✴✴✴✴✴ NARRA IGNAZIO ✴✴✴✴✴
No había parado de besarla desde que había empezado a hacerlo. Debía reconocer que, realmente, sus labios eran unos de los más bonitos y besables que había visto en mucho tiempo. Me sorprendió no haber reparado en eso la primera vez que vino. Pero luego, me vi obligado a detenerme, pues mi lado "sensato" había hecho acto de presencia en cuanto recordé una cosa muy importante:
Ignazio: TN... ¿En serio quieres hacer esto? Digo... Porque te acabas de casar. Y... Si decides acostarte conmigo, esto no tendrá ningún tipo de repercusión en mí, pero en ti sí. Estás casada... Esto sería una infidelidad.
Ella pareció también darse cuenta en ese momento, y se me quedó mirando con ojitos de cachorrito:
TN: Tienes razón... ¿Qué estoy haciendo?
Yo iba a hablar para tranquilizarla, solo nos habíamos besado un poquito, pero no me dio tiempo. Observé cómo su labio inferior comenzaba a temblar ligeramente y pequeñas lágrimas de cocodrilo inundaban de nuevo su mirada:
Ignazio: No llores otra vez. No tienes por qué hacerlo, no ha sido tan grave. Te lo aseguro...
Pero me hizo caso omiso, rompió en llanto sin apartar la vista de mí. Yo no soporto ver a las chicas llorar.
✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
Me eché a llorar, sí. Pero ya no lloraba por lo de Gianluca... Sino por este tío que se encontraba delante de mis narices, en gayumbos, con el que ya había tenido relaciones una vez y con el que me acababa de besar. Me sentí como una completa idiota al darme cuenta de que había pasado de llorar por mi marido, a hacerlo por Ignazio. ¿Por qué, si apenas lo conocía? En ese preciso instante, no fui consciente de mis actos, simplemente recordé lo mucho que me había hecho disfrutar en la despedida y lo siguiente que recuerdo fue mi cuerpo dejando caer todo su peso sobre el suyo para besarlo, para serle completamente infiel a Gian:
Ignazio: TN...Quiero decir, señorita Ginoble...
Lo silencié poniéndole un dedo sobre sus suaves y cálidos labios:
TN: Shhh... Ahora no tengo ganas de ser la señorita Ginoble, Ignazio. Ahora necesito olvidarme de todo.
Ignazio: ¿Estás segura de lo que haces?
Yo asentí repetidas veces:
Ignazio: Esto no está bien... Yo solo te estoy avisando...
TN: Calla. Déjame quererte... Por favor...
Y, por fin, él cedió. Igna era el experto, pero lo cierto es que yo no venía para que me mimaran. Mi cerebro hizo "click!" y comprendí que me iba a empezar a obsesionar con él. Pero jamás pensé que llegaría a hacerlo de un modo tan enfermizo y malsano...
✴✴✴✴✴ NARRA PIERO ✴✴✴✴✴
Regresé a mi casa tras haber "ayudado" a Gian a aclarar sus ideas, pero cuando llegué, me di cuenta de que Grazi no estaba. ¿Dónde se habría metido? Bueno, mirando el lado positivo, podría preparar más cartas de amor para el señorito Ojitos Bonitos. Así que, ni corto ni perezoso, subí a mi habitación, saqué una hoja de papel, me hice con un bolígrafo y empecé a trazar garabatos:
"Querido Gianluca:
No he sido capaz de parar con mis cartas, lo siento mucho. De verdad que pretendía dejar de hacerlo, pero... No te imaginas lo duro y difícil que se me hace acabar con todo trato que tengo contigo. Me gustaría tanto que todo este tinglado de la boda fuese una pesadilla... No sabes cuánto desearía que fuese así, para tenerte solito, para mí... Te amo, Ojitos Bonitos.
Siempre tuyo/a:
ANÓNIMO/A.
Leí y releí lo que había escrito. Me gustó, pero faltaba un toque. Un toque personal. Rebusqué entre mis cosas en el cuarto de baño y encontré el frasco del perfume que usaba para mis cartas, pero estaba prácticamente vacío:
Piero: Mierda... Sin el olor, no será capaz de encontrarlas.
Así que rocié tanto la carta como el sobre con otra colonia mía distinta, y me lo guardé en el bolsillo de la chaqueta, con el propósito de esconderla cuando volviera a la casa de Gian:
Graziela: ¡Amor!
Me di la vuelta, sobresaltado. No había escuchado a Grazi llegar. Me escondí el sobre detrás de la espalda lo más rápido que pude, pero todo fue en vano...:
Piero: Ho-hola...
Graziela: ¿Qué es eso?
Y empezó a acercarse a mí, acortando peligrosamente las distancias y con el propósito de coger la carta:
Piero: N-nada, no es nada...
Graziela: Anda, trae, déjame ver...
Y, en un movimiento rápido, conseguí esconder el sobre entre más papeles que tenía en el escritorio:
Piero: ¿Qué querías ver?
Le mostré ambas manos, sonriéndole con dulzura y posicionándome a su lado para pasar un brazo por sus hombros:
Graziela: Em... No, ya da igual...
Bufff, por qué poquito y casi me descubre. Decidí cambiar de tema también para que no nos invadiera un silencio incómodo, realmente no me apetecía:
Piero: Bueno, y... ¿Dónde te habías ido?
Graziela: Me aburría aquí sola y quise salir a dar un paseo, solamente eso.
Piero: Oh... Está bien.
De pronto, una sonrisa de esas bonitas que ella siempre me regalaba se dibujó en su cara:
Graziela: ¿Y qué tal si salimos a cenar fuera? Así no me mato cocinando...
Al final acabé aceptando. Era buena persona y lo menos que podía hacer era mantenerla contenta... Aunque no la correspondiera totalmente.
✴✴✴✴✴ NARRA GIANLUCA ✴✴✴✴✴
Tras la charla que había tenido con Piero, ya me sentía mucho mejor, y me puse camino al hotel de nuevo:
Gianluca: TN, amor... ¿Dónde estás?
La busqué por toda la habitación, pero no la encontré. ¿Adónde había ido a parar mi esposa?
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♡ Doppia Vita ♡ {Ignazio Boschetto & Tú}
Fanfiction- Pero... Tú eres mío. Él resopló, como si estuviera cansado de responder (y, probablemente, así era): - Yo no le pertenezco, señorita Ginoble. Yo no la amo.