Capítulo 9

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Abro los ojos e inmediatamente me da un tremendo dolor de cabeza.

Joder, primera y última vez que tomo, me siento tan del infierno que apenas me doy cuenta que no estoy en mi habitación y solamente tengo puesta mi ropa interior con una playera que no es mía, huele a hombre..

MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA.

Antes de poder gritar o correr, entra él.. Si, él. Aquél chico tan guapo e imponente con tatuajes, que ahora se le nota preocupado. ¿Por mi?

-¿Estás bien? -dice angustiado.

-Me duele la cabeza, pero eso no me importa. ¿Qué hago aquí, así y contigo?

-Preciosa, casi te secuestran.

Está con las manos hechas puños y la mandibula tan marcada que creo que le van a tronar los dientes.

-¡¿QUÉ?! ¿Y EN DÓNDE ENTRAS TÚ, ME QUIERES HACER DAÑO?

-No, claro que no. Deja que te cuente. -dice apresurado.

-Habla rápido, por favor. -le pido

-No tengo idea del porqué, pero estabamos en el mismo antro.. iba saliendo del baño de damas cuando alguien, osea tu, ibas adelante de mi caminando algo torpe, como mareada y un tipo te dijo algo al oído, para después hacerle señas a no se quiénes. Empezó a casi correr entre tanta gente hacia la salida de emergencia. Tuve un mal presentimiento así que los seguí, estaban por meterte en una camioneta negra que no es precisamente para personas buenas, golpee a 3 de ellos y te tomé para llevarte a mi coche. Como no sabía en dónde vives, te traje a la casa de mi hermano.

-Bien, muchas gracias por salvarme de aquella cosa, pero explicame por qué estoy en ropa interior y una playera, supongo, tuya.. -dije con temor de saber la respuesta.

-Ese vestido estaba manchado de no sé qué y pues le dije a la novia/amiga de mi hermano que te cambiara. No pasó nada entre nosotros, tranquila.

-Gracias, de nuevo..

-No te preocupes, lo haría por cualquiera.

Bien, eso dolió. 

-Mmm.. ¿me puedes prestar el baño?

-Claro, vamos.

-¿Ah?

-Te acompaño a la puerta del baño -dijo pícaro

-Oh, si, claro.. -dije nerviosa

Salimos de la habitación, caminamos por un pasillo pasando por 6 puertas y después por el corredor de la izquierda. ¡Qué grande es esta casa!

Después de asearme y lavarme los dientes, fui corriendo con ojitos.. Si, ya le había puesto así al chico de los tatuajes.

Entré a la habitación en donde desperté encontrandome con un chico pacificamente dormido en la cama, con toda la pena del mundo lo zarandee un poco, ya que necesitaba mi celular.

-Hey, por favor despierta..

-¿Qué sucede?

-No tengo idea de en dónde se encuentra mi celular, ¿no lo traía conmigo cuando me trajiste aquí?

-Si, lo había olvidado. Está en aquel mueble, segundo cajón. -dijo señalando

-Gracias.

Al abrir el cajón que me había indicado, se encontraba una cajita de preservativos y a un lado mi móvil.

Tenía 10 llamadas de mi mamá, 40 de papá, 254 WhatsApp y miles de mensajes de voz.

Nunca habia tenido tantas notificaciones, así que sonreí. Pero al recordar el porqué de tantas cosas, llamé a mi madre y le expliqué lo que me había pasado, contándole que estaba en casa de mi amiga "Flor", claro que lo inventé. Me dijo que si no estaba en 10 minutos en la casa, jamás volvería a tener permiso para salir a ningún lado.

De nuevo me acerco al chico, quiero saber si me encuentro lejos de casa.

-Oye, ¿en qué parte de Seattle estamos?

-A las afueras.

-¿Me puedes hacer un último favor?

-Mmm.. supongo.

-¿Me acompañas a una parada de autobus?

-No.

-Oh, em, ok.. -dijo apenada

-Te voy a llevar hasta tu casa. -Dice levantadose y caminando hacia la puerta.

Lo sigo sin decir ningún comentario, nos subimos a su auto.

Es uno de mis favoritos, un jodido Camaro plateado. No puedo creerlo, es perfecto.

Distraídamente le digo mi dirección y llegamos en un suspiro. Cuando estoy apunto de bajarme toca mi rodilla y hace que me tense por completo. A lo que sonríe y baja para abrirme la puerta. Le agradezco y camino a la entrada de mi casa.

Cuando volteo, el ya está arriba de su coche. Baja la ventanilla y me alza su mano en manera de despedida y hago lo mismo. Se va acelerando a gran velocidad, claro tenía que ser un chico malo.

Abro la puerta y mis padres están en la sala, sentados y esperando una respuesta a mi comportamiento.

¡CERO PERMISOS, ESO ES LO QUE ME ESPERA!



Rude boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora