El Holder de la Estrella
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental u hospital y, en el mostrador principal, pide hablar con aquel que se refiere a sí mismo como The Holder of the Star. El trabajador te mirará a los ojos con una mirada ufana de desprecio por varios segundos. Si no ve la seguridad de tu corazón reflejada en tus ojos, se reirá con arrogancia. Si es así, huye, o el guardia te capturará y te encerrará en una celda, donde oirás la risa del hombre, estés dormido o despierto, durante el resto de tu vida. Si ve la determinación en tus ojos, se levantará y te guiará por un pasillo. Él se detendrá en la puerta de una celda y te entregarán la llave, y sin decir nada se alejará. Con la llave en la mano, agarra la manija y gira lentamente, está abierta.
En lugar de una celda detrás de la puerta, hay una sala, con poca luz. Entra a continuación, cierra con seguro la puerta detrás de ti. Al caminar por el pasillo, se oye la risa de niños que juegan mezclados con conmovedores cantos de monjes extranjeros. Rápidamente las risas se tornarán en gritos y los cantos en maldiciones. Mientras escuches estos sonidos, estas a salvo, pero si tu coraje se tambalea, y el menor temor surge en ti caminando por ese corredor, los sonidos se detendrán, y si esto sucede, cierra los ojos y reza para que la horrible criatura que acaba de despertar tome tu vida en su primer bocado.
Si sobrevives a este corredor, deberás llegar a una pequeña puerta cerrada. Las luces disminuyen a tu alrededor hasta que todo lo que puedes ver es la puerta. Cuando todo esté oscuro, usa la llave que te dieron y ábrela. Entra y encontrarás una pequeña y oscura celda. En la celda hay un hombre encapuchado con una túnica de color rojo, sostiene una vela y mantiene los ojos cerrados mientras canta. Se sienta en el centro de un pentáculo dibujado con sangre roja brillante.
El hedor que produce te hará querer vomitar, pero no te atrevas a hacerlo. Detrás del hombre habrá una roca ardiente. No mires directamente a la piedra por mucho tiempo, o te quemará la mente y enviará tu cuerpo a una eternidad de fuego. En lugar de eso, mira la vela y escucha al anciano.
Él sólo responderá a una sola pregunta: ¿Qué debe hacerse para completar su tarea? El hombre parará su canto, te dará 5 nombres y te hará cinco preguntas. Luego te dirá que debes averiguar por tu cuenta cuál nombre coincide con cuál pregunta. A continuación, tomará con su dedo índice, la sangre del pentáculo y escribirá en la pared la siguiente fórmula: Una llave + un libro+ una pluma + una palabra garabateada en una forma que es ilegible = un libro abierto con tres óvalos dibujado a su alrededor. Se reirá cálidamente y volverá a su lugar.
Te entregará la piedra que sigue ardiendo y de atrás de su bata sacará un corazón que aún late. Con todas tus fuerzas, aplasta el órgano hasta que no lata por más tiempo. Dentro de la malla de carne se encuentra una pluma fuente antigua. Cuando mires hacia atrás, encontrarás al viejo muerto, con una mirada serena en su rostro. Dale a este hombre el honor final de cerrarle sus ojos vidriosos eternamente, y sal de la habitación. La oscuridad te envolverá y cuando se vaya, te encontrarás fuera del hospital.
La pluma en tus manos, no necesitará nunca recarga de su roja tinta. A pesar de que la pluma no te haya tocado, te darás cuenta de que es tu sangre que drena a través de la pluma sobre el papel. Nunca permitas que este Objeto sea destruido, una muerte horrible y lenta te sobrevendrá. Mientras tengas este Objeto, oirás susurrando cantos dentro de tu mente hasta que mueras o éste cumpla su propósito.
La pluma es el Objeto 42 de 538. Con él, escribirás en el maldito tomo con tu propia sangre, pero hacerlo sería una locura. Es tu decisión de continuar su trabajo, o destruir la posibilidad de que los Objetos vuelvan a estar juntos.
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Los 538 objetos.
Mistero / ThrillerEn cualquier ciudad, en cualquier pueblo, hay una institución mental o centro de rehabilitación donde puedes intentar ir por un objeto. Había 2538 de esos objetos, pero 2000 se perdieron. Los restantes 538 nunca deben estar juntos. Jamás. Estas...