Capítulo 7

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Le mando un mensaje para preguntarle si puede venir un poco antes y ella me contesta con un frío Ok.

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Son los ocho cuando escucho el ruido de la moto y aunque me cueste reconocerlo, estoy nervioso por su llegada.

Esto no tiene sentido, pero así es. Cuando Pau llega a la puerta la abro para que no despierte a Giane. Me mira seria y entra sin decirme más que un cortes hola.

—Ven, ¿Has desayunado?

—No, no tenía hambre.

Voy hacia la cocina y siento como Paula me sigue, cuando entra la veo observar la mesa con tostadas y leche.

—No tenías por qué haberte molestado.

—Yo opino lo contrario. Me he comportado como un im.bécil estos días.

—Sí, la verdad.

La miro divertido por su sinceridad, Pau se sonroja y agranda los ojos al darse cuenta que otra vez le ha traicionado su lengua.

—Yo no...

—No has dicho nada que no sea cierto.

—¿Y eso va a cambiar?

—Es un desayuno de paz.

—Ni que te hubiera declarado la guerra.

Sonrío y Pau también lo hace, no espera más para sentarse y prepararse su leche, con varias cucharadas de cacao.

—Eso no puede ser sano—Le digo mientras me sirvo café, una vez me he sentado en la mesa.

—Más sano que el café, seguro—Me saca la lengua y se echa una más sin dejar de mirarme.

—Por mi puedes echarte todo el bote.

—Sí, pero es mejor dejar algo, por si decides otra vez estar huraño y hacerme otro desayuno de disculpa.

Sonríe y la imito. Se sirve las tostadas y me percato de que tiene pintura roja en un brazo.

—¿Has estado pintando?

—No podía dormir.

—¿No has dormido?

Niega con la cabeza.

—No tenía sueño.

—Es importante dormir.

—Lo sé, pero tenía cosas en la cabeza y cuando me acostaba me despertaba inquieta y al final opte por levantarme a pintar.

—Te relaja pintar.

—Sí. Mientras lo hago me siento dueña de algo...

—¿Que ha pasado?—La miro intrigado y me fijo de que sus ojos verdes pierden un poco su brillo característico.

—Nada, cosas de familia.

—Cosas que no me importan.

—No las entenderías. Solo te diré que este fin de semana ya no es para mí, si no para mi madre y mi hermana. Y no puedo escapar.

—Y eso no te gusta.

Pau da un bocado a su tostada y alza los hombros.

—No encajo en su mundo. De hecho a veces pienso que...

Se calla y sonríe.

—Déjalo ya—Me dice, como si yo tuviera la culpa de que su boca no haya podido callar sus pensamientos.

—Piensas que no encajas en ningún sitio.

Adivino por ella y Pau tras mirarme asombrada, asiente.

Enamorada del novio de mi hermana|Adaptada|PaioedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora