Epílogo

630 58 3
                                    

Seis años han pasado desde aquel momento, donde mi vida cambiaba para siempre por dos razones, empezando por mi casamiento con Josh y terminando con el nacimiento de mi primera hija, Hope. Pero el destino tenía más sorpresas para mí, hace un año volvimos a tener otro hijo, Evan.

Hoy me encuentro sentada en la cama de la cabaña, donde hace casi una década volví para encontrarme a mi misma después de haber sufrido tanto. Había pasado tanto tiempo aquí adentro pensando tanto sombre mi vida y en como ella había sido tan dura conmigo, que ahora tenía que más para agradecerle que para reprocharle.

Cuando llegué aquí no tenía una idea clara de lo que iba a hacer. Había venido prácticamente con nada y pensaba irme igual. Pero por suerte volví a encontrarme con Josh. Si bien en un principio pensaba que lo iba a encontrar acá, con el tiempo ese pensamiento se fue yendo hasta el punto que no creía ni en la más remota idea de cruzármelo ni de lejos. Fue justo cuando él se apareció en mi camino mientras se desataba una tormenta.

Ahora, con un poco más de pasado encima, me doy cuenta de que Josh siempre a estado ahí conmigo en las tormentas, que él me ha ayudado siempre, estando o no estando presente físicamente conmigo.

Él no lo sabe, pero yo le debo mi vida entera.

Él en poco tiempo había logrado lo que mucho en mucho tiempo no, cambiar mi mundo por completo.

Estoy tan enamorada de este hombre que ni en un millón de años se me pasaría lo que siento por él.

Y después están mis hijos: Hope y Evan.

Si mi vida ya era perfecta estando al lado de Josh, ellos la han hecho aún más perfecta, si es eso posible.

Hope con sus 6 años, ha hecho suyo el significado de su nombre. Verla jugar, correr y disfrutar de cada momento es bellísimo. No me canso de verla, para mí, es la viva imagen de la esperanza.

Y Evan que es puro amor. Me llena de alegría cuando con su mirada recorre todo el lugar, curioso, y por momentos, se conecta con la mía. Es simplemente un momento mágico. Me pregunto todo el tiempo que estará pasando por su mente cuando me ve. Disfruto de verlo todo él tiempo. Y cuando esta con Josh, simplemente se vuelve el cuadro perfecto.

En estos momentos Josh está afuera con Hope, con Josh decidimos pasar las vacaciones de invierno aquí, ella ha insistido tanto en salir a jugar en la nieve que Josh tuvo que salir con ella. Yo estoy adentro con Evan, que a despertado y reclama que lo alce. Así lo hago y, después de plantarle un beso en la frente, lo llevo a la ventana para ver a Josh y Hope jugar, sonrío al instante de verlos.

Josh se rescata de mi presencia y mira hacía donde estoy yo, tiene nieve por todas partes, aún así se ve hermoso, una sonrisa aún más grande que la que tenía se dibuja en su rostro en cuando me ve a mí y a Evan en la ventana, me lanza un beso y con la mano le hace señas a Hope para entrar a la cabaña.

-Yo quería seguir jugando con la nieve, papá- dice Hope en cuanto entra a la cabaña refunfuñando. Me da risa solo de verla con todos los pelos revueltos y con nieve.

-Ya es tarde cielo, está empezando a hacer más frío que antes y es mejor estar adentro- le contesta Josh mientras la ayuda a sacarse los abrigos- Iré a preparar chocolate caliente, ¿quieres?- pregunta Josh animado. Una sonrisa se asoma en el rostro de Hope y entusiasmada responde que si- en un momento vengo- le informa Josh a nuestra hija mientras va hacia la cocina, mientras ella, después de saludarme con un dulce beso en la mejilla, sube a la que es su habítación por estos momentos a, supongo yo, jugar un rato más.

-Yo también quiero chocolate caliente- le digo a Josh entrando a la cocina detrás de él con Evan en brazos, se da la vuelta y me besa- Hola- digo cuando nos separamos apenas unos centímetros.

-Hola cariño- dice volviéndome a besar- Hola Evan- lo saluda besándole la frente- ahora te preparo uno amor.

-¿Se divirtieron mucho allí afuera?- pregunto cuando él se vuelve para hacer el chocolate.

-Sí- responde él con una sonrisa- Hope no para ni un minuto, habíamos hecho una guerra de nieve y me derribó a los pocos minutos- cuanta riendo- es hermosa.

-Lo sé- sonrió. Me siento en la mesa que está aquí y a Evan lo siento en mi regazo, no tarde en agarrar algo y ponerse a jugar.

-¿Y tu como la pasaste aquí con Evan? Pensé que ibas a salir un rato con nosotros cuando él se durmiera, ¿no lo hizo?- pregunta mientras deja una taza de chocolate caliente delante de mí lejos del alcance de Evan.

-Oh sí, sí durmió, sólo que me quede escribiendo un poco y el tiempo se me pasó volando, cuando me quise dar cuenta él ya estaba despierto reclamando mi presencia- sonrío y le planto un beso en la cabezita abrazándolo- te amo bebé- le susurro al oído.

-Iré a llevarle esto a la habitación a Hope y vuelvo- dice Josh y cuando pasa cerca de mi me besa la cabeza tal y como yo hice con Evan- Te amo- me dice alejándose.

-Yo también te amo- le contesto antes de que se pierda por las escaleras.

Por la noche, después de haber terminado de acostar a Hope en su habitación y a Evan en la cuna, Johs se acuesta al lado mío, como todas las noches.

-¿Ya te dije que te amo?- Su pregunta me hace reír y asiento con la cabeza- porque no me molestaría decírtelo de nuevo, te amo.

Nuestras frentes se juntan y por un momento creo que me besará, pero no lo hace, simplemente mi mira y yo a él. Con mi mirada recorro todo su rostro hasta llegar a sus ojos en donde nuestras miradas se juntan. Aún así, con la poca luz que entra por la ventana gracia la luna, puedo ver sus hermosos ojos, y puedo ver lo que dicen, y sé con total seguridad que lo que sus labios pronuncian él lo siente profundamente, tanto como yo.

-Te amo- digo en apenas un audible susurro, que es necesario para que él escuche- no sabes cuánto te amo. Me has dado todo lo que necesito y más. Nunca podría estar tan agradecida con la vida por haberte cruzado en mi camino aquel día, cuando estaba destruida por dentro y no tenía ni una pizca de esperanza en esta vida, no sabía que te necesitaba tanto hasta que te fuiste después de aquel encentro, cuando la tormenta nos atrapo a ambos. Después de eso pensé que todo se había acabado entro nosotros para siempre, y pensé que tendría que vivir con ese dolor, hasta que te apareciste en el hospital y me demostrarte que nunca más te irías de mi lado. Y nunca lo hiciste. HIciste que la esperanza volviera a mi aquel día, y que se quedara en mi para siempre, como tú- estoy al borde de las lágrimas, pero no me importa, porque sé que son de emoción puramente- te amo tanto. - sin darle oportunidad a que diga algo, le planto un beso en los labios, sellando para siempre mi amor por él.

-Jen- dice él cuando nos separamos un poco- no me alcanzarían las palabras para decirte todo lo que siento por ti, sólo alcanzarían para reforzar lo que tú has dicho. Sólo faltaría decirte, nunca dudes de mi amor por ti, porque siempre ha permanecido ahí, en mi corazón, aún cuando no estábamos juntos. Nunca podría irme de tu lado, no podría soportarlo, menos ahora que tenemos a esos dos hermosos hijos- sonríe- te amo y nunca me voy a cansar de decírtelo.- nos besamos sin más, con amor, con pasión, con dulzura y ternura.

Él es el hombre más perfecto de este mundo, y es sólo mío. Nunca voy a dejar de amarlo, como ahora sé que él nunca dejará de amarme.

Me siento mucho más fuerte que antes.

Sé que la vida no es facíl, porque si así lo fuera no seria vida en realidad.

Sé que no puedo elegir entre ser o no lastimada en esta vida, es algo que no está a mi alcance, ni el de ninguna persona.

Mi pasado no es el mejor de todos, pero he aprendido a lo largo de los años a vivir con él, he aprendido a sacarle provecho tomándolo como ejemplo para demostrarme que las cosas pueden mejorar por más oscuro que haya estado. Por que así es. Las cosas pueden mejorar, siempre pueden, mientras haya esperanza.

FIN.


Invierno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora