Capítulo 20 ~Aléjate de mí~

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-¿Nathaniel? -Murmuré esperando que me contestara y de repente escuché como una puerta se cerraba de golpe.

-Creo que está despertando... -Era la voz lejana de Paul, me dolía todo el cuerpo y no recordaba exactamente qué había pasado.

Abrí los ojos lentamente, me dolía incluso mover los parpados.

-¿En dónde estoy? -Murmuré cerrando nuevamente los ojos.

-Oh, mi niña -la voz preocupada de mi madre se escuchó en toda la habitación.

Maldición lo que menos quería era que mis padres se enteraran de que me había ido.

-Mamá, lo siento.

-Oh, Azul eso es lo de menos ahorita. -Se inclinó sobre la camilla envolviendome en un protector abrazo.

-Cabe decir que eso no te librará de un castigo. -Agregó mi papá.

-De verdad lo lamento.

-Bueno... señor y señora Evans. Los dejaré solos.

-Paul.

-¿Si? -Su mirada se iluminó.

-¿Dónde está Roy?

El brillo en su rostro desapareció tan rápido como llegó.

-Salió de la habitación en cuanto despertaste -suspiró encogiéndose de hombros- tal vez hubiera sido mejor que dijeras su nombre en lugar del de tu ex.

¿Qué?

Paul salió de la habitación dejando a mis padres tan desconcertados como yo.

-Azul... ¿por qué te fuiste? Debiste pedir permiso ¿Y si te pasaba algo peor? ¿Y si no nos enterabamos? -Mi mamá sonaba tan preocupada.

-Lo sé mamá... lo siento.

Dió un leve asentimiento con la cabeza y se abrazó al brazo de mi padre recargandose en su hombro, suspire tratando de ponerme cómoda y la puerta se abrió dejando ver a un chico vestido de blanco, asomó la cabeza algo dudoso y mostró una sonrisa apenada.

-Lo siento... ¿es la habitación de, Azul Evans? -Preguntó con un tono de suplica, parecía que llevaba horas buscando la habitación.

-Así es. -Confirmó mi padre.

Entró en la habitación dando un pequeño salto y sonrió con alivio.

-Estupendo, llevo buscando la habitación durante diez minutos, lo lamento, soy nuevo y me perdí... -Dejó escapar una pequeña risita, tan dulce que contagió a mi madre- soy Logan y... bueno, se supone que seré tu enfermero durante el tiempo que estés aquí, que tengo entendido no será mucho.

-Me pacere bien. -Dijo mi padre y tomó a mamá por los hombros- esperaremos afuera. -Me lanzó una mirada de desaprobación y salió con mi madre por delante.

Suspiré y me hundí todo lo que pude en la cama.

-Hola, Azul.

-Hola...

-¿Cómo te sientes?

-Me duele todo el cuerpo...

Apreté los ojos mordiéndome las mejillas por dentro, me sentía adolorida, sentía como si hubiera hecho ejercicio sin parar el día anterior.

-Bueno.., debido a lo que te pasó es lógico que todo te duela. -Se encogió de hombros sonriendo y apunto un par de cosas en una tabla- ¿18 años?

Asentí.

-¡Vaya! Muy joven como para escapar de casa.

-No me escapé de casa. -Hice una mueca y fruncí el ceño.

Camino hacia el corazón de Azul ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora