Vegeta se niega totalmente a hacerse cargo de Trunks, pero a pesar de todo Bulma decide dejarle al bebé e irse a su viaje de negocios...
Ya eran más o menos las 9 y media de la mañana y Vegeta todavía se encontraba durmiendo...raro en él, porque generalmente se levantaba muy temprano para ponerse a entrenar, pero al parecer el entrenamiento anterior lo había dejado muy exhausto. De pronto un fuerte llanto proveniente del cuarto de su hijo lo hizo despertarse sobresaltado. Miró a ambos lados de la habitación y como el llanto lo estaba irritando se puso a gritar:
- ¡MUJER! - gritó molesto - ¡CALLA A ESE NIÑO QUE ME VAN A REVENTAR LOS OÍDOS! - esperó unos segundos pero al no escuchar nada volvió a gritar - ¡MUJER! ¡¿EN DONDE ESTAS?!
No oyó ninguna contestación, porque generalmente Bulma le gritaba de regreso cuando la llamaba así. Miró el espacio vacío en la cama al lado suyo, lo tocó y notó que estaba frío... eso indicaba que su esposa ya se había levantado desde hacía mucho rato. En ese momento recordó la discusión que tuvieron la noche anterior y murmuró a la vez que abría los ojos...
- No creo que lo halla hecho...¡NO ES CAPAZ DE HABERLO HECHO! - dijo Vegeta nervioso y rápidamente se levantó y se calzó sus botas, no tuvo la necesidad de vestirse porque había dormido con la misma ropa del día anterior. Generalmente tenía esa costumbre, a pesar de que Bulma le decía lo contrario.
Salió de su habitación y comenzó a llamar a su esposa a todo pulmón...
- ¡BULMA! ¡SAL DE DONDE ESTES! ¡SI LO QUE QUIERES ES JUGARME UNA DE TUS BROMAS, NO ME ESTA HACIENDO NINGUNA GRACIA! ¡VAMOS, VEN AQUI!
Vegeta ya estaba bastante nervioso e irritado al darse cuenta que no había nadie en la casa porque no pudo sentir por ninguna parte la presencia de Bulma. Además sus gritos solo hicieron que el llanto de Trunks se volviera más fuerte. Vegeta sentía que su cabeza iba a estallar y como un energúmeno fue al cuarto de su hijo. Al entrar en la habitación la vio totalmente decorada con muñecos, cosas de colores, sonajas, adornos que colgaban del techo...no es que nunca hubiera entrado al cuarto del niño, sólo que casi nunca lo hacía y como había pasado un buen tiempo desde que entró por última vez, la decoración había cambiado. Esto no le agradaba en lo absoluto, porque de niño él nunca tuvo nada de estas cosas...su única decoración eran tubos que colgaban de un lado a otro, cables de energía, máquinas de monitoreo... así era la sala de incubadoras en Vejitasei por lo poco que recordaba y trataban a los recién nacidos como experimentos antes de seleccionar a los más fuertes que se convertirían en futuros guerreros.
De nuevo el llanto de su hijo lo sacó de sus pensamientos y molesto se acercó a la cuna. Trunks lloraba desconsoladamente, su carita estaba muy roja y sus ojos humedecidos. Vegeta sin preocuparse de eso le dijo con voz potente...
- ¡¿QUÉ DIABLOS TE PASA, MOCOSO?! ¡YA DEJA DE LLORAR!
Trunks detuvo su llanto y miró a quien le había gritado. Lo miró con una mezcla de asustado y curioso unos instantes, pero al momento cerró los ojos y reanudó su llanto aún más fuerte. Vegeta no pudo hacer otra cosa que cubrirse sus oídos...esto era demasiado para él. Entonces, vacilando un poco, Vegeta lo levantó sosteniéndolo debajo de las axilas con ambas manos y lo colocó a la altura de sus ojos y volvió a gritarle:
- ¡¿ACASO NO ENTENDISTE LOS QUE TE DIJE, NIÑO?! ¡CÁLLATE! - al parecer Vegeta no sabía nada de psicología infantil porque de esa manera lo único que lograba era asustar más al pequeño.
De pronto Vegeta escuchó un sonido peculiar... parecido a un caño de agua goteando. Sintió un pequeño escalofrío recorrerle su espalda y al ocurrírsele mirar con el rabillo del ojo, descubrió que el "goteo" provenía del pañal de Trunks. Vegeta ensanchó sus ojos poniéndose pálido y para mayor susto suyo Trunks reanudó su llanto. Vegeta retrocedió unos pasos sin soltar a Trunks que comenzó a mojar el piso al gotear su pañal mientras murmuraba: ç
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Papá por siempre
HumorQuizás ser padre podría ser la más dura prueba para el orgulloso príncipe de los saiyajins.