↳ Love is not over » Prólogo «

5.2K 238 21
                                    

El inmenso cielo nocturno se colaba por la ventana, un chico de cabellos castaños y un pequeño físico delgado sostenía una caja con pertenencias al azar, esta fue apilada en la entrada junto a un par más, en ella yacían las cosas que había comprado y no había utilizado, objetos en buen estado y sin uso, Aquella era una acción que solía repetir anualmente, sin embargo, la de esta vez había sido retrasada debido a que, habían ciertas pertenencias que no eran suyas, en su mayoría eran prendas de ropa, y su dueño a pesar del largo tiempo transcurrido no venía a reclamarlos; dudaba que lo hiciera en algún momento. Esa era la razón por la que ahora se encontrara a punto de regalarlos.

El gélido viento caló hondo en sus huesos casi de golpe, ahora que no tenía una acción que hacer no había algo que le distrajera del frío que hacía, por lo que, en un intento de deshacerse de este caminó hacia la cocina en busca de la cafetera. Una vez la taza descansaba en la mesa de centro frente al sillón, pudo observar el comedor, aquel era un mueble que usaba habitualmente cuando debía hacer trabajos manuales de la universidad, o informes, la mayoría de las veces comía en la encimera, por lo que lo pocos recuerdos de esa mesa eran en su mayoría solitarios, no obstante, su living era la copia exacta del que poseía alguien más. Sus piernas se subieron a la mullida superficie, le dio un trago al café y devolvió la taza a su posición inicial, su vista estaba fija en el panorama y mientras saboreaba lo amargo de su homogéneo líquido un recuerdo repentino se disparó en su cabeza. El sabor que su gusto degustaba con algo de afán enviaba la adrenalina que erizaba su piel, y mientras su vista se negaba a mirar, las sensaciones de aquellos suaves labios conocidos se hacían más fuertes, las escenas se repetían, las sonrisas e incluso las caricias.

"La larga noche está siguiéndote mientras fluye,

El tiempo,

te sigue y se desvanece."

Dejó sus papeles reafirmados en la mesa, estaba algo estresado y el único sonido existente en su sala era el motor de la laptop funcionado, hacía frío, razón por la cual sostenía una taza de café, líquido al que le daba pequeños sorbos de vez en cuando. Cuando se quitó los lentes, su vista quedó fija en un punto en especial, el lugar nunca había sido remodelado, y la escena de su crimen seguía fresca en las paredes, casi podía sentir la voz de aquel chico en sus oídos, su aroma a café, la sensación de sus labios, su llanto y su silencio absoluto. Cerró los ojos fastidiado, como si el tumulto de recuerdos fuese una pésima jaqueca que le comenzaba a aquejar, a pesar de que la mayoría de los recuerdos podrían ser felices, ese pequeño suceso había desencadenado su actualidad, su soledad, pero no se arrepentiría de nada, él no admitiría ser algo que no era, él no daría algo que no podía, él no perseguiría a nadie. No era suficiente, sus propias razones no eran suficientes, porque, mientras se sentía hipnotizado por el ruido del procesador eléctrico una voz florecía de sus recuerdos, era en sí aquella voz una memoria, una fresca.

- Hyung, ¿Por qué no cantas algo para mi? - El chico de cabellos rubios sonrió disimuladamente, su vista se fijaba en un castaño de baja estatura, ambos estaban sentados al lado del otro, en sus manos habían un par de copas de Whisky. Estaban lo suficientemente sobrios como para poder sostener aún una conversación amena, aunque, debido al alcohol que penetraba lentamente su sangre, habían lapsus en los que sólo reían entre sí.

- Está bien, pero no te asustes si desafino, eh.- El castaño sonrió, acto que cautivó al menor de ambos, quién observaba tranquilamente como el vaso de Whisky se hacía en demasía interesante para su amigo, quién con lentitud abrió sus labios para dejar su voz entonar con suavidad.

"¿Por qué te estás alejando,

Tan lejos que simplemente no puedo alcanzarte?"

Every night 「SeBaek」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora