Tregua... ¿O no?

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-¿Por qué el repentino interés? –Pregunta de la nada.

-Si te soy sincera, tampoco lo sé. Quizás quiera comenzar de nuevo, con los demás no tengo problemas, solo contigo.

Llegamos al parque donde estuve la última vez, al cual llegue sin querer cuando discutí con Lander.

-Me traes a un parque, de noche, solos. ¿Seguro que no eres tú la psicópata?

-Sí, porque tengo mucha más fuerza que tu como para dejarte inconsciente. -Respondo rodando los ojos.

-¿Entonces?

Me subo a una gran piedra que esta junto al lago e invito que haga lo mismo.

-En una de mis rabietas, que cabe decir, tú provocaste. –Digo mirándolo y apuntando con mi dedo índice.- Encontré este lugar, es muy bonito y hay patos. Me gustan.

Una risa suave y extrañamente atractiva sale de sus labios. Me uno a él durante unos segundos para luego ser vista con una ceja alzada.

-¿Patos? Te creía más de animales salvajes.

-De hecho... -Saco mi cartera del bolsillo trasero de mis vaqueros y le muestro una foto de mi pequeño amigo.- Se llama Ray, se quedó con mi padre, no lo podía traer.

-Eso es nuevo, un pato de mascota.

-También tres perros, cuatro caballos, un gato y dos conejos.

-¿Te gustan los animales, no?

-Los amo. Mi padre siempre cumplía mis caprichos, pensaba que con eso del divorcio yo iba a estar mal. –Le digo despreocupada.

Es verdad, cada vez que yo quería algo me lo daba, aun cuando fuese lo más costoso del mundo, aun así, nunca me sentí satisfecha, pensaba que era porque no era suficiente, que necesitaba aún más. Soy caprichosa y mimada, lo acepto pero mi madre se está encargando de corregirlo, tengo obligaciones y no puedo ignorarlas, menos cuando ella lo pide.

-¿No lo estás?

-No estoy triste. –Sin querer respondo bruscamente, le sonrío.- Fue hace años y con Catherine hicimos otra familia.

Iba a seguir preguntando hasta que estuviese satisfecho, no me quiero enojar de nuevo con él, en una idea instantánea, le agarro de su remera y antes de que pudiera reaccionar lo arrojo al lago. Improvisar nunca fue lo mío, pero si fue bastante divertido ver en su rostro la sorpresa cuando le tome de su remera.

Ya en la superficie, sacude su cabeza rociando mi ropa. Divertida, me quito las zapatillas y me arrojo al agua, siempre quise hacer esto, ahora que el parque no tiene ningún visitante y es de noche es la oportunidad perfecta.

No imagine que terminaría cumpliendo uno de mis sueños con Lander, el aguafiestas y mejor amigo de mi hermano. Sé que en realidad no es un tipo gruñón, se ve feliz con su círculo de amigos y si personas como Emma o Lorena se juntan con él, es por una buena razón.

-¿Por qué fue eso?

-¿Olvidaste para que te traje?

-Sam, no se puede nadar aquí, nos detendrán. –Dice mientras se da media vuelta para regresar a tierra.

Me cruzo de brazos haciendo un mohín, pienso rápidamente en qué hacer para que deje de ser aburrido y... correcto.

-¡Aburrido! –Grito haciendo un megáfono con mis manos, al ver que no voltea para ver, recurro a la manipulación.- Supongo que tendré que nadar sola. Veo que las personas no cambian, unos nacen para divertirse y otros solo para seguir aburridas reglas sin sentido.

No Me Importa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora