Capítulo 8: Una pequeña palabra y un final feliz

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Luego de los divertidos incidentes en el centro comercial, Vegeta y Trunks finalmente regresaban a casa... para gran alivio del príncipe de los saiyajins...

Vegeta volaba a toda velocidad, sujetando firmemente a Trunks en sus brazos, que a pesar de la velocidad a la que iban, que había quedado ligeramente adormilado. Tanto para él como para su papá había sido una tarde muy alborotada. Vegeta miró a su hijo de reojo y sonrió ligeramente...

- ¡Vaya!... hasta que por fin se durmió el enano... era de esperarse, ya que no ha dormido en casi todo el día, debe de estar muy cansado... al igual que yo... - suspiró y recobrando su expresión seria, miró al horizonte y dijo... - Ya está atardeciendo... el día se ha pasado muy rápido... bueno, me daré prisa...

Siguieron volando sin contratiempos, hasta que Vegeta divisó la estructura de la Capsule Corp. y rápidamente aterrizó cuidando de posarse suavemente para no despertar a su hijo. Le echó una mirada y dijo:

- Definitivamente éste no se despierta con nada... mejor para mí, así ya no tendré que preocuparme por él lo que quede del día... cuidar a un bebé es realmente fastidioso... uhm... ¡Ah, que diablos!... creo que lo dejaré durmiendo en la casa y aprovecharé el resto del día que quede para entrenar... pero no sé porque me siento cansado... aunque no lo crea, el cuidar al enano me ha agotado más que si entrenara todo el día en 300 gravedades... ¡qué irónico!

En eso sintió que algo le jalaba su camiseta y al ver hacia abajo, ese "algo" le estaba mirando con los ojos bien abiertos y sonriendo abiertamente...

- Jijiji...aga..gaa - balbuceó Trunks, mientras su papá lo miraba con cara de espanto.

- Ay, no... aquí vamos de nuevo... - dijo Vegeta en tono abatido - ¿Por qué no me callé?

Al cabo de un rato, Vegeta entró a su casa por la puerta de entrada y se asomó para ver si había llegado su esposa con una cara de pocos amigos. Luego de un rato de inspeccionar visualmente, murmuró ante la curiosa mirada de Trunks...

- No puedo sentir la presencia de Bulma por ningún lado... - luego miró a su hijo - Parece que todavía tu madre no ha llegado... grrrr... pues sí que quiere molestarme con ganas... y lo ha logrado... ¡Es una... !

- Aaaa... ggg..aaa - Trunks gimió molesto, como defendiendo a su mamá.

- ¡Ya, ya!... está bien, no he dicho nada mocoso... ¿correcto? - respondió Vegeta fastidiado.

Acto seguido entraron en la casa y luego de dejar a Trunks en su corral, Vegeta se quitó los guantes tirándolos a un lado y fue con rumbo a la cocina. Al llegar abrió la llave del fregadero y dejó que el chorro de agua fría cayera sobre su cabeza... refrescándolo...

- Aaaah, qué alivio... mierda... la cabeza me está estallando... nunca antes me había pasado esto, ni siquiera en la peor de mis peleas... - murmuró el príncipe de los saiyas.

Luego de esto, Vegeta regresó a la sala y se sentó pesadamente en un sofá, como si estuviera muy cansado... y de hecho, estaba MUY CANSADO...

- Estoy muerto... grr... siento como si hubiera peleado con Freezer y Cell al mismo tiempo... realmente no sé como Bulma puede soportar a este niño todos los días... es una tortura...

- ¡BUUUAAAAA! - gritó Trunks desde su corral, haciendo que su papá brincara del susto.

- ¡Aahhh!...¡Demonios!... ¡Otra vez, no!... cada vez que este enano llora es porque quiere algo... ¡¿Ahora qué te pasa, niño quejumbroso?! - dijo Vegeta tratando de no alterarse.

- Aa...mm...gaa...aaa... - Trunks balbuceó en tono de queja mientras apuntaba con su dedito el biberón vacío que tenía cerca de él.

- Ah, ya te entendí... tienes hambre... ¿no?... pero bien que no tenías hambre cuando estábamos de compras... se te quitó como por arte de magia... ¿verdad? - dijo el saiya en tono de burla - Pues bien, ahora estoy descansando, así que no me molestes, niño...

Papá por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora