Y aquí estoy, por fin lejos de casa. Lo que había en mis charlas anteriores con mis demonios, mi sueño de huir de mi vida y empezar de cero, ocurrió. Fue así, de un momento a otro, sin previo aviso. La planificación que me tardó meses, se fue al traste en unos minutos. Todo comenzó hace una semana exacta. El día transcurrió normal, pero me sentía angustiada, presentía que algo pasaría. Mi madre ya no me hablaba como siempre. Estaba distante, sentida por anda-a-saber-tu-que-cosa, me dejaban comiendo sola en la cocina. Pero eso no me molestaba. Volviendo al Día D, todo comenzó con una discusión entre mis padres. Luego ella me llama a su habitación. Ese sudor en frió recorrió mi columna. Tenia un mal presentimiento.
- Anda, no debe de ser tan malo - me dijo aquel hombre caballeroso. Si el se hizo presente, es porque me sentía muy mal - no haz hecho nada hace meses, no tiene razones para regañarte.- me sonrió y fui.
Eran aproximadamente las 1 de la madrugada. Para resumir un poco las cosas, todo pero todo salió a la luz. Le dije de mis rabias, mis penas y angustias, Por primera vez en muchísimo tiempo fui transparente. Ella solo escuchaba. Lloraba, pero no decía nada. Cerca de las 3 de la madrugada, su voz se hace en la habitación.
- Si quieres, te puedes ir mañana mismo - dijo con la mirada perdida - Ya no puedo retenerte más. Trate de darte todo lo que pude, pero en algo me equivoqué. Mi rol de mamá llega hasta aquí. Yo lo que quiero es tu felicidad, y si tu felicidad no esta aquí, o no la vas atener mientras estés a mi lado, anda y haz tu vida.
Y tras escuchar eso, todo lo que transcurrió en las siguientes horas es como si hubiera sido un sueño. Llame a mi novio, estaba dormido pero contestó. Le conté todo lo que había pasado. No lo podía creer. El sabia de mi plan de escape, y si todo funcionaba, me iba a ir a vivir temporalmente con el a Valparaiso (su universidad esta ahí).
- ¿ Pero tú estás bien? - fue lo primero que me preguntó.
- Si amor, estoy bien. Un poco atontada por lo que ha pasado, pero bien. Iré a hacer las maletas. Tu vuelve a dormir.
- Esta bien. Nos vemos mañana entonces. Cualquier cosa me llamas. Te amo.
- Y yo a ti.
Volví a mi habitación y ahí estaban todos mis demonios esperándome, menos la oscuridad.
- Felicidades pequeña, por fin ocurrió - dijo sonriente la pelirroja.
- Apuesto a que no te lo crees todavía - la voz chillona de la chica con coletas se hizo presente entre risas.
- ¿Pues que quieren que les diga?, esto es tan raro... es como si no fuera real. Son las 4 de la mañana y estoy haciendo mis maletas. No siento miedo, ya no más. Se que mañana sale el bus a las 12 del día, pero no me lo puedo creer aun. Esto... ¡es tan genial!
- ¡ Entonces muévete chica! El tiempo corre y en unas horas va a amanecer. Corre, corre.
Fue difícil hacer los bolsos, había muchas cosas que me quería llevar, pero no podía. Me limité a mi ropa, unos cuantos utensilios de cuidado personal, libros sin leer, y mi herramientas de dibujo. Dormí un par de horas junto a mi mascota. La extrañaría muchísimo. Su calor, su respiración, y sus sonidos extraños de la vejez perruna.
Ya era la hora de partir, mi madre me fue a dejar al terminal de buses. Me abrazó, me deseo suerte, y partí. Mientras viajaba llamé a mi mejor amiga, que también vive en esa ciudad. Casi explota con la noticia, pero estaba feliz por mi.
El chico de pelo bonito me fue a recibir cuando llegó el transporte. Me dio un fuerte abrazo. No lo quería soltar. Seguía asustada, nerviosa, y ansiosa. Ahí me di cuenta, que esto era del todo real.
Desde aquel día que no he visto a mis seres mentales. Tengo menos ganas de fumar y me siento radiante. Ahora estoy en el primer piso de la casa mientras mi novio duerme. Estoy por conseguir un trabajo para poder sobrevivir, ya que acá todo es más caro. Trato de ayudar en lo que puedo aquí en la casa vive otra chica que también es estudiante), ya sea manteniendo el orden o lavando los platos.
Como sea
Estoy feliz :)