Cuarenta y cuatro

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  Si no fuera porque tus ojos tienen color de luna,
de día con arcilla, con trabajo, con fuego,
y aprisionada tienes la agilidad del aire,
si no fuera porque eres una semana de ámbar,


si no fuera porque eres el momento amarillo
en que el otoño sube por las enredaderas
y eres aún el pan que la luna fragante
elabora paseando su harina por el cielo,


oh, bienamada, yo no te amaría!
En tu abrazo yo abrazo lo que existe,
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,


y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.

-Pablo Neruda, Soneto VIII.


Después

—¿Qué dijiste? —La voz de Thiago se oyó ronca, por lo que carraspeó, removiéndose en su asiento.

Bliss se alejó un poco de él, mirándolo con fijeza, como si quisiese averiguar todos sus secretos y estuviese buscando la forma de lograrlo.

Aún se encontraban en el auto de Bliss, y ella estacionó frente a su edificio antes de despertarlo. Estuvieron en una cena con la familia de ella, donde rápidamente lo habían acogido como un Bachmann más, era agradable saber que Bliss creció con una familia tan amorosa y cálida, aquello explicaba su dulce forma de ser.

Bliss eludió su mirada, sonriendo casi tristemente, su mirada perdida. Y luego, en un murmullo casi ininteligible, sus labios moviéndose apenas, repitió:

—¿Cuándo podré saber si sientes algo por mí?

Thiago solo pudo sonreír, mientras ella seguía desvariando en suaves balbuceos.

—Quiero decir, Esperaría más tiempo por ti, pero te amo tanto que mi necesidad por ti comienza a volverse jodidamente... loca. ¡Eres un idiota! Sé que te gusto... lo he visto, ¿qué esperas? Por qué eres tan...

Thiago la besó, interrumpiendo sus palabras, justo como quiso hacerlo desde hacía muchos meses. Justo cuando sintió aquel roce de sus labios, algo en él se iluminó, mientras una certeza se deslizaba dentro, acompañada de toda la emoción y sentimientos que conllevaban besar a una chica que era única para él.

«Sí. Aquí es donde pertenezco, junto a ella. Es la indicada».



Entre Versos y Lágrimas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora