Miro hacia la carretera y veo a Albert en un coche negro, caro.
—Sí soy yo.
—Sabía que no había dos personas que llevaran un casco rosa chicle.
Sonrío y lo miro.
—¿Estás bien?
—Genial.
—¿Vas a tu casa?
—Sí.
—Diles que iremos este sábado.
—Bien, se lo diré.
—Adiós __(tn).
—Adiós.
Me despido y sigo mi camino. Albert siempre me ha caído bien, pese a lo que la gente decía de él y lo serio que siempre parece, siempre ha tenido una palabra amable para mí.
Lo he observado muchas veces mirar por las ventanas en los bailes, con la vista perdida, y he sabido antes de que él se diera cuenta, que su vida no le hacía feliz. Ahora sí lo es, cuando Bianca me dijo que estaba casada con él, me alegré por los dos, ambos se merecían a alguien que les hiciera felices.
Cuando llego a mi casa y mi madre mira con mala cara mis coletas.
—Te dije que en mi casa no quiero que las lleves.
Me quito las coletas, me las suelo hacer cuando pinto para estar más cómoda, y la miro cuando llevo mi pelo castaño suelto por la espalda.
—¿Mejor?
—Sí. Aunque lo estarías aun más si no llevaras esa ropa...
—Deja de criticar a la niña—Mi padre sale de su despacho y me abre los brazos para que lo abrace y voy hacia él sin dudarlo— Esta semana no te hemos visto el pelo.
Me acaricia la cabeza y se separa de mí, mirándome con cariño.
—He estado pintado y trabajando.
—¿Que tal con la pequeña?
—Es maravillosa...
—___(tn) no te encariñes con ella, en algún momento te tendrás que ir...bueno diga lo que diga te vas a encariñar con ella. Ya te pasó con el otro nene que cuidaste. Así que supongo que no tardarás mucho en encariñarte de esta niña.
—Ya lo he hecho.
Mi padre me sonríe y mira a su mujer.
—No pongas esa cara, que ___(tn) trabaje y se gane su dinero para comprarse sus pinturas y pagarse sus estudios, me llena de orgullo. No me gustaría que fuera una holgazana.
—Si tuviera un trabajo de verdad...
—Eres una gran pintora.
—Papa ni siquiera has visto mis dibujos.
—No, pero tus bocetos sí.
Me sonrojo y mi padre se ríe.
—Los dejas por todos los lugares donde estas, y no te das cuenta.
—Tengo cuidado de no hacerlo.
—La libreta de notas del teléfono está llena de dibujos— Comenta mi madre— Vamos ___(tn) tenemos que probarte el vestido.
La sigo con reticencia y le comento que Albert y Bianca vienen a la cena. Mi madre se pone contenta, y me pregunto cuanta gente habrá invitado a la cena familiar.
Estamos terminando de probarme el vestido de color verde claro con toques rosa pastel, muy juvenil, cuando entra mi hermana.
—Hola ___(tn)—Me sonríe y yo a ella, pensando que de verdad se alegra de verme.
—Hola. ¿Qué tal tú viaje?
—Genial, como siempre. ¿No había otro vestido más hortera?
Mi madre la mira con recriminación, me miro al espejo, la modista me mira y yo me siento mal por todo el mundo.
—Es precioso—comento calmando a la modista— Me hace parecer un hada.
—Es muy dulce, y a tu hermana le queda bien. Además, es la única forma que se lo ponga sin hacerle ningún arreglo de última hora.
—Ya va siendo hora que madures ___(tn).
Me escondo en mí misma, y me miro al espejo tocando la fina seda verde, y mirando el escote verde con acabado en flores de rosa claro y con unos pequeños tirantes mezclando el rosa y el verde.
—A mí me gusta.
—A ti te suele gustar todo lo que carece de gusto.
Mi hermana lo dice como si fuera un comentario banal, pero yo me ofendo.
—Déjala ya Ainara.
—Empieza a madurar ___(tn), tienes casi 20 años. ¿Acaso no has pensado echarte novio? O cambias, o a ninguno le vas a gustar siempre llena de pintura, con tus dos coletas horteras y con tu ropa casi siempre rosa o de personajes simpáticos de televisión para niños. A los hombres le gustan las mujeres...
—¡¡Basta!! Déjala en paz Ainara.
Mi hermana se calla y mira a mi madre. Pero el daño ya está hecho. Pues tiene razón. ¿A quién le gustaría alguien como yo?
—¿Me puedo cambiar ya?
Mi madre asiente. Sé que ella piensa como Ainara, pero me quiere y trata de comprenderme aunque no lo consiga. La modista me ayuda a cambiarme, me pongo mi peto y salgo de la habitación para ir al jardín a buscar algo de paz en esta casa.
Llevo un rato mirando el jardín y pensando, cuando escucho las pisadas de alguien acercarse.
—Lo siento—Miro a mi hermana de reojo y aunque me gustaría creer que de verdad lo siente, sé que no es así. Observo tras ella la ventana y veo en ella a mi madre.
—No pasa nada.
Sonrío, hace tiempo que traté que Ainara cambiara, es así, no hace las cosas por hacer daño, pero las hace.
—A ti te queda bien ese vestido, pero yo nunca me lo pondría.
—Lo sé. Yo tampoco me pondría los que tu usas.
—Somos muy distintas—Se sienta a mi lado y nos quedamos en silencio, un silencio incomodo, pues ninguna sabe que decir para que deje de sentirse esta tensión entre nosotras— Mañana conocerás a mi novio.
—Me lo ha comentado papa.
—Es muy bueno.
—Lo sé.
Otra vez el silencio incomodo, finalmente Ainara se levanta y se despide sonriente, le sonrío, es inútil sentirme mal por ella.
****
Me ayudan a peinarme haciendo que mi pelo habitualmente ondulado casi liso, tenga ahora unas hondas bien formadas y decoradas por pequeñas flores brillantes de color
verde y rosa. Sonrío al espejo y cuando me maquillan de forma poco cargada, que solo resaltan mis rasgos sin hacerlos muy vistosos, me gusta lo que veo.
—Siempre es muy divertido ayudarte.
—Ya que tengo que ir disfrazada, ¿Por qué no hacerlo de verdad?
Un día de niña, aparecí en las fiestas de mis padres con unas alas trasparentes y un vestido blanco, solo tenía diez años, pero la cara de mi madre fue de infarto. Mi padre sonrío y me tendió la mano. Me llamó su pequeña hada. No me gusta asistir a estas fiestas, y menos vestirme con ropas que están tan lejos de representar mi forma de ser. Me gusta darle un toque divertido y aunque hace años que no aparezco por fiestas familiares, en esta ocasión no podía eludir la invitación, mi hermana necesita el apoyo de toda la familia para presentar a su novio en sociedad. Por eso mi madre antes que tentar a la suerte, y que yo acabara pintando el vestido, como hice con un vestido blanco de presentación que lo decoré con pinturas de colores, haciéndolo menos soso, decidió encargarme un vestido que fuera elegante, pero que tuviera un toque simpático para que yo no me encargara de sabotear.
Termino de prepararme y me pongo unas sandalias rosas a juego con un bolso del mismo color.
—Me quedaría mejor si fuera descalza.
Mis asistentas se ríen y yo con ellas. Al final no me quito los zapatos y trato de parecer madura, o intentarlo. La última vez que asistí a una fiesta en sociedad tenia quince años, he madurado... un poco.
Sonrío mientras bajo las escaleras, y cuando estoy a la mitad veo entrar por la puerta a Bianca con Albert del brazo, este le quita la capa y se la tiende al mayordomo para más tarde dar un beso en el cuello a su esposa. Me quedo quieta mirándolos, admirando su gesto y envidiándolo en los más fondo de mi ser. Deseando un día encontrar a alguien para quien yo lo sea todo y él para mí. Desando los pasos dados y voy a mi cuarto, tengo ganas de plasmar ese momento en un boceto. Saco mi libreta, últimamente llena de bocetos de Jazzy y Juan. Los paso avergonzada, una vez más, por mi abrazo y a la vez deseando repetirlo cuanto antes, pero eso no pasará. Busco una página en blanco y me pongo a dibujar. Enseguida Bianca y Albert cobran vida en mi blog de bocetos y pierdo la noción del tiempo.
Solo cuando escucho el reloj central avistar que son las nueve de la noche me sobresalto y dejo el boceto de golpe en sofá. Bajo corriendo esperando no ser la última en entrar al salón. Cuando estoy llegando escucho el timbre de la puerta, el mayordomo no está cerca y como he hecho otras veces, olvido la etiqueta y la abro yo misma, quedando con la boca abierta al ver quien está tras ella. Juan.~~~~~~~~~~~~~~
Bueno, esté capítulo son para todas las que me siguen.
Es como una forma de agradecimiento por seguir a está subnormal xD
Así que... son 03 capítulos en ún día..
Raro, ¿No?
Pero bueno, gracias por sus votos, comentarios y "seguimiento" o como se diga xD
¿Ya ven por qué digo subnormal?
Bueno, nos vemos en el proximo capítulo de está novela y otra vez gracias por su apoyo, las quiero <3
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Enamorada del novio de mi hermana (Maluma & Tú) *Terminada* , (Editando).
Novela Juvenil__(tn) siempre se ha sentido diferente. Con sus 19 años no aparenta mas de 15 y para eso no ayuda mucho que siempre lleve coletas porque le molesta el pelo para pintar. Hija de un importante empresario y además Marqués, nunca se ha sentido a gusto...