Capítulo I

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Cuando ya tenía diez años, ya habían pasado dos años del incendio en el que había perdido a mi padre y estaba viviendo con mi padrastro en Dr. Eduart el cual me enseñaba todo lo que sabía de genética, pero yo ya había perdido el interés por ella, prefería pasar las tardes por ahí con los amigos haciendo el tonto.

Cuando crecí un poco y ya era un adolescente empecé a andar con malas compañías y a meterme en problemas, andaba en una especie de mini banda callejera, la cual me trajo muchos problemas porque empezamos a necesitar dinero para pagarle a una banda más grande la cual nos dejaba quedarnos con esa zona si le pagábamos a cambio y para ello teníamos que robar y siempre acabábamos en peleas contra alguna otra pequeña banda que nos quería hechar y así crecí yo, hasta que nos mudamos cuando yo tenía 16 años.

Nos mudamos a unas instalaciones gubernamentales en las que comencé a trabajar como ayudante del Dr.Eduart aunque yo no hacia mucho a decir verdad porque me pasaba el día pensando en mis asuntos, pero también porque no me daban mucha información sobre el proyecto.

El primer día fue algo confuso porque nos enseñaron todo el complejo que era enorme y todo estaba destinado al ámbito científico-militar dirigido por el gobierno.

Después de enseñarnos todo el lugar nos enseñaron el lugar donde trabajaríamos los próximos meses, intentando retomar el experimento de mi padre de cero, según me explicó el Dr. Eduart, yo no me acordaba de casi nada de lo que hacía en concreto mi padre porque de pequeño me limitaba a darle las cosas que me pedía y a ver que pasaba cuando miraba por el microscopio.

El segundo día me empecé a enterar de que en lo que estábamos trabajando se trataba de algo así, como de modificar el ADN de unas ratas que teníamos en unas jaulas aisladas de cristal blindado. Yo era el encargado de anotar los cambios que el Dr. Eduart hacía en las células que se les inyectaban con modificaciones de otros animales para que mutasen.

En un principio todas se acababan muriendo pero mi padrastro dio con la solución y pudieron pasar a un sujeto mayor.

Los días pasaron y yo cada vez me interesaba más por el proyecto ya que habían logrado resultados asombrosos, como por ejemplo un cerdo con alas de murciélago, o un perro con cuernos de toro.

Pero lo un día, cuando estábamos a punto de pasar a la fase 5 del proyecto apareció el primer ministro de defensa y ordenó que lo orientásemos hacia el hambito militar incluyendo armamento o alguna característica animal que pudiese ser de utilidad en combate. El Dr. Eduart se negó rotundamente como jefe del proyecto, pero el primer ministro lo relevo de su puesto y colocó a el Dr. Nigel en su lugar al mandó, él era un enfermo, capaz de cualquier cosa sólo por conseguir ser reconocido como el mejor científico de su época, hasta llevar a cabo el proyecto antes de tiempo y para fines militares.

Mi padrastro siguió protestando y protestando pero no consiguió nada, sino que la cosa fue a peor porque el primer ministro le amenazó con sacarlo del proyecto y meterlo en prisión por intento de crímenes contra el pais, por lo que el Dr. Eduart tubo que callarse y seguir trabajando bajo las órdenes de la sabandija de el Dr. Nigel, pero lo peor no fue eso sino que unas semanas más tarde el primer ministro regresó y ordenó que comenzaran a probarlo en humanos.

Al día siguiente aparecieron allí 150 chicos y chicas preparados para que hiciesen las pruebas con ellos. Las pruebas comenzaron pero empezaron a morir y muchos no querían seguir con el proyecto, pero el primer ministro volvió y amenazó a todos para que no lo dejaran, y lo consiguió.

De allí a dos semanas sólo quedaban 43 sujetos, menos de un tercio de los que habían empezado, y todos estábamos preocupados por ellos porque no creíamos que fueran a sobrevivir, pero de allí a una semana quedaban 10 y estaban estables, y que pasarían a conocerse como los diez cazadores.

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