Capítulo 21: Decisiones y equivocaciones.

392 28 19
                                    

✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
TN: ¡¡¡A VER!!! ¿¡QUIERES HACER EL FAVOR DE CONTESTARME DE UNA PUTA VEZ, IGNAZIO!?
Yo lo miraba con rabia, notaba que mi rostro estaba completamente rojo por el enfado, y él no ayudaba al no responder:
TN: ¡¡¡IGNAZIO!!!
Nada. Ni siquiera me sostenía la mirada, y nadie podría imaginar lo mucho que me hería aquello. Hasta que no pude más. Si no reaccionaba por su propia cuenta, yo le ayudaría. Levanté mi mano en el aire, con el propósito de pegarle una buena bofetada en su tallada y hermosa cara. Para mi mala suerte, ese golpe que tenía planeado en mi cabeza, no llegó. Ignazio atrapó mi extremidad antes de que pudiera lograr mi cometido. Fue la primera vez que me miró. Y sus ojos reflejaban una muy mala hostia:
Ignazio: NO. ME. TOQUES.
Me soltó de sopetón el brazo, y me empezó a gritar:
Ignazio: ¿¡QUIERES SABER LO QUE ESTABA HACIENDO, EH!? ¿¡DE VERDAD QUE QUIERES SABERLO, TN!?
Yo asentí:
TN: ¡¡¡PUES CLARO QUE QUIERO SABERLO!!!
Se lamió los labios con frustración y continuó con sus chillidos:
Ignazio: ¡¡¡PUES TE LO DIRÉ!!! ¡¡¡IBA A HACERLE EL AMOR A ESA CHICA MORENA!!! ¡¡¡IBA A HACER MI TRABAJO!!! ¡¡¡ES ASÍ COMO ME GANO LA VIDA Y YA TE LO DIJE, TÚ YA LO SABÍAS!!! ¿¡POR QUÉ NO PUEDES DEJARME EN PAZ!?
Cerré la boca con fuerza para evitar llorar delante de él, pero también quise contestar, aunque fuese tartamudeando como una imbécil:
TN: ¡¡¡PORQUE TE AMO, JODER!!!
Y, en ese momento, me quebré. Rompí a llorar, y justo como una niña pequeña. Supe que Igna también se había sentido un poco culpable por la forma en la que sus ojos marrones se clavaron en mí, y porque entrelazó cuidadosamente nuestras manos:
Ignazio: Escucha... Ya sabes que lo nuestro no puede ser. ¿Por qué no desistes ya? Te aseguro que no valgo la pena...
Lo tomé por el mentón y se lo acaricié suavemente:
TN: No sabes lo mucho que me molesta que no te valores. ¿No entiendes que estás indefenso? ¿Y que yo te quiero y estoy enamorada de ti?
Él negó lentamente y acabó suspirando. Buf, eso no era una muy buena señal...:
Ignazio: Déjese de estupideces y mejor vuelva a casa con su marido. Yo tengo cosas que hacer.
Y ahí se demostraba que yo tenía razón. La mala señal: Me había tratado de usted... Elevé mi mano de nuevo, esta vez fue para revolverle el pelo negro y brillante que poseía:
TN: Pero... Tú eres mío.
Él resopló, como si estuviera cansado de responder (y, probablemente, así era):
Ignazio: Yo no le pertenezco, señorita Ginoble. Yo no la amo.
Y, sí. Así fue cómo mi corazón se rompió por culpa de Ignazio Boschetto, un simple prostituto de un puticlub vulgar. Dejé de tocarlo, decidí dejar de insistir, pues él no me correspondía. Además, ¿en qué me había convertido? Eché la vista atrás, y me sentí fatal por recordar cómo me había ensañado con Gian, cómo lo había tratado cuando la única que tenía la culpa de toda aquella situación, era yo. Gianluca no se equivocaba: Sí que había cambiado, y radicalmente. ¿Y por quién había cambiado? Por ese hombre alto, fuerte y experto en el sexo que tenía enfrente. Y yo estaba casada. No debía dejar que un buen chico que siempre se había portado súper bien conmigo, fuese sustituido en mi corazón por un tío que se follaba a mil mujeres cada día y que, aunque no lo quisiera reconocer, no sabía salir de esa deprimente vida por sí solo:
TN: La chaqueta.
Ignazio entornó los ojos, como si no entendiera:
Ignazio: ¿Qué? ¿Qué chaqueta?
TN: Me mandaste... Un mensaje diciendo que me había olvidado la chaqueta aquí. He venido a por ella. Devuélvemela, por favor.
Ignazio: Ah, sí... Es cierto.
Así que se dirigió hacia un pequeño armario que había en la habitación en la que nos encontrábamos, lo abrió, hizo como que rebuscaba en su interior y terminó por sacar mi abrigo de cuero. Extendió su brazo con tatuajes en mi dirección:
Ignazio: Toma.
La agarré, me enfundé en ella y susurré un casi inaudible:
TN: Gracias...
Cuando iba a salir, él habló otra vez:
Ignazio: Oye, TN... Yo... No quería que esto pasara.
TN: La culpa ha sido mía, por hacerme ilusiones y creer que tú también sentías algo más por mí.
Y desaparecí de la habitación. Afuera todavía estaba la morena. Era insistente, la verdad sea dicha. Había venido a por un buen polvo y no parecía dispuesta a irse sin él. Yo me crucé con ella y le dije:
TN: Supongo que Ignazio ya puede atenderte... Que lo goces.
Seguí caminando hacia la puerta de salida. Obviamente, escuché que la morena me llamaba "puta", pero hice caso omiso porque también oí cómo sus tacones iban al mismo cuarto del que acababa de salir yo. Volvería al apartamento. Y, esta vez, con un nuevo objetivo: Pedirle perdón a Gianluca y hacer que mi marido recuperara a la chica de la que se enamoró.
✴✴✴✴✴ NARRA IGNAZIO ✴✴✴✴✴
Cuando TN se fue, sentí que mi mundo se derrumbaba ante mis ojos. Era horrible, espantoso, me dolía como nadie tenía idea... Porque, al fin y al cabo, ella se había equivocado en una cosa: Yo sí que sentía algo más por ella. Y era raro, porque en este trabajo, nunca una mujer me había llamado tanto la atención... ¿Sería amor? Estaba casi seguro de que sí que lo era. Decidí hacer algo. Cambiar mi vida y pegar un giro de 180 grados, y estaba totalmente convencido de que TN se sentiría orgullosa y feliz por lo que estaba a punto de hacer. Abrí la puerta, y allí estaba la morena con la que había planeado acostarme... Lena:
Lena: Bueno, Igna... ¿Por qué no pasamos ya adentro y... Ya sabes?
Sonreí con vergüenza y se lo dejé claro:
Ignazio: Lo siento mucho, Lena. Pero no, no voy a acostarme contigo, porque DIMITO. No quiero trabajar más aquí.
Y la dejé en el pasillo, con un palmo de narices. Esperaba encontrar pronto un nuevo empleo para poder mantenerme de una forma más digna.
✴✴✴✴✴ NARRA GIANLUCA ✴✴✴✴✴
Ya había pasado un poco desde que había llegado al apartamento y era incapaz de sacarme a Piero de la cabeza. La agradable sensación de nuestros labios bailando pegados, entendiéndose perfectamente, era algo que no olvidaría fácilmente. Me sentía tan raro... Jamás me había besado con un hombre. Y nunca creí que me iba a gustar... De repente, la puerta se abrió y entró ella:
Gianluca: TN...
TN: Hola, Gian... Verás, tengo que decirte algo...
Me encogí de hombros, preparándome mentalmente para otra bronca de las suyas:
TN: Quiero pedirte perdón. Por todo. No te he tratado como te mereces, y me siento muy mal por ello. Y no me gustaría que pensaras que no te quiero, porque no es así... Lo siento mucho, de verdad que sí.
Me quedé tan sorprendido que lo único que dije fue:
Gianluca: TN... Disculpas aceptadas.
Ambos sonreímos y se me acercó despacio. Nos besamos, como debíamos hacer. Al fin y al cabo, estábamos casados y eso era porque nos amábamos, ¿no?:
TN: Te amo, Gianluca.
Sonreí:
Gianluca: Yo también te amo, Piero...
✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
¿¡QUÉ!? ¿HABÍA OÍDO MAL O GIAN HABÍA DICHO "PIERO"?:
TN: ¿Qué acabas de decir, Gianluca?

♡ Doppia Vita ♡ {Ignazio Boschetto & Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora