Capítulo 3

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—Te estás riendo.

—Estaba recordando algo que hizo Pau—Comento a Bruno.

—¿Contigo habla más que con nosotros? La última vez que la vi solo conseguí sacarle monosílabos.

—El caso es que no para de hablar, y suele tener ocurrencias que no tienen sentido, pero que no puedes evitar reírte con ellas.

Los tres me observan.

—Dejen de mirarme así, solo siento cariño por la joven, no es más que una niña.

—¿Una niña? Si que te ves viejo—Comenta Nicolas.

—Al lado suyo sí. Además solo me hace gracia porque es simpática, dejar de mirarme como si acabaras de descubrir un nuevo mundo.

Me suena el móvil, voy a cogerlo agradecido y molesto porque ellos piensen que no puedo sonreír por algo que haga Pau sin que eso tenga un motivo. Miro quien es y veo que es Bianca. Sonrío.

—Hola preciosa.

—Hola...me gustaría verte. Te echo de menos.

—Yo también—Hace más de una semana que no la veo y aunque me gustaría pensar que no he dejado de pensar en ella, no es así. Pero con Sol también me pasaba y sentía algo por ella. Yo debo de ser así cuando me gusta alguien. No todos tienen que ser como mis amigos y no saber qué hacer cuando sus parejas están lejos de ellos.

—Podemos quedar mañana...ah tienes a Giane.

Me quedo extrañado por su comentario.

—¿Y?

—Hay una cena importante y me gustaría que me acompañaras. Sin Giane.

Me quedo en silencio.

—Si quieres vamos con ella a dar un paseo por al tarde y luego la dejas con sus padrinos...no sé, solo intento poder...

—Llevar una relación normal.

—No es que me moleste la niña...

—Es que no puede ir.

—Claro, siento si he parecido una insensible.

Sonrío pero en el fondo noto que algo no va bien. Miro al cuarto donde esta Giane.

—Miraré si puedo dejarla con alguien.

—Gracias, es muy importante para mí que estés a mi lado mañana.

Miro el móvil tras despedirme de Bianca y busco el teléfono de Pau, cuando lo marco me arrepiento y pienso que siendo sábado tendrá algo que hacer y cuelgo, pero mientras salgo Pau me devuelve la llamada. He debido darle un toque.

—¿Ha pasado algo? ¿Está bien Giane?

Sonrío por su preocupación y me apoyo en la encimera de la cocina.

—Sí, está bien.

—Son cerca de las doce de la noche y aunque no soy muy trasnochadora, pues me preocupé—Miro mi reloj.

—Lo siento, no había reparado en la hora.

—No pasa nada. ¿Qué quieres?

—¿Estabas dormida?

—No, estaba tratando de que el cuadro que tengo delante se parezca a lo que tengo en mi cabeza, pero es difícil. No me sale.

—Y has acabado llena de pintura.

—Mi cara parece más una obra de arte que el cuadro.

Río al imaginármela.

—Te acabará saliendo.

—Espero, no pienso dormir hasta que por lo menos, vea algo decente en el.

—No te acuestes muy tarde. ¿Tus padres no te dicen nada por llegar tan tarde a casa?

Ahora que se lo pregunto nunca he hablado con ella de su familia.

—Saben que si se me hace tarde me quedo a dormir en el estudio y vuelvo por la mañana.

—Eso está bien.

—Sí, lo hago muchas veces, ya están acostumbrados.

Pienso que sus padres son muy modernos.

—Dudo que me hayas llamado para hablar, aunque no me molesta, me estaba volviendo loca, pero tengo curiosidad por saber que quieres.

—Déjalo, no quiero obligarte, ni molestarte...

—Ahora sí me lo tienes que decir, me has dejado intrigada.

—Es solo que...—Me cuesta decir mi novia a referirme a Bianca. ¿Seré es.tú.pi.do?— He quedado mañana por la noche y...

—Y quieres saber si puedo quedarme con Giane.

—Sí.

—Pues tengo la agenda muy apretada...

—Si no puedes...

—Claro que puedo, mi plan eran quedarme pintando.

—¿No sueles salir?

—No mucho.

—Es raro.

—Sí, eso dice mucha gente, pero yo sigo haciendo lo que quiero.

—Eso está bien, saber lo que se quiere y no dejar de hacerlo.

—Me he pasado muchos años tratando de...no sé porque te cuento esto—Sonríe.

—Sigue—La insto.

—Tratando de ser lo que otros esperan de mí y aun así no están felices, por eso hago lo que quiero, si tengo que defraudar a alguien, lo haré de igual manera.

—¿A quién?

—A nadie en particular—Esquiva la pregunta— ¿A qué hora tengo que estar mañana allí?

—A las ocho estará bien. Yo te compro la cena. ¿Qué te apetece?

—Me llevo un sándwich no te preocupes. Nos vemos allí a las ocho.

—Paula...

—Buenas noches jefe.

Me cuelga y me quedo como ton.to mirando al móvil.

—Esa cara de ton.to que has puesto, en alguna ocasión se la he visto yo a estos dos.—Dice Bruno.

Miro hacia la puerta trasera y veo a mis tres amigos mirándome.

—Andate a la mi.er.da. Es casi una niña.

—Claro, lo que tú digas—Comenta Nicolas.

—Además soy muy feliz con Bianca.

—Sí, se te nota, solo hay que vértelo en la cara—Dice Bruno, tocándome las narices con el comentario.

—Vayanse al infierno.

Bruno se ríe, Nicolas como siempre me mira serio aunque sus ojos sonríen un poco y Matt me mira con esa mirada suya que lo estudia todo.

—Además por si les interesa saberlo, estoy pensando pedirle matrimonio a Bianca, Gianella necesita una madre.

—Sí, pero no esa—Dice Bruno.

—¿Por qué en vez de tocarme a mi las narices, no nos cuentas por qué siempre estas con Dulce a la gresca, y luego cuando un tío se le acerca o Jon hechas humo?

Ángel me mira serio y luego sonríe.

—Vaya, vaya...Me voy, uno empieza a ponerse insoportable, es una de las actitudes cuando te gusta alguien de verdad, te vuelves o un poco tonto e irascible, todo te molesta.

Lo miro furioso y Bruno se va riéndose. Matt y Nicolas también se despiden, pienso en sus palabras y sé que están equivocados, yo no estoy interesado en Pau, solo me cae bien, cuando sea más mayor, quien este con ella tendrá suerte de tener a alguien así a su lado, para cuando ella ya sea lo suficiente mayor para tener una relación seria con alguien, yo ya estaré casado y quizás tenga algún hijo más. ¡Pero que diablos estoy pensando! La culpa la tiene el desgraciado de Bruno.

Enamorada del novio de mi hermana|Adaptada|PaioedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora