Levantarme aquel día fue una verdadera tortura. Primero por que estaba que me moría de sueño por lo mal que había dormido la noche anterior y lo segundo, era que hoy conoceríamos al nuevo profesor de guitarra y la verdad, no estaba de ánimos para conocer a nadie. Lo único que me motivaba era verle la cara de asombro que pondría Frank cuando viera al nuevo profesor. ¿Porqué lo digo?, simple, Frank idolatraba al señor Way –nuestro maestro de guitarra- y cuando nos enteramos de que se había retirado por asuntos familiares, a Frankie solo le faltaba llorar por aquel profesor. A mi, personalmente, no me caía muy bien, se podría decir que era el típico hombre falso e hipócrita. Cada vez que el director del conservatorio se colaba a las clases para ver como eran las actividades dentro de ella, el Sr. Way se colocaba a hacer las clases lo mas "normal" posible –casi nunca hacia clases, exceptuando aquellas en las que estaba el Director-, miraba a su "jefe" y le sonreía con complacencia. Hombre falso. No se como a Frank le encantaba las clases de aquel profesor.
A la bajada del autobús, sentía que mis pies pesaban cada uno 10 kilos. Crucé la calle, sin percatarme siquiera si algún auto venía y quien sabe, me atropellaba, pero no le di importancia. Seguí arrastrando mis pies hasta que atravesé las puertas de la escuela. Segundos después, el timbre sonó para que todos entráramos a nuestras salas. Juro que nunca me había dolido más la cabeza que en aquella oportunidad, la cabeza me bombeaba tan rápido que ni mis pensamientos podía escuchar.
A primera hora me tocaba matemática y como no estaba en condiciones ni físicas, ni psicológicas para asistir a las entretenidas clases de la Sra. , me encaminé a mi "guarida". Dirán que es un tanto estúpido o que suena fantástico -a lo Batman y su guarida secreta-, pero es verdad, yo tengo un tipo de sala oculta –ok no tanto, Josie y Frankie saben de ella, pero no les gusta ir- y que arreglé y modifiqué para cuando pasaran estos percances. Era una salita abandonada y vieja, ubicada detrás del patio central, tapada por arbustos y toda clase de plantas. Nadie se atrevía a acercarse a ese lugar, ni siquiera a entrar, por que la gente que cuida ese lugar –es solo un tonto mito- dice que ahí hace más de 15 años, una estudiante se había matado por no ser correspondida a su maestro de piano –que cursi-. Como verán, yo soy la única que se "atreve" a entrar y a estar casi todos los recreos ahí dentro. La gente es tan ingenua con este tipo de cosas, si alguien le cuenta que X persona se había matado o la habían matado en X parte, ni se inmutan en aparecer en aquel lugar.
Ya una vez adentro me sentí un poco más mejor. Bajé una de esas colchonetas que se ocupaban para educación física y la estiré en el piso. Me recosté y me cubrí por mi abrigo. Ya en mi cabeza tenía todo planeado, diría que había llegado tarde por que debía llevar a mi hermana de urgencia al hospital –inventaría una rara enfermedad- y ya lo otro es pan comido. Apoyé mi cabeza en la mochila y cerré los ojos para ver si por fin podía recuperar el sueño.
Al instante abrí los ojos y ya no estaba en la sala recostada si no todo lo contrario. Me encontraba parada y no se por que motivo me estaba aferrando a mi chaqueta. Comencé a observar a mí alrededor y todo era bosque, millones y millones de árboles y arbustos de hermosos tonos verdes que me rodeaban y se mecían al compás del viento frío que corría. Me safé de mis brazos y trate de caminar, pero me era muy dificultoso, ya que las raíces de aquellos enormes árboles me impedían caminar bien. De pronto, al tratar de cruzar un charco de agua vi mi reflejo, era una completa extraña. Llamo tanto mi atención que me hinqué para poder verle mejor.. Mi rostro se veía algo mayor, más duro y más demacrado. Mi cabello ya no era aquel castaño claro como suelo tenerlo, ahora era de un negro intenso muy marcado. No se por que motivo estiré mi mano y trate de tocarlo y probar que era solo uno de estos tontos sueños, pero me detuve al ver que algo brillaba en mi mano. Era un fino anillo de... de compromiso. Me erguí, aun observando aquella joya en mi mano. En un momento, comencé a escuchar que me llamaban, gritaban mi nombre con desesperación. Sentí susto y comencé a correr, correr hasta que mis pies no dieran más.No se por que razón debía correr, si ni siquiera sabía de que huía. Miré por última vez hacia mis espaldas y divise vagamente otra persona detrás de mí que corría. Una tremenda desesperación me recorrió el cuerpo entero y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. No sabía hacia donde iba, solo corría y corría, hasta que tuve que frenar por que me tope con un barranco. Una ola de angustia me invadió y... y no se, pero salté.
-¡No!. Di un grito ahogado. Las manos me tiritaban y sentí pequeños escalofríos que hacían que mi cuerpo tiritara.
Sueños de este tipo eran las que me aparecían la noche anterior, eran tan vivos y tan reales que llegué a tener miedo por lo real que solían ser. Me paré tambaleando un tanto, tomé el abrigo y me lo coloqué. Miré el reloj de mi celular y ya eran pasadas las 9:30. Casi 2 horas desperdiciadas.
Una vez afuera, cerré bien el candado y comencé a caminar hacia mi salón. Mentir se me hizo fácil, la verdad. Lo único que tuve que decir fue que entré con permiso de uno de los auxiliares y relate el por que había llegado tarde. Lo único que después harían sería avisar a mi madre que había llegado tarde y eso sería. Con mi madre también ya lo tenía solucionado, como me había visto tan mal e la mañana, ya tenía la justificación. ¡Ven!, todo se me hace tan fácil –ok, no todo- pero igual.Al entrar al salón, todos estaban gritando y haciendo travesuras. Eran unos completos niños-grandes. Me senté al lado de Frank, quien no despegaba los ojos de un libro que se había comprado la tarde anterior. Le salude con una palmadita en la espalda y apoye mi cabeza por entre mis brazos para poder descansar.
-¿Qué nos toca ahora? .Pregunté sin levantar la vista.
-¿Qué? .Dijo él. Una de las cosas que odio es repetir las cosas
-Que qué nos toca ahora. Repetí girando la cabeza hacia el para que me oyera mejor.
-Em... ahora deberíamos estar con el nuevo profesor. Dijo de una forma no muy alegre. Reí por lo bajo.- ¿De qué te ríes tanto? .Espetó del mismo modo.
-De nada Sr. enojón. Me miró de una forma no muy amigable pero no me importó. Frank siempre esta de buen o de mal humor.- despiértame si llega. Dije y volví a la misma posición en la que me encontraba.
Creo que pasaron cerca de 10 o 15 minutos y todavía nadie llegaba, había determinado de que nadie en Los Ángeles era lo suficientemente capaz de ser profesor de guitarra, y menos de un prestigiado colegio, como lo era este –a mi me da lo mismo-. Pero todo se me vino abajo cuando sentí que todos se quedaban callados, muy callados. Frank comenzó a moverme el hombro.
-Ya lo se Frank. Dije con la voz un poco ronca-Mira. Dijo él sin despegar la vista desde la entrada. Le seguí la mirada y creo que coloque igual o peor cara que Frank.
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Extraordinary Girl || Billie Joe Armstrong
FanfictionLas cosas SIEMPRE pasan por algo, eso decía mi madre; "si haz cometido un error, de los errores se aprende, cariño". Aún recuerdo su voz y su gracia forma de tratarnos a mi y a Nick con tanto cuidado. Para ese entonces, yo solo era una niñ...