Denle mis gracias a Mr. Strauss

11 0 0
                                    


- ¿Recuerdas esa tarde en la que te vi danzar bajo la lluvia?

-¡Oh! ¡Si! Hasta el día de hoy sigo sin comprender tu fascinación por ese hecho y el porqué lo recuerdas diariamente. Te he bailado en varias ocasiones, bien sabes que es mi pasión hacerlo y si no lo hiciese mi corazón se congelaria cual dedos de escritor al padecer un bloqueo de mente.

-Pues yo aún no comprendo como es que a ti no te emociona recordar ese día. Ese día danzabas cual flor bailando a causa de una brisa de verano, te movías tan delicadamente cual caricia de Romeo en la mejilla de su Julieta, tus pies danzaban...oh, disculpa, ¿dije danzaban? Quise decir se elevaban. En el momento en que observe tus pies pude notar como la pasión que sentías al moverte de tal forma te llevaban a elevarte vagando por las nubes. Te miraba tan detenidamente que pude percatarme de que tu cálido corazón se sentía imparable al sentir que bailando podía ir más allá de cielo, de las estrellas, de las galaxias sin que nada lo frenase...y luego...posaste tus gemas esmeraldas en mi. Te detuviste al borde de la vergüenza sin embargo, te pedí que continuases. Te espete que me encontraba muy mojado y con frío al no llevar abrigo alguno pero tus movimientos daban calor a mi cuerpo sin siquiera tocarme. ¿Recuerdas? Si, se que lo recuerdas. Tal vez no con la misma pasión y emoción que yo pero se que lo recuerdas, puedo notarlo por el brillo en tu mirada que déjame presumir no brilla más que el mío. Mi brillo siempre será más potente, ¿y por qué? Por la misma razón que tengo fascinación por recordar siempre ese día. Para recordar el momento en que apareciste en mi vida y a pesar de la lluvia, un cálido sol se albergó en mi pecho.

Pequeños textos sin relación algunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora