Capítulo 14 Final

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Los días seguían corriendo como el agua en un río, Andrea no podía localizar a Uriel, en la constructora le informaron a Andrea que él había renunciado para poder buscar a una amiga que llevaba mucho tiempo desaparecida.

Charlie permaneció sentada en el suelo frío, hasta que una guardia la llamo y le dijo que un jóven había venido a visitarla.
La esperanza se encendió en los ojos de Charlie y avanzo lo más rápido que pudo, sin embargo la guardia la dirigió a otra puerta, al entrar el brillo en sus ojos se apago por completo y unos ojos sombríos observaron a Brayan sentado sobre la mesa que se encontraba en el centro de la habitación.

-Me gustaría decir que te ves hermosa, pero como que la cárcel no te sentó muy bien -dijo sonriendo.

-Me hiciste destruir a mi familia, mi padre está muerto por tu culpa.

-A tu padre, lo destruyo Maximiliano -dijo mientras se acercaba a ella.

-¿Qué?, creeme que si este es otro de tus malditos juego para confundirme, no voy a caer, esta vez no -aseguró.

-Sigues tan ti. ocente como siempre, Maximiliano no renunció a todo lo que tenía por ti, porque no eres su hija, tu verdadero padre se llama Arturo, no pudo soportar que Camille prefiriera a un simple empleado antes que a él.

-No te creo, porque me di cuenta de quien eres en verdad y fue un error haber confiando en ti y no dudaría en asegurar que fuiste tu quien mato a mi mamá.

-No solo eso Charlie, termine lo que tu empezaste, deberías haber visto como se retorcía Maximiliano mientras lo asfixiaba, se esperaba todo, menos que yo hubiera ocasionado la caída de su amada empresa. O cuando le corte el cuello a tu mamá mientras suplico que te dejará vivir a ti, fue mejor que una película en el cine.

-Maldito hijo de perra -las lágrimas de Charlie descendían por sus mejillas, sin pensarlo más intento golpearlo, pero él la superaba en fuerza.

De un golpe a la hizo caer, ella se sostuvo de la mesa para levantarse pero Brayan la tomo de la coleta y estrelló su cara contra la mesa, mientras la tenía sometida comenzó a acariciar su trasero.

-¿Te gusta? -le susurro a oído.

-¡SUELTAME! -gritó.

-Eso no decías la última vez que nos vimos, antes parecías disfrutarlo bastante -una sonora carcajada resonó por toda la habitación.

Una vez más Charlie intento soltarse, pero él la sujeto con más fuerza para después estrellarla contra la mesa, la soltó por un momento, sin embargo estaba tan aturdida que ni siquiera pudo moverse, de su boca comenzó a descender un fino hilo rojo de sangre. Brayan la levanto y la empujo sobre la mesa.

-Eres un maldito cobarde, pero sabes que esto no se va a quedar así, te juro que no voy a descansar hasta verte aquí, tras una maldita reja -dijo con odio, la sonrisa que Brayan mostró hizo enfurecer a Charlie y en un movimiento ágil estampó su puño contra su cara, pero el golpe ni siquiera lo inmuto, sonrió con amargura.

Dio media vuelta y avanzo hacia la puerta, cuando Charlie pensó que esa tortura había terminado, vino lo peor, regreso furioso hasta donde ella se encontraba, la tomo del cabello y estrello su rostro contra la mesa, los brazos de Charlie quedaron atrapados debajo de su cuerpo impidiéndole defenderse. Había quedado aturdida por el golpe, intento moverse pero la presión que él ejercía sobre su cabeza la hizo quedarse quieta.

-¿Qué te parece si recordamos viejos tiempos Charlie? -le susurro al oído, Charlie logro liberar sus brazos, pero Brayan volvió a hacer que golpeara contra mesa y ella se rindio.

en un ágil movimiento bajo sus pantalones y los de Charlie, ella grito de dolor con la primer embestida, quizá más que dolor fue la impotencia de no poder defenderse, durante casi una hora los gritos de Charlie se escucharon por los pasillos de la prisión, sin embargo ahí no había ni siquiera un fantasma que respondiera el pedido de auxilio de Charlie.

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