Después de haberme ido a cambiar a mi casa, llegue a la fiesta, fue inevitable detener los comentarios de compañeros molestos y que aseguraba que tenía todos esos privilegios por ser hija de Maximiliano Dakota, incluso hubo comentarios entre los profesores, de los profesores todos los comentarios fueron "buenos", mi padre me dijo que no les tomara importancia, que esto en cualquier momento tenía que pasar.
Me pare frente a la puerta del salón de fiestas que fue rentado para nuestra graduación, observando ir y venir personas y al parecer algunos aún no se percataban de mi presencia, comencé a buscar a Andrea entre la multitud de gente que estaba en pequeños y grandes grupos, mientras las buscaba volví a ver al mismo chavo de la ceremonia, está vez me sonrió, y de igual forma le sonreí, seguí caminando entre las personas hasta que logre encontrar a Andrea, en cuanto me vio corrio hacia mí y nos abrazamos.
-Pensé que ya no vendrías -dijo, poniendo una mano en su pecho, reí.
-Llegue hace como una hora, la misma hora en la que eh estado buscándote -dije, entrecerrando los ojos.
-Ay bueno, no importa, por cierto, el chavo que estaba en la ceremonia... -la interrumpí.
-Está en la fiesta -dije, asintió-. Lo vi hace un rato y me sonrió, ¡Tiene una sonrisa muy sexy! -dije sonriendo, Andrea comenzó a reír.
-Vamos a bailar -dijo, tomando mi mano.
Comenzamos a bailar, mientras tomamos una limonada, con un poco de alcohol, que hasta el momento no sé cómo llego el alcohol hasta nosotros, pero me gusta, esto hace que me dé menos pena que me vean bailar...
Ya casi han pasado cuatro horas desde que estamos bailando y bebiendo un poco de alcohol, estoy algo cansada, los pies me están matando, pero es obvio, me la eh pasado bailando, varios chavos se acercaron a bailar conmigo y acepte, no podía negarme, esto es una fiesta, y bueno, a una fiesta se viene a bailar, a beber, a divertirse. Me detuve un momento a observas mi alrededor, en el centro unos estaban bailando, en una esquina unos platicaban, varias parejas estaban besándose mientras bailaban, unas manos taparon mis ojos.
-¡QUIÉN SOY! -preguntó gritando en mi oído. Su voz estaba un poco entre cortada, se nota que está borracho.
-¡No sé! -grite, escuche que dijo algo más pero no logre entender lo que dijo, la música estaba demasiado alta y no lograba entender, comencé a tratar de recordar su voz, se me vino a la mente una sola -. ¿Mike? -pregunté, nerviosa.
-Sí -dijo, quitando sus manos de mis ojos.
-Hola -sonreí nerviosa.
-Hola -contestó -. ¿Bailamos? - preguntó, extendiendo su mano hacia mí, asentí y tome su mano, comenzamos el baile con una canción de Bruno Mars, creo que se llama "Treausure", éste baile había terminado por dejarme rendida.
-Vamos a tomar algo -dije, tomándolo de la mano, caminamos hasta la barra y pedimos dos limonadas, después salimos al jardín.
-Sigues enojada conmigo -aseguró.
-Estoy molesta, me duele que no confiaras en mí, pero entiendo que debes tener tus razones -dije, encogiéndome de hombros.
-Me enteré que gracias a ti puedo estudiar y ya no quería causarte más gastos, no quiero que crean que soy tu amigo por conveniencia -dijo, nervioso.
-Yo sé perfectamente que tu amistad es verdadera, no me importa si me pides dinero, si te puedo ayudar, te voy a ayudar -dije, asintió.
Salte a abrazarlo, enrede mis brazos en su cuello, él puso sus manos en mi cintura, levanté mis pies del suelo y comenzó a darme vueltas en el aire.
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Estocolmo
Teen FictionCharlie Dakota Evans, es hija de Maximiliano Dakota, el empresario más rico de todos los Ángeles California, hija de Camille Evans, modelo internacional. Charlie va por la vida sin importarle lo que diga la gente, sin hacer diferencia alguna, ella s...