-¿Estás cómodo así?
Haru asintió en la cabeza. Ya nos habíamos acostado hace un rato. Mis brazos rodeaban a Haru y Haru intentaba rodearme a mí con los suyos. Esta noche no fue como la anterior, esta vez no dormíamos dándonos la espalda el uno al otro. Ahora estábamos los dos frente a frente. Haru hundía su cara en mi pecho, ya que al ser el más pequeño de los dos esta era la posición más cómoda. Su pelo olía a champú y me hacía cosquillas en el brazo donde estaba recostado. Cada vez que me acercaba para besar su frente el aroma a fresas me inundaba. Hacía que me sintiese más relajado. Sentía su respiración en mi pecho, cada vez que exhalaba mi pecho se calentaba, más aún que la noche en sí.
Por la ventana llegaba el sonido del canto de los grillos. Se escuchaba a la vez como el viento movía las hojas de los árboles más cercanos. La luz de la luna entraba a través de las cortinas, por lo que la sombra de los árboles se proyectaba en la pared. Gracias a esto el ambiente era mucho más calmado, parecía parte de una gran orquesta nocturna en la que nuestros latidos marcaban el ritmo.
Mis ojos poco a poco se iban cerrando, mis brazos perdían la fuerza con la que estaba abrazándolo hace unos segundos. Sentía que, gracias a esta nana, mi cuerpo empezaba a flotar por las nubes. En un lugar donde solo estábamos los dos, en un lugar donde solo nos teníamos que preocupar el uno por el otro. Ni si quiera debíamos pensar en separarnos en el futuro. Un lugar solo para ti y para mí. Nunca supe si estos pensamientos formaban parte simplemente de un sueño o en verdad era algo que deseaba con todas mis fuerzas que ocurriese.
Los días contigo pasaban rápidos. Cuando me quise dar cuenta ya estábamos en el autobús camino a nuestro hospedaje al lado del lago. Allí es donde entrenaríamos durante la próxima semana. Salimos pronto de viaje, por lo que Rei y Nagisa estaban durmiendo apoyados el uno en el otro en los asientos de atrás. Gou por su parte decidió que ir escuchando música en el asiento de delante mientras miraba por la ventana era la mejor idea. Mientras tanto Haru también había caído rendido y apoyaba su cabeza en mi hombro para poder dormir. Yo me entretenía jugando con sus mechones y a veces mirando por la ventana para observar las montañas.
Cuando por fin llegamos a nuestro destino, Gou se encargó de despertar a Nagisa y Rei mientras que yo desperté a Haru. A duras penas los arrastramos hasta la parte baja del autobús donde estaban todas las maletas apiladas. Comparándolas todas, la de Gou era la mayor de todas, en su defensa decía que había metido la ropa necesaria además del equipo para el entrenamiento. Las arrastramos hasta la recepción del hotel, donde ella misma se encargó de todo lo relacionado con las habitaciones y el pago de las mismas. Se notaba que era la manager del equipo.
Antes de separarnos para ir cada uno a nuestra habitación, nos dijo que a la hora de comer nos encontraríamos en el comedor. Luego, después de reposar un rato, iríamos a entrenar al lago y antes de cenar podríamos bañarnos en las aguas termales de la posada. Por lo que hoy teníamos la mañana libre. Dejó claro que al día siguiente por la mañana también entrenaríamos por lo que nuestro tiempo libre al día sería el reposo después de comer y después de cenar.
Todos nos fuimos a nuestras habitaciones y allí empezamos a desempacar. El equipaje de Haru era básicamente diferentes tipos de bañadores ya que no había podido decidir cuales llevarse y cuáles no, por lo que se llevó todos. Acabamos de meter todo en su sitio y comprobar la habitación. Esta era bastante amplia, probablemente porque el cuarto estaba pensado para más personas. Incluso tenía un ventanal de ventanas correderas que daba a un pequeño patio con un estanque, probablemente todas las habitaciones tenían algo como esto. En el escalón del ventanal había dos sillas de mimbre con una pequeña mesa de café también de mimbre. La habitación en sí daba un aire acogedor y muy japonés.
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Desde que te conozco
FanfictionDesde siempre Makoto y Haru han tenido una relación muy estrecha, pero lo que los dos veían como una preciosa amistad empieza a convertirse algo más. Sin embargo ninguno de los dos quiere revelarle al otro sus verdaderos sentimientos temiendo que su...