UGLY LOVE: FOREVER YOU (editando)

CAPÍTULO 15. CORAZÓN DIVIDIDO

TATE POV

Miles me mira fijamente a los ojos como si tratara de leer mi mente. Si, no le había dicho a Erick que vivía aquí ¿La razón? no quería lidiar con esto ahora. Tomo a Erick de la mano y lo arrastro por el pasillo. Lo menos que necesito es un duelo de titanes. Cuando llegamos al ascensor, las puertas se abren enseguida. Agradezco que Cap no esté en su puesto porque no quiero que escuche los reclamos de Erick. No hago contacto con sus ojos esperando que pase por alto esa situación. Él me toma con sus brazos presionando mi cuerpo contra el ascensor. Besa mis labios reclamándolos como suyos. Dejo que descargue su rabia en ellos. Mordisquea mis labios con fuerza de forma agresiva y pasional. Luego los aparta y presiona su frente con la mía.

- Eres mía, Tate. Solo mía. – susurra. El ascensor se abre indicando que llegamos. Él camina hasta su auto presionando sus pies con fuerza sobre el pavimento. Nunca lo había visto tan molesto. Mi respiración sigue agitada en respuesta por el beso que me tomó por sorpresa. Lo sigo en silencio, abro la puerta y me deslizo sobre el asiento del copiloto. Muerdo mi labio inferior buscando las palabras adecuadas, pero dudo que exista alguna.

- Iba a decírtelo – expreso quedamente mientras aprieto los ojos. Preferiría que me gritara, que dijera algo en vez del silencio. Nunca le había ocultado nada antes, pero Miles ha revolucionado mi vida de tal modo que empiezo a desconocerme.

- No es así – dice con los dientes apretados.

- No encontré el momento adecuado.

- Eso no cambia el hecho de que lo estabas ocultando. En este momento, estoy muy enojado contigo y no tengo deseos de hablar del tema - dice sin mirarme. Entiendo que esté enojado y sé que tiene razones para hacerlo.

Guardo silencio durante todo el trayecto a la gala. En cuanto llegamos, Erick cambia su ceño fruncido y dibuja una pequeña sonrisa. Me sorprende un poco la capacidad que tiene para disimular. Rodea su coche y me abre la puerta. Le entrego mi mano cuando me ofrece la suya. Caminamos por la alfombra roja que fue dispuesta para los invitados. Es un evento por todo lo alto. Copas de champagne, caviar, langostas y muchas "exquisiteces más". No soy el tipo de chica de caviar y champagne, prefiero una pizza y una cerveza. Pasamos por el área de prensa donde cientos de flashes son disparados hacia nosotros. Somos el centro de atención de todos luego del gran anuncio en prensa de nuestro compromiso. Los periodistas lazan preguntas, atropellándose en sus palabras unos con los otros. Logro escuchar un "¿para cuándo es la boda?" entre los distintos murmuros. Erick me mira de reojo y sonríe. Mis piernas tiemblan solo de pensar que diga una fecha.

- Aún no lo hemos decidido – responde sin más. Me vuelve el alma al cuerpo en cuanto lo dice. Seguimos nuestro camino hacia la entrada del hotel Palace, es un edificio majestuoso que conserva los detalles de la arquitectura original combinada con detalles modernos y de vanguardia. Entramos al majestuoso hall iluminado con una enorme lámpara tipo araña que cuelga desde el techo, es realmente preciosa, destacan los detalles antiguos con acabados modernos. Observo todo con asombro y admiración. Kathleen, la madre de Erick, se acerca a nosotros con una enorme sonrisa, luce realmente perfecta con un vestido blanco con mangas.

- Cariño luces muy apuesto – dice emocionada y deposita un beso en la mejilla de Erick. Luego dirige su mirada a mí y sonríe.

- Luce hermoso en ti ese vestido azul, le dije a Erick que te vendría a la perfección. Es un Zuhair Murrad, aunque no creo que sepas quién es – comenta sonriendo.

Me pongo enferma al instante, no soy una persona banal, las cosas de valor no me impresionan. Sonrío disimulando mi molestia, no creo que Kathleen esté tratando de incomodarme. La última vez que comimos juntos fue muy amable. Erick me presenta a tantas personas que se me dificulta recordar sus nombres. En todo momento, rodea mi cintura con su brazo expresando posesión. Me disgusta que crea que tiene derechos sobre mí; aun cuando me convierta en su esposa, no tendrá ese derecho.