CAPÍTULO 1. TERCER DÍA DE CURSO.
Abandono mis pensamientos para atender en química, mi asignatura favorita. Se me da muy bien, de hecho, en el pasado curso obtuve un 10 en dicha asignatura y me siento muy orgullosa de ello.
-Bien chicos, vamos a empezar la clase. Hoy nos toca estequiometría, así que sacad los problemas que os mandé ayer- los tengo todos hechos.- Poned los problemas sobre la mesa- ordena el profesor con voz autoritaria.
Veo a muchos de mis compañeros poner cara de póker intentando que no se les note que no los han hecho. Me empiezo a reír disimuladamente de lo patéticos que resultan, más les vale que no se dediquen al teatro porque se quedarían sin trabajo. No es que yo me crea mejor que ellos, pero es que luego se quejan por suspender y no tienen ni idea de nada.
Bueno eso son algunos. Otros sacan sus apuntes orgullosos como si fuera toda una hazaña hacer dos estúpidos problemas de estequiometría. Además acaba de empezar el curso, de hecho, estamos a 10 de septiembre. Sinceramente, no me veo capaz de aguantar a mis compañeros de clase todo el curso, se me está acabando la paciencia y solo llevamos tres días de curso. Dios, necesito fútbol para desahogarme. Y además, esta semana iré a ver la nueva peli de la saga El Corredor del Laberinto, Las Pruebas, algo es algo. También estoy contenta de que se esté acercando el 20 de noviembre, esa fecha que llevo cinco años esperando. Al fin se estrenará la última entrega de Los Juegos Del Hambre: Sinsajo Parte 2. Se me ilumina la cara cuando veo carteles en el cine. Luis, el profe de química empieza a gritar, sacándome de mi ensimismamiento:
-¡Sois una panda de holgazanes!- al parecer los intentos de disimular que no habían hecho la tarea de química habían fracasado y Luis se ha dado cuenta- ¡Sólo llevamos tres días de clase y ya estáis vagueando! ¡Pues ya os digo que al final de curso cuando suspendáis más de la mitad, no vengáis a quejaros porque ya sabéis la razón!- está tremendamente enfadado y yo le entiendo. En junio cuando nos den las notas muchos llorarán por sus suspensos sin haber hecho absolutamente nada para remediarlos, qué estúpidos. Luis Ramos, es un profesor tolerante y tranquilo, algo peculiar . Lleva dándome clase desde el año pasado y nunca lo había visto así.- Si no os vais a molestar en hacer los ejercicios, marchaos de mi clase. Ya.
Los que no han hecho la tarea, abandonan la clase murmurando insultos hacia Ramos en voz muy baja para que no les oiga. De los 34 que somos normalmente, nos quedamos 19. Bien. Una clase tranquila.
El profesor continúa con la clase y en un suspiro, suena el timbre. Consulto mi horario y veo que tengo filosofía. Genial. La filosofía se me da bastante bien, así que suelo aprovechar para dibujar mientras escucho a la profesora. Además, como Inés no está, no la tendré haciendo comentarios con su molesta voz chillona y preguntándome qué hago. Esa chica es exasperante. Enseguida llegan los estudiantes que Ramos ha echado quejándose de que es un amargado, un rarito y un flipado.
"Sí insultadle. Eso os va a servir de mucho." pienso sacando mi material de filosofía. Las seis horas de clase se me pasan enseguida. Agradezco al destino porque Inés esté enferma y me deje tranquila. Laura, Isabel, Carla y Alejandra, mis "amigas" van hablando de la fiesta a la que van a ir esta noche. Todos los años a principio de curso hacen una fiesta a la que van los populares y sus amigos.
-Sí, yo voy a llevar un vestido negro super ideal que me compré ayer con unos taconazos de Armani- presume Alejandra trantando de darnos envidia. Hace poco que fue su cumpleaños y su tío rico se los regaló por "sus buenas notas".
-Yo me pondré unos pantalones de cuero que compré con Inés y una blusa roja. Pobrecita que se va a perder la fiesta- se lamenta falsamente Isabel. Sé de buena tinta que se llevan muy mal. Cuando Inés me llama por teléfono, se pasa horas quejándose de que Isabel es una falsa y una pesada que no deja de mandarle Whatsapps y de darle favorito a sus tweets.
-Sí se la va a echar de menos- espeta Carla con una sonrisa que muestra que no se lamenta en absoluto.- Yo cogeré algo del armario de mi hermana, aún no he pensado qué me voy a poner- creo que Carla está obsesionada con su hermana. A menudo nos cuenta lo perfecta que es y lo lista que es, lo guapo que es su nuevo novio,...
-Yo llevaré un vestido rojo así ajustadito- dice Laura. Seguro que el vestido le quedaba tres tallas pequeño y es demasiado corto y escotado. Como veis, tengo unas grandes e inteligentes amigas (Sarcasmo on). En ese momento, me doy cuenta de que me están observando atentamente para saber qué llevaré yo a la fiesta. Mierda. Me han pillado. No pienso ir a la fiesta, así que me devano los sesos buscando una excusa creíble.
-Oh chicas, no puedo ir a la fiesta. Tengo trabajo de canguro con la vecina así que no iré- invento rápidamente. Normalmente, cuido a la hija pequeña de mis vecinos, tienen un hijo mayor al que no he visto en mi vida que al parecer, no pasa mucho tiempo en su casa. Ellas se lo creen y se lamentan falsa y muy exageradamente:
-¡Oh no! ¡Cassie no puedes faltar! ¡Lo siento mucho por ti!- exclama Alejandra.
-Ya, tenía muchas ganas de ir. Bueno me voy por aquí, tengo que pasarme por la librería. Adiós- corto secamente. Me estoy empezando a cansar de estas chicas, aunque llevo cuatro años pensándolo y aquí sigo. Realmente, no voy a ir a la librería pero no me apetece aguantarlas más de lo necesario. Ya es viernes así que tengo más de 48 horas de libertad, y eso me hace sonreír como si fuera tonta. Paso por la tienda de chuches a por mis queridos y amados regalices negros. A la gente no le suelen gustar, son amargos y tienen un sabor extraño, pero yo los adoro.
Llego a casa cantando Seasons de Olly Murs. No me sorprende que la casa esté vacía. Mis padres trabajan en la misma empresa, un Bufete de abogados y pasan la mayor parte del día allí. Yo ya estoy acostumbrada así que caliento un enorme plato de espagueti y me acomodo en el sofá poniendo los deportes. Es el mejor momento del día. Una hora entera de fútbol, fútbol y más fútbol. Hoy no paran de hablar de el partidazo del domingo, Barça- Atlético de Madrid. Yo observo con atención, aunque la verdad es que mi corazón ha sido, es y será siempre del gran Real Madrid. No obstante, a parte de madridista, también soy fan número uno del buen fútbol, y está claro que ese partido estará lleno de buen fútbol con Messi, Neymar, Griezmann, Koke... Ahora llega mi momento favorito, empiezan a debatir sobre el partido Real Madrid- Espanyol. Se me dibuja una enorme sonrisa viendo a Cristiano haciendo sus bicicletas, las delicatessen de Isco, los pases teledirigidos de Kroos y las incansables carreras de Bale a una velocidad asombrosa. La pasada temporada, todos los títulos fueron para el FC Barcelona, así que tengo muchas esperanzas en este Madrid.
Cuando terminan los deportes, me quedo dormida profundamente. Después de tres meses levantándome a las doce del mediodía, se me hace muy duro que me suene el despertador a las siete y veinticuatro.
Disfruto de un dulce y agradable descanso, pero alguien malvado elige ese inoportuno instante para llamar al timbre y despertarme.
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Hey gente!! Aquí os dejo el primer capítulo! Espero que lo hayáis disfrutado y, si lo habéis hecho le deis a la estrellita, no sabéis la ilusión que me hace. Bueno, ¿qué opináis de las "amigas" de Cassie? ¿Y de la actitud de Cassie? ¿Os parece que las va a aguantar o que no? Sé que no hay mucha acción en el capítulo pero es como una presentación de la historia, aun así espero que os haya gustado. Ya me despido hasta el siguiente capítulo, besos a todoss!!!
P.D: Cassie en multimedia.
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Futboleras.
Teen FictionCassie es una adolescente incomprendida de 16 años; su carácter y personalidad son algo peculiares, es solitaria, adora leer y el fútbol es su gran pasión. En esta historia descubriréis sus aventuras y todas las cosas que ocurren en su vida, que esp...