Veintiséis

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Antes

—No puedo soportarlo más —dijo, nervioso, tras tomar una profunda respiración—, tengo que decírtelo, Cel. Pasó sin darme cuenta, despertaste un enorme interés en mí desde que llegaste aquí. Cuando me besaste, el mundo brilló para mí de nuevo, el temblor en mi vida se detuvo, la oscuridad se fue. Quise luchar contra esto, Cel, pero no pude. Contra todo pronóstico, me enamoré irremediablemente de ti. Mi alma te anhela, todo de mí te necesita. No puedo reprimir mis sentimientos por un segundo más. Te he amado todo este tiempo, hasta el infinito.

Celeste empalideció, una emoción brilló en sus ojos brevemente, lo que fue bastó para que las esperanzas de Thiago se incrementaran.

—Tú... —Ella parpadeó, apartando las lágrimas.

El corazón de él latía escandalosamente, cual motor, sus manos temblaban y sudaban, pero había una sonrisa naciendo en sus labios.

Te amo. —Thiago rozó sus mejillas, sintiéndose cohibido por la cantidad de emociones que se producían entre ellos—. Lo demás no importa. Tienes la oportunidad para ser feliz, Cel. Lo mereces. Yo estaré aquí para ayudarte.

Ella lo miró por lo que pareció una eternidad, hasta que cerró los ojos, permitiendo que cuantiosas lágrimas se volcasen de sus ojos.

Una décima de segundo después, ella se abalanzó sobre él, hasta que cayeron al suelo; Celeste besándolo como si la vida dependiese de ello, abrazándolo con tanta fuerza, demostrándole con tal gesto que cada parte de sí misma, lo anhelaba de la misma manera, hizo que Thiago experimentara ese tipo de felicidad que no había sentido en tanto tiempo.

No existe un amor en paz, pensó Thiago; pero por ella cruzaré abismos con tal de permanecer a su lado.

...

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Entre Versos y Lágrimas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora