Entre Versos y Lágrimas ©

Veintidós

Antes

-Celeste-

Aquella noche llovía, Thiago aún no llegaba y ella comenzaba a sentirse ansiosa y un tanto preocupada. Lo llamaba a su móvil, pero al parecer se encontraba apagado. Cuando Celeste se dispuso a ir a su habitación, la puerta principal se abrió y ella se apresuró a recibirlo.

Thiago lucía incrédulo, su cabello rubio se veía castaño debido a que se encontraba mojado, su rostro era hermoso, incluso con sus cicatrices.

Celeste tembló involuntariamente, dibujando una tensa sonrisa en sus labios.

Ella le había preparado la cena, había hecho un pastel, había encendido un par de velas, incluso se había puesto un vestido y se maquilló por primera vez en mucho tiempo. Hizo todo aquello para sorprenderlo; no obstante, al encontrarse frente a frente, no encontraba las palabras para hablarle después de tanto tiempo.

Los amigos no se miraban del modo en que ellos lo hacían.

Los amigos no podían abrazarse del modo en que se abrazaron.

Sin emitir palabra, Thiago enterró su nariz en el cuello de ella, mientras la rodeaba con sus brazos. Él le dijo que la había echado de menos, le dijo que era la única amiga que tenía en aquel momento, le dijo que no quería perderla.

Y ella lloró, porque sentía exactamente lo mismo.

Sin embargo, ser "amigos" tampoco se sentía real.

Cuando se separaron, Thiago le regaló una de esas sonrisas que le hacían suspirar. Alivio, sentía una pizca de alivio, tal vez no se sentía real, pero era lo correcto por hacer.