Capitulo 3: "todo volvió"

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Lo que estuve guardando por muchísimo tiempo no pudo mas, otra vez florecieron las mismas emociones, angustia, dolor, tristeza.

Era mi abuelo el que se llevaron, en parte lo había superado, pero... todavía sentía un dolor en el pecho cuando quería ir a verlo y me acordaba que no estaba, esa sensación de vacío, el lugar de un ser querido que nadie lo puede ocupar o remplazar, solo te pueden ayudar a olvidar y que en un futuro no duela tanto, eso me había pasado a mi. Pensé que Ya había sanado, pero la herida se volvió a abrir al encontrar su carta.
Me seco las lágrimas que cayeron sin querer, y me paro. No voy a dejar que la depresión me consuma, no voy a dejar que la tristeza me gobierne otra vez.
Un intenso dolor de cabeza llega a mi cabeza, cuando intento recordar los últimos tiempos vividos con el.  Me vuelvo a sentar en la cama para aliviar el dolor, me recuesto y cierro mis ojos para contar hasta diez...
Uno, dos, tres, cuatro, cinc....

Me despierto sobresaltada por el frío  que entra por la ventana, rápidamente me paro y otra vez me inunda el dolor y así recuerdo que me acosté por lo mismo y me termine durmiendo.
Miro para afuera antes de cerrar, me doy la vuelta y en el piso encuentro la carta. Un escalofrío me recorre desde la nuca y baja hasta mis piernas y el temor me invade porque estoy en problemas si alguien la vio. Voy a estar en muchos problemas si descubren que estoy conspirando contra el Mayor, pero en cierto modo no lo hago, solo leo, si, solo leo.

Mi abuelo estaba muy equivocado, nunca haría nada que me perjudicara, ni muchos menos a mi familia. No soy como el, no pienso solo en mi, pienso en los demás, nunca permitiría que me atrapen haciendo cosas en contra de la ley, por algo existen las reglas, son para nuestro bien. El mayor nunca nos escondería nada, ni mucho menos hacer daño, por eso fue elegido como Mayor, como presidente, como representante de Londres, ser mayor es un cargo que demanda pura sinceridad, y aunque no el no dijera la verdad, para eso están los sensores de la honestidad en cada elección.

*recuerdo*

Estaba sentada mirando la entrevista al próximo mayor, en esa habitación tan fea, gris grande y sin nada que la llene.

Edward Stevick, se había presentado como futuro gobernador, solo había 3 hombres y 4 mujeres descendientes del linaje real, los cuales solo si vienes del árbol genealógico puedes ser elegido, a todos le hicieron la entrevista, solo que la mayoría respondía secamente y con una sonrisa sobradora, cada tanto una que otra respuesta daba la señal DESONESTO. Pero Edward no, el era humilde, sonreía pero tímidamente, todos en el momento de apretar un botón, no eligieron rechazado, el 70 por ciento de la población apretó el botón aceptado, estos dos botones están al lado del portátil que nos dan a cada uno para elegir el próximo mayor, o para estudiar si vas a al colegio o en el caso de mis padres para trabajar.

*fin del recuerdo*

Y

o no fui entrenada, no fui escogida ni preparada para nada que tenga que ver con esto.

Me acuerdo y lloro. Lloro porque no tengo ni idea que me esta pasando, lloro porque extraño a mi abuelo, porque no se que hacer, lloro porque estoy haciendo tremendo drama pudiendo evitarlo y tirar la carta creyendo que mi abuelo estaba loco, pero no es así, algo en mi interior dice que siga, que encuentre lo que me quiere mostrar, a través de las cartas ocultas, nunca había sentido esto, ese dolor en la panza por ansiedad y preocupación mezcladas. Esa curiosidad que el mayor siempre dijo que nos mata al final. Tengo que despejar mi mente y sacar de mi esta sensación.

Me levanto de la cama y me acerco a mi espejo, estoy echa un asco, mis ojos grises que alguna vez hubo un brillo de alegría solo reflejan dolor y confusión. Mi pelo esta todo enredado y alocado. Pero eso no es lo que me llama la atención, lo que mas llama mi atención es que al observar la ranura que une el marco del espejo y el espejo, hay una puntita apenas asomada. Levanto mi miraba al techo... ¡¡¡Gracias abuelo, justo lo que necesito mas confusión!!!
Intento distraerme ordenando la pieza, bajo a buscar cosas para hacer pero en mi mente sigue la carta, vuelvo a subir y preparo las cosas para bañarme, tomo lo necesario y me dirijo al baño, me vuelvo a mirar al espejo y mis ojos siguen iguales, necesito ser la Sheyla de antes. Una vocesita me habla  a mi cabeza y la reconozco como mi consciencia. "Como queres ser vos misma devuelta si estas refrenando tu personalidad, tu instinto, estas refrenando lo que eres"
En ese instante es cuando me doy cuenta que no puedo mas, voy a mi pieza y  logro sacar el sobre sin romperlo y me dirijo al tachito de basura con la intención de tirar el sobre, si no esta no voy a querer saber que es y la tentación pasaría.... pero algo me pincha  adentro de este, la curiosidad me gana y  y termino abriéndolo.

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