Maldita sea... no logro concentrarme en el estudio despues de aquella conversación via Whatsapp con aquel chico de cabello bonito y sonrisa tonta quien resultaba ser mi novio. Si no fuera por la maldita foto que mi madre le envio hace unas horas mientras me probaba una larga falda negra y un chaleco de hilo blanco, podria entender con facilidad lo que el Código Civil trata de decirme.
- ¿Qué te ocurre? - dijo una chillona voz a mi espalda. Es impresionante como la.situación podia seguir empeorando.
Volteo en la silla giratoria hacia mi cama y alli la veo, con ese par de coletas rubias sobre su cabeza y ese vestido blanco. Nunca lo podre negar, es muy linda la maldita. Con esa cara inocente y esa vocecita. Pero solo yo se que encierra aquel cuerpecito y cuantos problemas me trae al igual que el resto.
- ¿Qué mierda haces aqui?- digo rendida
- Pues te vi tensa y algo molesta y ¡puf! Aquí estoy. Sabes perfectamente cómo funciona esto- se mira las puntas de su cabello atado. Es cierto, me encontraba algo molesta y frustrada tras esa conversación. Detesto cuando tienen razón.
- El es un idiota -digo
-¿Por su opinion sobre tu ropa nueva?
- Ok, la idiota soy yo. No debí haberme comprado esa ropa
- ¡Pero si te veias muy bien con esa ropa!- exclama- hasta la chica de la tienda encontró que la falda te queda espectacular.
- Pero... es diferente a lo usual...
- ¿Eso te dijo el? - me pregunta con suavidad
- Si, ademas dijo que era muy "blondie", y ese comentario me mató - con solo recordarlo me hacia sentir mal.
- Pero querida... es solo un comentario...
- ¡ Pero no me puede decir eso! Sabe que soy insegura respecto a mi apariencia, y que la única opinión que me importa es la de el. Se que soy alternativa para vestirme, solo queria algo más... normal -la pena se nota en mi voz. Mierda.
- ¿Acaso quieres ser normal? - pregunta sorprendida.
- Ambas sabemos que no lo soy -una risa sale de mi garganta- si lo fuera, tu no estarias aqui
- Eso es cierto. Pero quizas seria bueno que nosotros no existieramos ¿verdad? - la miro seria y al segundo desvio la vista - No te averguences de ti. Eres hermosa, y te ves bellisima con tu ropa nueva. Si al imbecil de tu noviecito no la gusta, se perderá esas kilometricas piernas - rio junto a ella por el comentario.
- Tengo que estudiar
- Lo se, y ya te ves mejor - sonrie ampliamente - y oye, no te averguences de ser tu, eres genial.
- Es horrible ser yo - y vuelvo a estar sola en mi cuarto.
Me volteo hacia el escritorio y veo como el Codigo Civil sigue esperando a que logre entender sus artículos sobre la persona.
No pienso devolver la ropa.
El se perderá mis kilometricas piernas.-