Capítulo 5: Un vuelo problemático

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La última vez dejamos a Vegeta a punto de irse de compras con Trunks, lo que no sabemos es qué pasará...

Vegeta surcaba el cielo a gran velocidad, pero no iba a mucha porque como llevaba colgado a Trunks del canguro a la altura de su vientre, eso podría ser peligroso. A Vegeta se le notaba bastante enfadado y fastidiado, en cambio Trunks parecía que estaba soñando por la amplia sonrisa que iluminaba su pequeño rostro. Era la primera vez que el pequeño volaba de esa manera, y no es porque no lo hubiera hecho antes, ya que Bulma lo había llevado volando, pero por supuesto en alguna nave o avión... nunca así, con el viento cayendo en su rostro y ver pasar las nubes como copos de algodón, tan cerca, que uno querría tocarlas. Trunks comenzó a gimotear y reír de contento, moviendo sus manitos, como si fueran alas. Tanto se movía que a Vegeta comenzó a dificultarle la maniobrabilidad:

- ¡Ya deja de moverte tanto, mocoso! - le dijo molesto y disminuyendo la velocidad - ¡Y ni pienses que te voy a llevar siempre así, porque apenas tengas edad lo primero que haré será enseñarte a volar para que no molestes a nadie, y menos a mí para, ir de un lugar a otro!

- ¿Aah?...ag..ga.. jijiji...¡ahh! - Trunks lo miró sonriente y continuó moviendo sus bracitos sin prestarle atención al comentario de su papá.

- ¡Ay.. rayos!... para que me esfuerzo en hablarle si no me va a entender... sigh... - se dijo así mismo con una expresión de resignación en su rostro y sacudiendo la cabeza continuó volando con la velocidad que llevaba antes, mientras murmuraba - Sólo espero que nadie me vea en esta situación tan ridícula y con este niño... eso sería demasiado humillante... así que mejor me mantendré a esta altura volando por encima de las nubes, pero la única desventaja es que no podré encontrar ese maldito lugar desde donde estoy, aunque todavía falta mucho para llegar... mejor me apresuro...

Y terminando de decirlo, aumentó un poco la velocidad y Trunks volvió a entusiasmarse al sentir esa sensación y cerrando sus ojitos se agarró a las correas de los laterales del canguro que lo sujetaban e inconscientemente comenzó a tirar de ellas. Vegeta no se percató de lo que su hijo estaba haciendo porque estaba concentrado en el camino y... de pronto... las correas que sujetaban a Trunks se soltaron (seguramente porque Vegeta no las había amarrado... y sobre todo... asegurado bien) y el niño se precipitó al vacío, pero increíblemente no estaba para nada asustado, al contrario, estiró sus bracitos como un extraño paracaidista y comenzó a reír pensando que lograría volar como lo estaba haciendo su papá.

Mientras tanto, Vegeta no pudo dejar de sentir que de pronto se encontraba muy ligero y murmuró extrañado:

- Uhmm... qué raro... de pronto siento como si no estuviera cargando nada y voy más rápido que antes... - y cuando se le ocurrió echarle un vistazo a su hijo, no lo vio y como si nada miró de nuevo hacia el frente - Ahora entiendo... me siento más ligero porque el mocoso no está... - al instante, después de medio segundo en que tardó en reaccionar, se detuvo de golpe y gritó - ¡¿QUÉEE?!... ¡PERO QUÉ DIABLOS!...¡TRUNKS!... ¡¿EN DÓNDE ESTA?!

Vegeta estaba bastante alterado y al ver las correas sueltas del canguro, entró en pánico y como una exhalación regresó sobre sus pasos muy nervioso, mirando a todos lados e intentando sentir el ki de su bebé, que al ser mitad saiyajin, tendría que ser fácil de notar. Mientras tanto, Trunks seguía cayendo; no se mató gracias a que había estado volando con su papá a mucha altura anteriormente, para su fortuna. Él estaba todavía con la idea de que lograría volar al estirar los brazos y no se dio cuenta que unos cientos de metros más abajo se encontraba volando un enorme avión de pasajeros que justo, por coincidencia, pasaría por donde se estaba precipitando Trunks. Aún sin comprenderlo muy bien, el pequeño notó que ese enorme avión de juguete (para él) se estaba haciendo muy grande conforme se acercaba a él y no le gustó verlo tan cerca, sobre todo con el sol iluminando la superficie metálica del avión. El brillo lastimó sus ojitos y de golpe arrancó a llorar mientras caía sin remedio...

Papá por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora