3 metros bajo el suelo

7 1 0
                                    

-Vamos Iván- lo apresuro Ronnie, su amigo desde hacia 20 años. Iván aminoro el paso, sólo un poco, la idea de una cita con una completa desconocida no lo emocionaba mucho, de echo no recordaba la última vez que había tenido una cita. Se recordó que después de ver la película debía golpear a Ronnie, muy fuerte. La novia de Ronnie, Michelle quería tener una cita doble y como Ronnie era un antisocial de lo peor, cuyo único amigo estaba casi al final de un largo y tedioso camino para convertirse en psiquiatra, bueno el casi psiquiatra tuvo que cancelar varias secciones de estudio y acompañarlo. La chica misteriosa era prima de Michelle, lo que significaba que seguramente sería pelirroja e Iván prefería más a las rubias, además tenía un examen cerca y debería estar estudiando, no perdiendo su tiempo por culpa de Ronnie. Al llegar al cine las chicas aún no habían llegado, Ronnie corrió a comprar los boletos del cine, al menos había tenido la decencia de pagar el boleto de Iván y el de la prima de Michelle. La familia de Ronnie tenía dinero, eran petroleros o algo parecido, Iván no lo sabía puesto que era información que no le interesaba, nunca le había llamado la atención el dinero a decir verdad.
Cuando Ronnie volvió con los boletos tenía una cara rara, Iván supo que estaba indeciso sobre algo, espero que le dijera algo como La prima de Michelle no pudo venir, surgió una emergencia familiar así que te puedes ir. Lamentó haber robado tu tiempo. En realidad no dijo nada de eso, sólo le tendió dos boletos y espero a que Iván los leyera. Cuando lo hizo no podía creerlo, Monster University! Mi primer cita después de hace años va a pasar mientras vemos MONSTER UNIVERSITY?! No pudo evitar darle un fuerte golpe en el hombro a Ronnie, le debía una, una muy grande. Camino con paso indignado hacia una banca y se sentó, Ronnie se sentó a su lado
-Cuando éramos pequeños te encantaba Sully, recuerdas cuando nos disfrazamos? Yo fui el Mike más guapo del mundo- Iván volteo hacia otro lado y planeaba ignorar a Ronnie durante toda la noche, pero al recordar a su amigo vestido de bola sólo porque Iván se lo había pedido lo hizo sonreír y le dio una palmada en el hombro
-Eras una bola bastante... verde- dijo y Ronnie se echo a reír. Esperaron unos veinte minutos y cuando Iván vio a la prima de Michelle, se quedo sin habla, nunca antes había visto a una chica tan guapa, siendo honestos era la mujer más hermosa que había visto en su vida, sintió su corazón latir y casi se tambalea al ponerse de pie y saludarla.
-Ella es mi prima Fantine- dijo Michelle dándole un beso en la mejilla a Iván, Fantine se aproximo tímidamente e hizo lo mismo sólo que esta vez algo dentro de Iván se movió, como un imán que reaccionaba con los movimientos de ella. El cerebro de Iván se volvió confuso y por un microsegundo olvido su nombre
-Iván- dijo presentándose y sonriéndole, pero era una sonrisa en serio, se encontraba realmente feliz de haber aceptado, aunque a regañadientes, ir al cine con una chica cuyo nombre ni siquiera conocía.
Fantine era la persona más dulce de todo el mundo, al reír se tapaba la boca como si no quisiera que nadie la viera, aunque Iván no podía evitar hacerlo. La estudio con detalle, observo cada cosa que hacia, incluso llego a sentirse todo un maleducado por verla durante tanto tiempo pero, el punto era que no podía dejar de hacerlo. Fantine tenía un aire de amabilidad que lo rodeaba, hubo un punto en el que Iván supo que cuando ella se fuera nunca nadie lo haría sentir de esa forma. Mientras veían la película Fantine se reía como una niña de cinco años, su risa era una melodía que Iván quería oír todos los días, deseó poder oírla todos los días. Le tomo toda la película armar se de valor y pedirle su teléfono.
Fantine se sonrojó al instante e Iván pensó que era la cosa más adorable que había visto jamás. Comenzó a preocuparle lo mucho que le gustaba esta chica, no era una conducta normal, era casi obsesivo y no podía permitirse desconcentrarse de sus estudios.
Lamentablemente Iván dejo de tener poder sobre sus sentimientos y su juicio la noche que conoció a Fantine, no podía comer, dormir, incluso respirar sin ella parecía algo imposible. Fue la primera vez desde que tenía 10 años que había sacado menos de ocho en su examen. Llego a la conclusión de que la única manera de volver a ser el mismo sería estando con Fantine y se sintió estúpido, inseguro y muy, muy confuso al darse cuenta de que era verdad, ya no podía ser el mismo sin ella. Después de haber salido con ella unos meses y volver a sus costumbres de estudio, comida y sueño; se dio cuenta de que sentía algo por ella, no supo que era al principio, pensar en esos sentimientos que le eran desconocidos lo atemorizaba, no quería creer que se estaba enamorando de ella.
Pero una noche mientras caminaban a la casa de ella, por alguna razón tomaron otra ruta y justo cuando iban pasando todas las luces de la calle se iluminaron. Fue casi como una señal del universo, el ahora romántico casi doctor Macavik lo vio como la forma que tenía el destino de decirle que ella era la indicada.
Después de un año y 42 días de haberla conocido, le propuso matrimonio. Al principio el mismo se sorprendió, no fue algo que tuviera planeado. Una mañana salió y vio un anillo, se lo imagino en el dedo de Fantine y sólo quería que ese pensamiento fuera real. La invito a cenar y mientras caminaban por la misma avenida que se había convertido en su lugar especial, se lo dijo. De pronto se detuvo y se arrodilló, ni siquiera hizo falta que formulara la pregunta, en cuanto saco la caja Fantine sonrió, lloro y dijo mil veces que si. Ese era uno de los recuerdos más felices que Iván tenía.
Ahora que se sentía tan sólo y miserable ese y otros recuerdos eran los únicos que lograban levantarlo de la cama. Pero ese recuerdo en específico era uno que atesoraba como si de su propia vida se tratara, porque en su cabeza el formulaba la pregunta una y otra vez y ella contestaba que si una y otra vez. Era un pensamiento que detestaba al mismo tiempo que lo añoraba, lo hacia sentirse horrible de alguna forma pero aún así, cada noche, deseaba con toda su alma poder vivir en ese momento. Sólo ella y el y las luces y la luna. Sin miseria ni desgracias. En su mente ella vivía por siempre, Fantine era inmortal y no podía enfermarse ni morir, no podía irse de su lado. En su mente ella no estaba tres metros bajo el suelo.

Multiple PsicopathsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora