mi mal conportamiento

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Levantaba la cuchara y dejaba caer, con cara de asco, ese líquido amarillento de nuevo al plato, salpicándolo todo. Después de que el doctor me hubiese regañado y de decirme que mi comportamiento no era propio de mis diecisiete años, le saqué mi dedo corazón y se fue por donde entró. Luego miraba la ensalada y me daba por vomitar. ¿Qué clase de comida le dan a personas enfermas? ¿Es que quieren que se pongan peor?

Tocaron a la puerta. ¡Tocaron a la puerta! ¡¡TOCARON A LA PUERTA!! Un completo milagro. Nadie había tocado la puerta de MI sala para entrar. Entraban cuando querían, como si yo estuviese haciéndome el chequeo. Daba igual.

-Adelante – dije, ansiosa por saber quién era. Pues ni Harry, ni Louis, ni Ángela, ni Zayn, ni Liam, ni Amanda, ni Charlie, ni Ali, tocarían.

-Hola – entró un sol, un completo sol deslumbrándome con su sonrisa.

-Hola – sonreí, el olor de la sopa y de la ensalada mezclado ya me estaba mareando.

-¿Cómo estás? Acabo de terminar de comer y he venido a verte.

-Muchas gracias, Niall.

-¿No comes? – se sentó en el sofá.

-No – miré la comida -. Ni loca.

-¿Pero no será mejor que comas al…?

-No Niall, no – reí apartando mi cara de la bandeja que tenía debajo.

-Te he traído algo.

-¿Sí? Amanda, Charlie y Ali también. Me han traído unos ramos preciosos, ahí están – los señalé, puestos en los jarrones -. No sé quién lo habrá puesto – me pregunté.

-Pero lo mío es diferente – rió.

-¿Qué es? – pregunté emocionada -. ¿Un papel? – me extrañe cuando lo sacó de su bolsillo.

-Pero te gustó…

-¿Es la cosa esa del parque? 

-Sí – rió por mi emoción.

La observé. Además de la letra bonita de Niall, la canción o el poema, lo que fuese, avanzó más de la pequeña estrofa que sólo había cuando me lo encontré en el parque.

Now that you can´t have me

You suddenly want me

Now that I´m with somebody else

You tell me you love me

I slept on your doorstep

Beggin’ for one chance

And now that I’ve finally moved on

You say that you missed me all along

Who do you think you are?

Who do you think I am?

You only loved to see me breaking

You only want me ‘cos I’m taken

You don´t really want my heart

No you just like to know you can

Still be the one who gets it breakin’

You only want me when I’m taken

-Niall, cántamela – le ordené.

-No, no, no, no, no, no y no – se negó rotundamente.

-¿Por qué no? Si no me la cantas hoy, otro día. Elige.

-Otro día, otro día – dijo rápidamente.

Le hice un puchero. Esperando que así me la quisiese cantar, pero ese chico es muy duro de roer. Y no me la cantará, lo sé. Es muy tímido. Aunque sí, sí me la cantará. No puede crear canciones tan así y luego no querer cantarlas. Eso se lleva dentro, y claro que me la cantará. O no. O creo que el cabezazo con el doctor me sigue surgiendo efecto.

-Me ha dicho el doctor que te vigile. 

-Ya – reí por la rageñina que me dio.

-Has interrumpido mi comida. Estás muerta – dijo desde la puerta.

-¿Y por qué no la has terminado?

-Porque no.

-¿Y por qué no? – lo desafié.

-¡¿Todavía no has comido?! – cambió de tema.

-Eh… yo me voy – se despidió Niall -. Quédate con el papel. Yo tengo cientos más – sonrió.

-Gracias y adiós, Niall. Que sepas que vas más bonito con lentillas - sonreímos -. ¿Volverás? – le pregunté ansiosa, antes de que saliese por la puerta.

-Obviamente – sonrió, cosa que hizo que yo también. Pero que fue interrumpida por una cucharada del papá Styles.

-Harry, aparta eso de mi vista – reí.

-Abre – me acercó el líquido amarillento.

-Que la quites – aparté mi cara.

-Abre – volvió a decir, ya con la cuchara prácticamente en mi boca. No tuve más remedio, y la abrí. Tragándome ese asqueroso líquido.

-¡Te odio! – grité con los ojos bien cerrados por notar que esa sopa, si se le puede llamar así, atravesaba mi esófago.

-Pues terminarás por matarme, porque te la vas a comer entera – me acercó otra cucharada.

-¿Estás seguro? – le vacilé. Apartando la bandeja con su mesa hacia el lado contrario y acercándome a él.

-Eh… - carraspeó -. Sí – entrécerró sus ojos.

Salí corriendo por los pies de la cama. Sí, salí corriendo escapándome de él. Pero como Harry tampoco es una persona normal, salió detrás de mí persiguiéndome.

Tenía pensado en ir a la habitación de Harold y de Phoebe y esconderme allí, aunque fuera muy obvio que iría con ellos. Me adentré a su habitación, pero la decepción me invadió cuando no vi a nadie allí. Nadie tendría una excusa que decirle a Harry cuando viniese, nadie me podría ayudar. Volví a salir chocándome con su pecho. Intenté librarme de su agarre moviéndome de un lado a otro.

-He dicho que vas a comer – rió mientras hacía fuerza para cogerme.

-No, no. Yo creo que no – y me escurrí entre sus brazos. Saliendo otra vez por la puerta y mareando a Harry que seguía persiguiéndome.

Ahora sí que no sabía a donde ir. Daba vueltas por la misma planta. Una, otra y otra vez. Hasta un momento creí que sería mejor comer. Pero luego lo pensé mejor. Ni muerta.

Viendo como uno de los tres ascensores que había se abría, me deslicé de lado hasta entrar dentro. Cuando empezó a subir, noté el golpe que Harry le dio a la puerta de éste, lo que hizo que me riese sola. La enfermera se me quedó mirando extrañada. Yo paré de reír al momento. Y luego ella se extrañó más. Normal. ¿Qué persona de este planeta se ríe para parar secamente?

La mujer salió en la tercera planta. Yo me dirigí hacia arriba. Hasta la última planta. Para descansar un rato, pues estar descalzar hizo que me doliesen más los pies al correr.

Tin.

Me asomé viendo el panorama. Miré a la derecha, no había nadie. Adelante, tampoco nada más que doctores y enfermeros. Y mi muerte estaba a la izquierda, pues salía de ese ascensor con una sonrisa triunfadora.

Me apuré en correr hacia la derecha. Pero algo hizo que me parase en seco, que abriese los ojos como nunca lo había hecho igual que la boca. Sentí el golpe de Harry cuando llegó y me cogió en los aires, pero sin apartarme de esa dirección. La imagen que veían mis ojos hacía que me acordarse de ellos. Los olvidé.

soldado del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora