capitulo 6: una ¿persecución?

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Fue horrible. Cuando le grite pensando que era Raian, me di vuelta y vi a ese hombre con una sonrisa gigante me arrepentí. 
Después todo paso rapidísimo. 
No creí que Raian iba a venir, después de que me ayudo y salí corriendo de el. Pero si, vino, y acá esta limpiándome la nariz y el labio partido por el golpe. 
Me sentí protegida bajo su abrazo, él me abrazo como si nunca fuera a soltarme, la verdad fue que agradezco que así fuera. 

Miro cada centímetro del lugar en el que estamos, veo un baño, el papel, incluso veo y me quedo observando una canilla, y como gotea agua de ella, observo la ventana y luego la puerta y un escalofrió recorre mi espalda al pensar que podría el volver.

-¿En que pensas?- me pregunto raian con una sonrisa
-En nada, en que hubiera pasado si no aparecías- su cara cambio, y se puso seria. 
-Nada, no hubiera pasado nada. Porque iba a estar de todos modos- dijo mirandome a los ojos, y  vi que había honestidad y ternura en ellos. 
Le sonreí en forma de respuesta.  Después desvió sus ojos de los míos y los llevo a mis labios, agarro un pañuelito y un poco de alcohol y lo poso en mi nariz y labios sangrando.

Ya tenia toda la cara limpia, pero aun me ardía por el alcohol que usó para desinfectar el labio. Me podría haber dolido aun mas, si no hubiera sido por su delicadeza y ternura que fue la anestesia perfecta.
-¿A donde estabas yendo hoy?- me pregunto Raian, mientras me ayudaba a bajar del lavado que era donde estaba sentada. 
-Estaba yendo a que me hagan el control, pero supongo que debería ir a casa, además podrían sospechar que algo paso. - admití
-No, tienes que ir, tienes tiempo aun. Además si no vas te van a reportar, le van a avisar a tu mamá y ella va a preguntar porque no fuiste- pensé lo que me dijo, pero no estaba segura, no quería  pasar devuelta por el callejón.
-Te acompaño ¿queres? - me dijo Raian mirándome, como si hubiera entendido la razon por la cual no queria ir. Me miraba de una manera tan protectora, como si no quisiera que me rompiera. 
Asentí con la cabeza, y antes de dar un paso mas, me tomo de la mano. Sentí una sensación rara, su mano cubría toda la mía, y el calor que ella desprendía  era necesario para ahuyentar el frió que mi mano sentía.
Cuando salimos del lugar sus ojos miraron para todas partes,  quizá fijándose si había alguien o sólo por simple curiosidad.
volvimos por el mismo callejón,  Y unas náuseas me invadieron, pero pude disiparlas y seguir mi camino, pero en todo momento sentí que me vigilaban, sentía unos ojos en mi cuello, pero cada vez que volteaba para verificarlo, ni había nada ni nadie. Me estaba volviendo loca.
Seguimos caminando hasta llegar y el no quito en ningún momento su mano de la mía. Doblamos a la derecha y llegamos a nuestro destino. Y en el edificio había una pantalla enorme en la cual decía  lo siguiente

Disculpen las molestias, pero las cesiones de los 13 y 14 se pasaran al día 15, por problemas internos. Muchas gracias

Me quede mirando el anuncio hasta que Raian me hablo.
-¿bueno, supongo que nos veremos el 15 devuelta no? Yo tenia que venir mañana-
Asenti con la cabeza dandole la razón , pero en ese momento me di cuenta de algo.
-¿Pero a donde ibas cuando te tomaste el tren ? -Si no iba a hacerse el control, ¿ porque iba para el mismo lado?
-Sheyla ya te lo dije tenemos que hablar, ¿porque estaria aqui sino?- me hablo como si fuera algo más que obvio la razón por la que estaba en ese lugar. Lo cual me hizo enojar que para el no fuera más que obvio que no quería hablar con el.
-Crei que ya te lo habia dado a entender Raian,- le dije pero esta vez aumente mas la voz- yo no quiero tener nad.... - pero Raian me interrumpió
-Ya lo se, pero por favor -dijo agarrándo mi mano nuevamente guíandome -escuchame solo una vez por favor- me dijo con esos ojos negros que, esta vez en ellos había súplica .
Miré para todos lados aún no convencida de lo que estaba por hacer, sus ojos pedian a gritos que por favor lo escuché, y no pude negarme a eso.
-déjame explicarte todo,  después si queres te marchas, pero por favor escucha lo que te voy a decir, y recién ahí decide lo mejor. Por favor- dijo otra vez tratando de convencerme, lo que el no sabía es que no hubiera sido necesario que me lo vuelva a pedir, mi decisión ya estaba tomada.
-Bueno- le dije aun no segura en lo que me estaba metiendo, pero segura de querer averiguar ,y poder acabar con esto de Una vez por todas.
Una enorme sonrisa llena de alivio apareció en su rostro.
-

gracias- dijo casi en un susurro como si fuera más para el que para mi su agradecimiento.
Caminamos sin hablar hasta un restaurante que había a dos cuadras, sin soltar mi mano en ningún momento. Cuando entramos, enseguida nos asignaron una mesa, me dijo que me siente que el ya regresaba y desapareció en medio de la gente.

No pude verlo más, y tampoco apareció en los siguientes minutos, la espera se me hacía eterna y mi paciencia se agotada,
M

iré para todos lados, tratando de encontrar a alguien conocido ,  o al mismísimo Raian. Pero no, todos estaban metidos en sus temas como para darse cuenta que en ese mismo lugar habia una chica desesperada por irse.
Mi mirada se detuvo en los ojos verdes de un hombre alto y morocho, sus facciones daban miedo y sus ojos no se quedaban atrás. Aparte la mirada rápidamente intentando convencerme que era una casualidad que nuestros ojos se hayan encontrado pero la curiosidad pudo conmigo y lo volví a mirar para saber si sus ojos seguían puestos en mi, y así era.
No apartó la mirada en ningún momento,  Y aún cuando dejé de mirarlo unas cinco veces comprobé que el igual me observaba.
Me levanté rápido ya al borde de una crisis nerviosa, y me fui lo más lejos que pude de ese sujeto, pero error mío. Porque ahora estaba muy lejos de la puerta que me llevaba a la salida.
Los nervios cada vez se hacían más presentes en mi cuerpo y me costaba pensar con claridad, primero me persigue Raian, después el hombre del callejón, y ahora este, ¿algo más? Solo faltaba que me confirmen  que se trataba de un secuestro y mi dia estaba completo.
Encerrada en mis pensamientos no me di cuenta cuando unos brazos me tomaron por detrás.

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