Capítulo 8.

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 Tres años después...

No podía creer que el día por fin había llegado. Estaba tan ansiosa y nerviosa que no podía conmigo. Faltaba apenas 4 horas para que todo comenzara y, mientras me preparaba para el día más importante de mi vida, parecía que las horas iban pasando al ritmo de una tortuga vieja.

Estaba en la cabaña con Jena, ahora ella era mi mejor amiga en este mundo, y estaba tan agradecida de que estuviera hoy conmigo apoyándome en esto.

Se suponía que no deberíamos estar aquí, pero, le insistí tanto que al final se rindió y decidió acompañarme, según ella porque de todas formas no quería estar presente cuando todos se enteraran de mi desaparición repentina. Quería venir a la cabaña aunque ya no la estamos ocupando, era tan importante para mí este lugar, que no podía no venir el día más importante de mi vida.

-Estoy tan orgullosa de ti, amiga- la escucho decir detrás de mí. Estaba contemplando la nieve que caía afuera y me había perdido en mis pensamientos, no noté cuando volvió a entrar a la cabaña. Me vuelvo hacía ella con una sonrisa y la abrazo, estoy tan feliz de que este conmigo, nunca podría agradecérselo- Estas bellísima- dijo alejándose un poco de mi y contemplando el vestido blanco que llevaba puesto- Se le doblaran las rodillas cuando te vea entrar, estoy segura- ambas reímos.

-Asegúrate de que Sam esté ahí para sostenerlo entonces- dije animada- Tu también te ves genial- Jena llevaba un vestido color azul marino largo, un poco apretado en la parte de arriba pero suelto y con una caída simple abajo.

-Gracias- dijo sin más- Jen, creo que deberíamos volver, Rose debe estar preguntando por mi y se darán cuenta de que no estamos.

-Está bien- Dije rendida- solo deja que tome algo de arriba y vamos.

Subí las escaleras y llegué hasta la última habitación del pasillo. Saque la lleve que tenía escondida entre los pliegues de mi vestido y entré. La habitación era pequeña pero justa para lo que había guardado ahí, lo tome y salí rápido para evitar romper en llanto y arruinar todo el maquillaje.

Cuando baje Jena ya estaba en el auto esperándome afuera, así que, por última vez, me asegure de que todo estuviera bien y salí cerrando con llave y corriendo hasta el auto, el frío te congelaba.

-Todavía no puedo creer que decidieran hacer esto en invierno, existe estaciones más linda para estas cosas, ¿sabes? Como la primavera, o el verano, incluso el otoño es mejor.

-Esas estaciones son lindas, pero no especiales para nosotros, el invierno sí.

Ella solo soltó una risa y se dedico a conducir todo el camino de regreso.

Cuando llegamos al lugar, parecía que nadie se había percatado de que no estábamos, al parecer todos estaban tan alterados acomodando esto y aquello por todo el lugar, que preocuparse por donde me había metido no era tan importante por el momento.

Temía que al entrar por la puerta principal Josh me viera, ya saben, las típicas cosas que te dicen que no tienes que hacer en estos casos sino traerán mala suerte, así que me escabullí por la parte de atrás hasta llegar a donde se suponía que tenía que estar. Solté un suspiro de alivio al entrar y comprobar que nadie estaba allí dentro esperándome, porque siempre hay alguien.

Jena entró por la puerta principal, así que nos despedimos por un rato, lo último que se de ella es que fue a ver a Rose y que dentro de un rato pasaría por donde estoy yo.

Me tome un momento para contemplar mi reflejo en el espejo. A decir verdad, no podía creer todavía que este día había llegado. Hace un año atrás este momento parecía tan lejano, y ahora solo estoy a dos horas de la gran decisión.

Los nervios por fin me dieron un respiro y me sentía más aliviada y feliz que antes. No tenía idea de cuan feliz se podía estar, nada arruinaría este día.

Quedaba solo una hora para el gran momento, me sorprendía que los nervios no hayan vuelto a mí, mejor así.

Jena no había venido todavía por aquí, supuse que estaría con Rose, esa niña a crecido tanto, es tan preciosa y alegre, todos los días que me ve me da las gracias por lo sucedido en el parque aquella vez, dice que soy su ángel guardián, me llena de alegría.

No tengo celular así que tengo que conformarme con saber la hora con el reloj que está en la pared. Cuando veo que se ha hecho la hora, espero a que alguien venga por mí, cuando recuerdo que esto iba a hacerlo solo por decisión mía. Agarro el ramo de flores y contemplo por última vez mi aspecto en el espejo, salgo de la habitación deseando que ese bendito reloj tenga bien la hora.

Cuando estoy por bajar las escaleras, escucho la típica música que ponen en estos eventos, dejo escapar otro suspiro de alivio. Las cosas están saliendo bien.

Cuando estoy a solo unos cuando pasos del lugar donde me esperan todas aquellas personas que quiero y siempre estuvieron a mi lado en los mejores y peores momentos, me detengo en seco y cierro los ojos, me obligo a recordar porque estoy haciendo esto y que es lo que me espera después: porque lo amo y una vida llena de felicidad nos espera.

Abro mis ojos y con una enorme sonrisa, hago mí recorrido hacia el altar, donde me espera el hombre más hermoso que siempre ha amado: Josh.

Tengo mi mirada fija en él, está parado allí con un elegante traje negro y sus manos adelante y bien peinado. Me repito una y mil veces cuando lo amo.

Cuando estoy a su lado veo el brillo que tiene sus ojos, y sé que yo también debo tenerlo. Él toma una de mis manos y juntos nos ponemos en frente del padre para que la ceremonia de inicio correctamente.

El padre lleva hablando un largo rato, pero para ser sincera no le estado prestando mucha atención. Vuelvo a la realidad cuando él hace la pregunta obligatoria, a lo que yo respondo con el Sí más sincero y lleno de amor que di en mi vida. Josh también responde que si. Estamos a punto de besarnos cuando la cosa se pone tensa. 


Invierno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora