Desorientada por aquel magnífico primer beso por parte de Markus.. solo pude asentir a su petición.
No tenía ni idea de a donde nos dirigíamos, pero la verdad en este preciso momento no me importaba. Un hombre tan intimidante, misterioso y grosero, me hacía sentir protegida. No puedo describir lo que siento cuando me mira y qué decir cuando unió nuestros labios.
Genial, parezco una psicópata por pensar en él. Se nota que tiene experiencia en todo. Ha besado a chicas mejores que yo. ¿Cómo le va a importar un beso más? No tengo nada extraordinario, esa es la única verdad.
Cuando termino de divagar sobre todas estas tonterias, me termino de dar cuenta que Markus está frente a mi, recargado en una camioneta y viendome como si tratara de descifrar mis pensamientos.
-Vaya, ¿estás bien? -dice neutro
-Mhm.. si -sonreí de lado
-Claro, sigues pensando en el beso.. -dice burlón
Abro los ojos como platos y le doy un golpe en el brazo.
-He besado mejores.. -digo provocandolo
De un momento a otro, sus cejas estaban juntas y se notaba que se había enojado.. Bruscamente me acercó más a él.
-Dime nombres.
¡¿QUÉ?! ERA UNA BROMA.
-No es de tu incumbencia. -dije retándolo, de nuevo
Su ceño se frunció más al igual que su agarre en mi cintura. Estabamos a escasos milimetros de distancia. Antes de que actuara, lo interrumpí
-¿A dónde quieres llevarme? -dije arrepentida
Su sonrisa pícara volvió y su agarre en mí se hizo aún, si AÚN más fuerte.
-¿Le gustan las sorpresas, doncella? -dijo como un caballero
-Un poco, su majestad. -contesté siguiendo su juego
-Suba a mi carroza moderna, por favor.. -he hizo una reverencia
Con una carcajada, me monté a la camioneta.. ¡Y DIOS MIO, ERA UNA RANGE ROVER!
Una de mis favoritas. Jamás me había subido a una, y verdaderamente se siente genial. Dios, ¿de dónde sacará todo este dinero, ojitos?Markus subió, me dijo un no tan amable "ponte el cinturón", y arrancó a una velocidad no muy permitida en avenidas.
Después de un rato, el sueño me fue venciendo y quedé profundamente dormida.
Sentía cosquillas en mi cuello, pero seguía con los ojos cerrados. Creo que se me dibujó una sonrisa, porque las cosquillas se intesificaron a tal punto que tiré una carcajada y abrí, por fin, los ojos.
Era el chico de ojos azules, de nuevo. Tenía una especie de rama en su mano y deduje que eso era lo que me hacía cosquillitas. Me miraba como esperando algo. Y lo capté, quería que me bajara del vehículo.
Al bajar, arreglé mi pantalón y chequé que no hubiera rastros de baba o algo por el estilo en mi cara. Todo esto, frente a Markus, el cual solo me miraba curioso.
-Lo siento, anda vamos.. -dijo avergonzada
-Como ordene, su majestad.. -dijo haciendo una reverencia
Demonios, este chico si que sabe lo que hace. Lo que me hace.
Caminamos durante 5 minutos a través de unos senderos que estaban extrañamente en un tipo bosque -que parecía parque privado- y nos encontramos frente a una casa.
No, una gran casa. ¡Qué digo! ¡Si es del tamaño de la Casa Blanca!
Me encontraba viendo una mansión moderna, pero con algún que otro detalle rústico. Markus tomó mi mano, mientras yo seguía asombrada. Entramos por la puerta/portón que nos abrió un guardia que saludo a ojitos.
Seguimos caminando hasta la puerta -gigante- principal, al abrirla creía que me desmayaba. Esta casa era una jodida mansión de ensueño.
Salí de mi trance al notar que Markus me abrazaba por atrás y su cabeza estaba en mi hombro..
Incómodamente, pregunté..
-¿E-es tu casa?
-Si, cariño.. -algo más susurró que no llegué a entender.
-Oh, es preciosa..
-Tú lo eres más.. -dió un beso en mi cuello
Maldición, este hombre sabe como ponerme nerviosa
-Ven, quiero que conozcas tu próximo palacio.. -dijo con una sonrisa pícarona
-¿M-mi palacio, acaso bebiste o fumaste algo ilegal? -dije asombrada
-Tu sígueme, preciosa.. -dijo tomándome de la mano y dándome un beso en la misma.
Y lo hice.. siempre lo haría.