MI BARRIO

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Mi barrio es un lugar digno de cuento, donde las casas son todas iguales, la altura de las casas no es superior a tres plantas, son edificios alargados con dos portales y a cada portal le corresponde seis pisos, tres de cada lado; en los cuatro pisos superiores de cada portal lucen unos balcones de madera y en las ventanas de cada piso hay unas contraventanas también de madera.
Las calles son alargadas y en el centro del barrio esta la Plaza Mayor, a un lado esta el río y al otro lado esta una pequeña cima donde está situada la Iglesia.
Los nombres de las calles son ríos y montes, menos las dos calles principales que llevan el nombre de las ciudades más importantes.
Al lado de la iglesia en una zona mas baja tenemos el parque infantil y una piscina al aire libre; muy cerca de allí está el colegio de los niños; el colegio de las niñas está en la zona del río, aunque los niños más pequeños tienen el colegio muy cerca del de las niñas.
A ese colegio le llaman « Los tubos » ya que tienen esa forma y al lado del colegio esta el campo de fútbol.

Mi familia y yo vivimos en un piso de esos portales de una de esas dos calles principales de el barrio; en el barrio vive gente de clase obrera.

Todas las familias llegamos de diferentes partes de España; mi familia en concreto vino de Galicia.
Mi madre es gallega y mi padre asturiano ya que el pueblo de mi padre aunque esté cerca del de mi madre pertenece a Asturias.
Mis tres hermanos mayores son gallegos, a partir de mí todos somos asturianos.

Mi barrio ha sido construido para todas esas familias que un día cogieron sus maletas para buscar un futuro mejor a un lugar distinto de los pueblos que dejaron atrás.

Mi barrio pertenece a la Empresa donde trabajan los obreros que viven en él.
En mi barrio tenemos un Economato; es un edificio de dos plantas, en la primera planta esta el supermercado y en la segunda planta están las tiendas de ropa y calzado. Lo bueno del economato es que esta todo más barato; pero solo pueden entrar las familias de los obreros que trabajan en la empresa.
Hay un señor en la puerta que controla quien entra.
Para poder entrar tenemos que enseñar un carnet.
Un día que fuimos Ana y yo a comprar no nos quería dejar entrar porque la foto que yo tenía en el carnet no se parecía a mí, y es verdad porque ahora estoy más gordita debido a la medicina que estoy tomando para el asma y para colmo llevaba un pantalón largo y tengo el pelo corto y se pensaba que era un chico.
Al final nos dejó entrar a regañadientes.

¡¡ Odio tener el pelo corto !!
¡¡Odio estar más gordita !!

Ana está aprendiendo inglés en el colegio y cada vez que aprende algo nuevo nos lo enseña a nosotros, de esta manera aprendemos canciones, lo bueno de todo esto es que luego las cantamos a la gente mayor y siempre nos dan algo para comprar chuches,
además nos dicen que somos todos muy guapos y les encanta vernos a todos en fila cantando.

Mamá me manda ir a comprar a la tienda sin dinero, la primera vez que fui no me creía que me fueran a dejar marchar sin pagar pero mi madre me dijo:
- Dile que lo apunte que ya pasaré a pagarlo.
Y es cierto, no solo lo hace mi madre, lo hacen todos los del barrio.

Un día Angel llegó a casa llorando diciendo que Iván le tocó con un palo la campanilla que tenemos en la garganta para ver si sonaba y se quejaba de que le dolía.
Mi mamá tuvo que marchar a toda prisa con Angel al médico, cuando llegaron a casa Angel venía todo contento comiéndose una piruleta.
Lo bueno de ir al médico es que siempre veníamos con una piruleta.

Con todos los que somos siempre aparece alguno llorando por algo.
¡¡ Que paciencia tiene mi madre !!

A la hora de las comidas siempre hay alguno que se queja :

-Esto no lo quiero, no me gusta - Dice Iván.

-Yo quiero patatas fritas con salchichas - Dice Marcos.

- A Lucas le has puesto más que a mí- Dice Angel.

Angel siempre se queja de que le echan más a los demás que a él.

Pero mi madre con su santa paciencia nos atiende a todos y si hace falta nos pone otra cosa para comer con tal de que lo comamos todo.

Yo no tengo esos problemas, cómo todo lo que me pongan en el plato...
Estoy echa una tragona.

Cuando papá no está, cómo en la cocina con todos y me lo paso muy bien con ellos, ya que no callamos ni teniendo la boca llena.

Mientras comemos Ana no para de leer tebeos, se pasa todo el tiempo riéndose y nos pasamos todo la comida preguntándole porque se ríe tanto, al final nos acabamos riéndonos todos.

Un día Ana se atragantó con una espina por culpa de estar leyendo y lo pasó muy mal... A mí me asustó tanto que ahora no quiero comer pescado.

Empezando a la vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora