Capítulo 7

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Peyton:

La noche es oscura, y sólo unos rayos de luna atraviesa la ventana dejando ver una habitación y una cama.

-¿Peyton? -mi corazón salta y mi respiración se agita

Camino hacia la ventana pero ésta se aleja conforme mis pies avanzan

-Ángel, ¿dónde estás?

La palabra «Ángel» resuena sobre las cuatro paredes que me tienen acorralada. Comienzo a correr, pero la ventana se hace más y más pequeña.

-Ángel.

-Ayuda -grito con todas mis fuerzas, pero la voz no suena en mis oídos.

-Ángel, no corras.

Mis pasos se hacen lentos y torpes y me siento cansada, me acerco a la cama, pero ésta sigue en su lugar. Tomo asiento y miro mis pies desnudos.

-Ángel, mírame -volteo hacia arriba, frente a mí hay unos ojos almendra muy abiertos que me miran intactos.

-¿Quién eres?

-Te he esperado todo este tiempo...

-¿De qué hablas? -intento tocarlo pero es como si su cuerpo fuera sólo aire.

-Dame tus manos.

Acerco mis manos a las suyas y él las toma, pero no las siento. No puedo sentir el tacto, pero su respiración sobre mis labios.

-¿Qué está pasando? -digo sin aliento y voz aguda.

El chico mira mis manos atentamente
-Me tengo que ir... -dice y su rostro se torna borroso.

-No, ¿por qué? ¿A dónde? -levanto la voz y me desespero intentando tomar su rostro y atraerlo hacia .

Cierra los ojos y mi corazón late muy rápido.

¿Qué está sucediendo? ¿Me va a dejar aquí?

-Llévame contigo.

-No puedo, ángel.

-¿Por qué no? -mis ojos se ponen vidriosos y siento un nudo en la garganta que me arrebata el alma.

Pecados en Londres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora