CAPITULO 18. ALTA TENSIÓN

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MILES  POV 

¿Pero que estoy esperando para decirle todo? Si no lo hago ahora, mañana podría ser tarde. Cruzo el pasillo preparado para abrirle mi corazón de una vez por todas. Toco fuertemente la puerta, tanto que mis nudillos duelen, Corbin la abre a los gritos.

- Hombre ¿cuán es el apuro- se queja

- Tengo que hablar con Tate ¿está aquí? - digo mientras entro al apartamento, ante la mirada atónita de Corbin

- Creo que la escuché azotar la puerta de su habitación. Voy al súper y vuelvo en una hora – él sale y me deja  dentro del apartamento. Se lo agradeceré más tarde. Espero en el sofá impaciente, podría tomar horas o minutos. No aparto la vista de la puerta ni un instante. Sacudo mis piernas en señal de nerviosismo. Veinte minutos después, la puerta se abre. Tate viste pijama y pantuflas de osito. Es adorable. Su cabello aún está húmedo. Camina directo al refrigerador sin darse cuenta de mi presencia. Cierra la puerta enojada y se voltea. Cuando me ve, da un brinco.

- ¿Qué haces ahí? Casi me matas de un susto.
No era mi intención.

- Escuché todo lo que dijiste y no he dejado de pensar en ello, Tate. Te voy a responder lo que preguntaste antes y me vas a escuchar así no quieras. Yo dejé que hablaras y ahora es mi turno.

- Miles no es necesario – dice acercándose un poco.

- Si lo es, Tate... -Ella accede y comienzo a descargar todo lo que estaba conteniendo.

- Miles, no sé qué decirte – responde desconcertada– ¿Cómo puedes asegurar que siempre me has amado cuando elegiste a Rachel antes que a mí? Vi como la mirabas, Miles, tú la amabas a ella. No a mí.
No será fácil para ella entenderlo. No lo fue para mí. Debo darle una respuesta convincente para que no le queden dudas.

- Tenemos que salir de aquí ahora – grita desesperada.

- Déjame explicarte, Tate.
No hay forma de que salga de aquí sin aclarar todo.

- Me lo explicarás después, está sonando la alarma de incendios del edificio, tenemos que desalojar ahora mismo. -Vuelve a gritar.  Y enseguida cambio a modo protector. No dejaré que nada malo le pase. A nadie más.

Salimos al pasillo y decido ir por las escaleras, es lo más conveniente. Percibo un fuerte olor a humo en uno de los pisos inferiores y apresuro el paso. No es fácil hacerlo con tantas personas tratando de bajar. Finalmente, escapamos del enorme edificio a salvo. Tate se inquieta por Cap y salgo a buscarlo entre el aglomerado que se formó afuera. No logro encontrarlo y decido volver adentro por él, a pesar de la súplica de Tate para que no lo haga.

Subo los escalones de dos en dos, descanso al llegar al quinto, faltan cinco más. El humo se vuelve más denso con cada piso que avanzo.
-Cap -'grito lo más fuerte que puedo pero no hay respuesta alguna. ¿Y si no está aquí?, tengo que comprobarlo. Apenas logro distinguir los números que identifican las puertas; toco con mis dedos el borde que sobresale, "08". Es aquí. Abro la puerta y reviso el apartamento. Él no está. Por un momento, pienso en quedarme, este será mi fin ¿merezco seguir viviendo? No lo veo justo después de lo que sucedió seis años atrás. Quizás Tate pueda seguir con su vida como era antes de que yo volviera.

Sal ahora, grita mi subconsciente.

"Tate" susurro.

Respirar se vuelve cada vez más difícil, toso en repetidas ocasiones, lo que provoca que mi cuerpo se debilite.

- ¿Hay alguien ahí? – escucho la voz de un hombre que reverbera por todo el piso. Caigo de rodillas al suelo y no logro levantarme aunque quiera. Como puedo, gateo hasta la puerta principal del apartamento. La silueta de un bombero se comienza a dibujar entre el humo, corre hacia mí y me coloca una mascarilla con oxígeno. Inhalo fuertemente hasta que mis pulmones se llenan; vuelvo a toser. Otro bombero se acerca y me ayudan a levantarme del suelo. Esta vez, bajo por el ascensor junto a mis rescatistas. Salgo por segunda vez de la inmensa infraestructura y lo primero que veo es a mi pequeña, su mirada cambia de pánico a alegría en cuestión de segundos, corre hacia mí y me abraza como nunca antes lo había hecho.
Por ella vale la pena continuar.

- ¿Estás bien? – dice cuando se aparta de mí y revisa con cuidado mis brazos.

- Lo estoy, pequeña. Ahora lo estoy – ella no tiene idea de lo que mis palabras significan. Ella es mi salvación. Los paramédicos se acercan a nosotros y le piden amablemente a Tate que les permita hacer su trabajo. Ella acepta y, con mucho pesar, camino junto a ellos. No quiero apartarme un segundo más de su lado. A mitad de camino, giro en mis talones para verla de nuevo y no me gusta nada el panorama. Erick está parado frente a Tate, luce bastante enojado. Aprieto mis puños y doy un paso para caminar hacia ellos.

- Debemos revisarlo, señor – indica el paramédico. Lo único que quiero es estampar mi puño en el cincelado rostro de ese muñeco de torta. Subo a la ambulancia donde me bombardean a preguntas. Respondo con monosílabos y mantengo mi vista por encima del hombro del paramédico. A través de la pequeña ventana, veo la castaña melena de Tate alejarse detrás de Erick. ¿por qué lo sigue? Me pregunto muy cabreado. Después de todo lo que le dije ¿está dándole explicaciones a él? Un aparato comienza a hacer un pitido extraño. No noté que me habían conectado a eso.

- Señor tiene la tensión un poco alta, esperemos un rato hasta que se normalice- dice con tranquilidad el paramédico. Claro que está alta, estoy muy enojado.

- ¿Puedo irme? – no veo la hora de salir de aquí.

- Aún no - responde sin mirarme. Perfecto, estoy preso en una ambulancia.

- ¿Cómo está? – escucho a través de las puertas. Es Tate. Una a una se abren y puedo verla. Una enorme chaqueta cubre su torso. Es de él. Trato de suavizar mi mirada para ella.

- Miles – es lo único que dice. Asiento levemente dándole a entender que todo está bien. Me dejan salir por fin del pequeño espacio de la ambulancia, es mucho más aterradora que la cabina del avión. Camino un pequeño tramo de la calle hasta conseguirme con Tate, ella habla con unos oficiales y luego se gira para estar frente a mí, Corbin se acerca también.

- Dicen que deben verificar todo el edificio antes de poder entrar. Quizás mañana podemos volver.
Juega con el borde de la chaqueta y luego me da un vistazo rápido.

- ¿Qué piensas hacer? - pregunta Corbin.

- Puedo ir con Brenda por esta noche ¿y ustedes?

- Vamos a un hotel Corbin, Cap y yo – respondo por ellos.

- Perfecto, quizás llamemos a Sacha para recordar viejos tiempos – fanfarronea Corbin. Le lanzo una mirada fulminante y él sonríe.

- Solo bromeaba, hombre –asegura palmeando mi espalda. Todos caminamos hasta el auto de Corbin. Tate va delante con él, Cap y yo subimos atrás. Recorremos una pequeña distancia hasta una pintoresca casa color marfil, es muy linda y familiar. Imagino a Tate correteando detrás de un pequeño niño con cabello castaño sobre la grama.
Ella se baja y cierra la puerta. Se despide con un gesto de la mano y eso es todo. No pude decirle nada más.

Llegamos a uno de esos hoteles con tiendas de ropa. Aprovecho para comprar un poco para cambiarme; por suerte, traía la billetera y el teléfono cuando sonó la alarma. Subo a la habitación y me echo sobre la cama, cansado. Nada salió como lo había imaginado, pensé que a esta hora Tate y yo habríamos aclarado todo. Nada es fácil en este mundo, y para mí mucho menos.
Al día siguiente, volvemos al edificio. El olor a humo aún se puede percibir. Un cortocircuito en un apartamento provocó el incendio.

Pasa un dia, dos... cinco más y no sé nada de Tate. ¿por qué se esconde de mí?

El día siete, me preparo para tomar un vuelo, por fin puedo volver a trabajar. Necesito hacerlo, es lo único que aparta mis pensamientos del infierno que he pasado al no saber de mi pequeña. Corbin dice que está en una convención de enfermería. Luego de ponerme mi uniforme, estoy listo para salir. Un pequeño golpe en la puerta hace que dé un respingo. ¿Será Tate? Camino con una sonrisa dibujada en mi rostro que se borra en el mismo instante que abro la puerta y lo veo a él. El monigote de Erick.  


UGLY LOVE: FOREVER YOU (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora