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Corro a la escuela precipitándome al estudio de baile. La puerta está cerrada.

¡Perfecto! ¿Cómo diablos se supone que entre?

Pienso acerca de caer a través de la puerta del auto y tiemblo. No, no lo haré.

Entonces, ¿qué más se supone que haga?

Antes de que pueda imaginarlo, la puerta se abre y me encuentro envuelto en un grupo de chicas haciendo su camino a... período libre. Nosotros siempre tenemos tiempo libre después del tercer período lo miércoles.

Trato de evitar los ajetreos, pero no puedo evitar que algunas personas caminen a través de mí. Intento convencerme a mí mismo que los siento rozándome a lo largo de mis brazos y hombros, pero soy como una nube de humo. Un par de chicas tiemblan como Louis lo hizo. Tal vez las personas pueden sentirme.

Me agarro del brazo de Perrie cuando ella pasa caminando, pero no obtengo ninguna reacción. Mis dedos golpean directamente a través de su brazo que aparta de mí. Ella está riendo de las referencias de James de su sesión de besuqueo inconsciente de la noche anterior.

-No pude evitarlo. Es caliente.

-No es caliente – James sacude la cabeza – Estabas muy borracha para notarlo.

-¡No lo estaba!

-Estabas un poco borracha – murmura Jade.

-De acuerdo, bien, pero eso no cambia el hecho de que es un buen besador.

-¿Entonces vas a empezar a salir con él?

-Tal vez – Perrie pone su nariz en el aire – O quizá fue sólo una aventura del grupo de estudio.

James ríe y enrosca su brazo a través del de Perrie.

-Mejor asegurarse de que Zayn mantenga su anzuelo lejos de él.

¿Qué acaba de decir?

-¡Auch! ¿Lo viste la última noche pavoneándose en la camisa de un millón de dólares?

Un recuerdo inundó mi cerebro mientras ellos caminaban lejos de mí. Me esfuerzo por mantener las imágenes en mi mente.


Salí de la casa, después de haber pasado al menos una hora asegurándome que lucía perfecto. Abrí la puerta del pasajero con una sonrisa y me deslicé dentro.

-Echa un vistazo a la nueva vestimenta – Perrie señaló mi camisa.

-¿Te gusta?

-¡Me encanta! – Tocó mi camisa y pasó su dedo sobre la fina tela. Estaba segura de que su piel se volvió un poco verde antes de que aclarara su garganta y saliera a la calle - ¿Dónde la obtuviste?

Forcé un tono casual.

-Es un Marc Jacobs. La compré en línea.

-¡De ninguna manera! ¿Cómo puedes permitirte este tipo de cosas? Apenas puedo convencer a mi madre que gastar $200 en un par de zapatillas es razonable.

Agarré la tarjeta de crédito de papá y la miré con una astuta sonrisa.

-¿Quieres una también?

Me miró y luego empezó a reír.

-Eres un dolor en el trasero.


BETWIXT [ziam au] [book 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora