Un mes lleno de dudas que llegan a la misma respuesta. Un mes estando triste. Un mes cumpliendo mi aburrida rutina. Un mes lleno de odio. Un mes lleno de coraje. Un mes decepcionada. Pero todo se resume en un mes sin Markus. Un mes entero sin saber nada de él.
¿Tan poco signifiqué para él? ¿Tanto le aburrí? ¿Sólo era una más?
Esas preguntas no dejaban de rondar por mi cabeza, ni siquiera he podido convertir una sonrisa falsa en una verdadera. Todos mis pensamientos estaban en él. No he podido conciliar el sueño, en las noches solo duermo unas cuantas horas para despertar sobresaltada por culpa de pesadillas. Y adivinen sobre quién.¡Exacto, MARKUS!
Su ausencia me está matando, pero lo peor es que él no tiene interés en mi. ¿Cómo puedo saber eso? Já. Si sientes algo por una persona, algo extrañamente magnífico, no lo dejas marchar. No dejas que se destruya. Simplemente no le causas tanto dolor. Y eso fue todo lo que me ha hecho.
Necesito tenerlo cerca, admirar su rostro, respirar su espléndida esencia, ver su sonrisa, pero sobre todo, necesito besarlo. Necesito sentir esas asombrosas punzadas en mi estómago. Tener la adrenalina al máximo, porque eso es lo que él me provoca.
¿Cómo me ha podido pasar esto a mi? La ausencia de un casi extraño me está consumiendo.
Sigo mi caminata hacia la plaza comercial, he decidido comprar ropa y algunos artículos que me gusten, solo para tratar de distraerme.
Tengo una sensación extraña en mi espalda, como si algo estuviera ahí; sigo caminando y volteó hacia atrás, pero no hay nada. Así que dejo mi paranoia y entro al centro comercial.
Comienzo buscando algún tipo de blusa o playera, algo lindo y cómodo. Ingreso a una tienda que tiene todo lo que me llama la atención, empiezo a tomar varias blusas, uno que otro pantalón y un vestido blanco. Voy hacia los vestidores y pruebo cada artículo que he tomado; me ha agradado todo lo que me he medido. Al terminar de acomodar la ropa en sus debidos ganchos, una señorita con el uniforme de la tienda me da dos vestidos más, justamente de mi talla.
Me le quedo viendo y comento..
-Yo no te he pedido ninguno de estos vestidos.
Me sonríe y continúa.-Oh, claro que no. Un hombre me dijo que se los diera, Señorita Rose.-me sonríe de nuevo y se va.¿Un hombre? ¿De nuevo? ¿Me están siguiendo? ¿Acaso todos saben mi nombre o qué? Joder, no puede ser.
Tomo mi teléfono y marco el número que juré jamás llamar.
Se escuchan dos tonos y descuelgan.-Markus, soy Rose necesito ayuda.-he hablado tan rápido y con el corazón en la boca que no sé si me haya entendido.
-¿En dónde estás?- su voz, joder, su maldita voz. Tan controlador y frío como siempre.
-En el centro comercial Northgate. -me sorprendo de mí misma, le he contestado sin trabarme.
-Llego en 2 minutos.-y cuelga.
¿Qué acabo de hacer?
Mierda, le he marcado y viene por mí.Voy a que me cobren toda la ropa que he tomado y aviento las prendas que me ha dado la señorita. Rápido me dan mis bolsas con mis compras y corro-camino hacia el estacionamiento.
Markus viene corriendo hacia mi. Me toma de los antebrazos y me mira fijamente, analizando si todo está bien.Me hago para atrás, casi empujando sus manos para que me suelte.
Veo en sus ojos que le ha molestado, así que le cuento lo que ha pasado. Al terminar, voltea hacia el estacionamiento y me toma del brazo para caminar hacia su camioneta. Y con tan solo ese toque, he sentido miles de chispas en mis manos. Soy demasiado frágil con él, antes me agradaba, ahora ya no. Mis sentimientos siguen intactos, pero él sigue siendo una roca que tiene una muralla que no permite a nadie pasar. Su personalidad calculadora me agrada y al mismo tiempo me hace odiarlo, todo quiere que sea como él lo dice, pero ya no debo de seguir quebrándome la cabeza por alguien que ni siquiera ha de sentir algo por mí.
Vino por mí, porque necesitaba ayuda, no por otra cosa. Esa es la realidad y no me dejo aferrar a ninguna idea referente al cariño que yo creía que él me tenía.Conduce hasta mi casa en completo silencio, un silencio muy incómodo. Pero no me importa, solamente solicité su ayuda, no otra cosa.
Se estaciona al frente de mi casa, me giro en mi asiento para verlo por última vez y abro al puerta del auto. Camino hacia la entrada de mi casa y el aún no se ha ido. Pongo las llaves en la cerradura de la puerta pero resulta que no necesita ser desbloqueada, la puerta está abierta. Volteo a ver a Markus y el enseguida sabe que algo está mal, corre hacia mi -de nuevo- y regresamos al auto.
Arranca a gran velocidad y en cuestión de minutos estamos en su casa. Inmediatamente toma su celular y comienza a hablar en algún otro idioma que no comprendo, por lo tanto cruzó el jardín y me siento en una de las bancas que se encuentran decorándolo. Comienzo a llorar, ¿por qué? Posiblemente les haya pasado algo a mi madre y a mi hermano, ya que ellos se deberían de encontrar en casa. Alterada camino hacia Markus y le proporciono un golpe, que le saca el aire. Interrumpí su llamada, que la verdad no me importa. Necesito saber cómo se encuentra mi familia. Papá posiblemente siga trabajando, así que solo me preocupa mi madre y mi pequeño hermano.
-Markus, tienes que asegurarte de que mi familia esté bien. Sé que no me debes nada, pero te lo pido, encuentra a mi familia y tráela a salvo, por favor.
Sus ojos desprenden lástima, algo sucede y no me dice nada.-Los han secuestrado, Rose.-sus facciones demuestran compasión.
-¡¡¿Q-qué?!! ¡¡NO, NO, NO!! ¡Markus, por Dios! ¡¡NO ME PUEDE ESTAR PASANDO ESTO, NO A MI, NO!!Markus me sostiene mientras lloro, abrazada a él..