.
¿A dónde peregrinan los despechados?
Para preparar las maletas, por la mañana salir
¿Dónde trafican con el olvido en pastillas?
Pues con 80 miligramos tres veces al día
Quiero esta angustia dormir.
Quise creer en un ideal
De una historia con un final feliz,
Chocando con la realidad
De que tu boca y mi boca
El mismo verso no podrán compartir.
Esta carta se alarga demasiado,
Eso pensarás,
Pero te dejaré algo en claro:
Que aunque cada grano de arena fuera página,
Cada gota de agua en el mar tinta,
No me sería suficiente para escribir
Ni un cuarto de lo que siento por ti.
Y en el atardecer de mis años,
Cuando mis días se vuelvan grises,
Seguiré recordando de tus cabellos su vaivén castaño,
De tus ojos su inteligencia intrínseca
Y de tu ser, su esencia irrepetible.
Para mis últimas letras solo quiero despedirme,
Agradeciéndote volver a ser mi musa
En otra de mis noches tristes.
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letras introvertidas
Puisicompendio de poemas, cuentos, ensayos y pensamientos ocacionales