Capítulo 24: La quiero.

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✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
TN: Bueno...
Ignazio: Bueno...
TN: ¿Qué tal está?
Él enarcó una ceja:
Ignazio: ¿Que qué tal está quién?
Yo bufé:
TN: Joder, Ignazio... ¡¡¡QUE QUÉ TAL ESTÁ EL ESCALOPE CON PATATAS!!!
Ignazio: ¡Aaaahhh, vale!
Se dio dos fuertes palmadas en la frente y se rió:
Ignazio: Está todo muy rico, señorita...
Antes de que pudiese finalizar lo que iba a decir, le lancé una mirada de advertencia:
Ignazio: Garbari...
Sonreí y me metí otro trozo de carne a la boca:
TN: Buy bieb, Igba, haf fafido falir del brobleba cob éfito.
Puso una ligera cara de asco y bajó la vista a su plato:
Ignazio: No he entendido ni papa de lo que has dicho.
Hice esfuerzos por tragar lo más deprisa que pude y sonreí:
TN: Te he dicho que muy bien, Igna, has sabido salir del problema con éxito.
Ignazio: ¿Y de qué problema se supone que me he librado?
Me rasqué la mejilla y lo miré:
TN: Digamos que, si me hubieses llamado "Señorita Ginoble" de nuevo, ahora mismo no estarías respirando.
Puso los ojos en blanco y resopló:
Ignazio: Ay, TN Garbari... Tan fina como siempre.
TN: Pues ya ves. Y haz el favor de levantarte y ayudarme a recoger la mesa, ¿quieres?
Asintió despacio y comenzó a apilar los platos, vasos y cubiertos, a tirar las servilletas de papel a la basura y a limpiar la mesa con un trapo húmedo. Pero supongo que yo quería aprovechar el momento:
TN: Genial, todo ha quedado la mar de limpito.
Igna sonrió con orgullo:
Ignazio: Ya, bueno, es que yo... No solo tengo habilidades en la cama.
TN: Oye, no te subas mucho a la parra, que todavía no has terminado.
Él pareció sorprendido, y una sonrisa burlona se me dibujó en el rostro:
Ignazio: ¿Y eso? ¿Qué más quieres que haga?
Fui hacia un rincón de la cocina, tomé la escoba y el recogedor y se los tendí:
TN: Sé un buen acogido y barre el suelo, por favor. Lo haría yo, pero... Ya sabes, prefiero tomarme una buena ducha.
Le guiñé un ojo con expresión triunfante y vi cómo empezaba a barrer, con una cara de "¿Quién me mandaría a mí haber venido aquí?" que me hizo mucha gracia, y me dirigí al baño. De verdad que lo mejor que podía hacer era ducharme, un momento de relax para mí tras esta pequeña venganza, aunque lo cierto era que yo no estaba enojada con él, ya no, pero... Me apetecía divertirme. Me disponía a desnudarme cuando mi móvil vibró. Era un mensaje... De Gianluca:
"¿Y qué dirías si te digo que me he acostado con Piero y que me ha gustado? Por cierto, pasaré la noche con él".
Traté de no reírme, pero fue en vano. Ya sabía yo que Piero lo cautivaría, él, al fin y al cabo, era un buen chico y haría feliz a Gian. Le respondí:
"Te diría que podemos divorciarnos cuando quieras, querido amigo. ¡Un beso! Y ahora déjame ducharme, que lo necesito, pero a la vuelta quiero detalles morbosos :P".
Bloqueé el teléfono y, por fin, me desnudé y empecé a preparar la bañera.
✴✴✴✴✴ NARRA IGNAZIO ✴✴✴✴✴
Ignazio: Ay Dios, esta mujer me va a matar... Bueno, por lo menos parece que no sigue enfadada... Pero yo tengo que barrerle la mierda del piso mientras ella se ducha. Mientras... TN Garbari se... Ducha...
En ese preciso instante, escuché que ella abría el grifo del agua y esta comenzaba a caer. Y me la imaginé... Obviamente, ya estaría completamente desnuda, con su perfecto y moldeado cuerpo mojado y resbaladizo... Salí de mis pensamientos cuando sentí algo golpear el suelo. Me lo reproché a mí mismo:
Ignazio: Joder, Ignazio, ¿qué coño te pasa?
Resulta que me había relajado tanto pensando en TN que, sin querer, solté la escoba que estaba sosteniendo antes. Ese era el ruido anterior. Y entonces, la recordé llorando, y lo que sentí fue como una gran punzada en el pecho: La quería. Pero no solo en lo referente al terreno sexual, aunque también, sino por su personalidad y manera de ser... No sé por qué no la creí cuando me dijo que me amaba, que estaba enamorada de mí... ¿Por qué? ¿Quizá porque me sentía mal por su marido? No, pero ahora ella ya no era la señorita Ginoble, me lo había dicho. Y ahora, yo no era un simple juguete de puticlub. Ahora... Ambos éramos libres:
Ignazio: No puedo más, tío...

Debía dirigirme a ese puñetero baño. Quizá no era muy romántico confesarle mis sentimientos al tratar de hacerle el amor en la ducha, pero bueno... Yo también lo necesitaba. Me detuve justo delante de la puerta del aseo, que estaba cerrada, pero no con llave. Me despojé de toda la ropa que llevaba puesta en ese momento y la abrí sigilosamente. Podía divisar su hermosa silueta tras las cortinas, lavándose el pelo... Y me metí dentro, con ella, sin hacer ruido. No me oyó, y la abracé por la cintura, así, de sopetón. Ella dio un respingo:
TN: ¡Ah!
Ignazio: Shhh, tranquila... Soy yo.
La giré con cuidado para verle los ojos:
TN: ¿Ignazio? ¿Tú no deberías estar... Ba-ba-barriendo?
Sonreí y deslicé mis labios por su cuello, hasta que llegué a su oreja, donde le susurré:
Ignazio: Es que te necesito, y no solo para el sexo...
Se le puso la piel de gallina, lo cual me excitó todavía más:
TN: ¿A qué te... refieres?
Ignazio: Me refiero a que, además de tener razón en lo de mi trabajo, también la tienes en otra cosa: Soy totalmente tuyo, TN Garbari. Solo tuyo, y siempre lo seré.
Sus ojos se iluminaron, pero seguía sin reaccionar, así que intervine besándola. Se sentía tan bien su boca contra la mía, nuestras lenguas juguetonas, nuestros cuerpos desnudos... Absolutamente todo. Las respiraciones se nos empezaron a agitar, ella estaba contra una de las paredes de la ducha, y yo la presionaba más, pero no podíamos hacerlo por un motivo:
TN: Igna, los condones...
Asentí y tuvimos que ir a su cuarto a por uno. Los dos estábamos empapados, pero... La situación merecía la pena. Su cama, seca y perfectamente hecha, fue desordenada por nuestro deseo. Primero, yo la domé poniéndome encima. 1 orgasmo. Luego, intercambiamos posiciones y ella me domó a mí. 2 orgasmos. Acaricié su torso, adornado con pequeñas gotas de agua, y fui bajando hasta sus piernas. Se las separé, me hizo un gesto para que prosiguiera y continué hasta el final. 3 orgasmos. Cuando se recuperó, me dejó claro que lo deseaba tanto como yo. Me besó en los labios, los deslizó por mi nuez y fue lamiéndome todo el pecho. Y que nadie piense que paró al llegar a mi entrepierna, porque no lo hizo. Me quería ver retorciéndome y gimiendo de placer como un loco, y eso fue lo que pasó. 4 orgasmos. Nos tumbamos en las mojadas sábanas, nosotros, satisfechos, sudorosos y mojados también:
TN: Ignazio... ¿De verdad estás enamorado de mí?
Ignazio: Que me caiga un rayo si miento. Ya te he dicho que soy tuyo, desde las puntas de los pelos de la cabeza hasta las uñas de los pies. Quiero que esto vaya a más, porque yo... Te amo.
TN: Yo también soy tuya, Igna. Porque yo también te amo, como no tienes idea...
Sonreí:
Ignazio: ¿Constantemente mía?
TN: Constantemente tuya...

♡ Doppia Vita ♡ {Ignazio Boschetto & Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora