친구

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«(Amigo)»

Aquí me encontraba de nuevo. Acostada en la camilla del hospital. Sin poder mover ni una sola parte del cuerpo. Únicamente podía parpadear. Abrir y cerrar los ojos. Llevaba más de dos meses hospitalizada. Estaba en estado vegetal, debido a una embolia cerebral.

Mis padres venían todos los días a visitarme. Cuánto quisiera poder responder a sus palabras.

Una tía ha intentado convencer a mi madre para que me desconecten y por fin pueda descansar, pero mamá jamás ha aceptado. Aún tiene esperanzas de que me pueda recuperar. Ella está dispuesta a esperar el tiempo suficiente para tenerme de vuelta en casa y regañarme por no hacer mis deberes.

Cuánto extrañaba mi antigua vida.

Aunque no tuviera amigos y siempre fuera la excluida, prefería mil veces ser la chica "emo" que ser la chica inservible. Porque eso era. No tenía más caso seguir conectada a un montón de cables, si jamás me iba a recuperar.

Soy un poco pesimista.

A parte de mis padres -y doctores y enfermeras-, tenía dos visitas más. Mi prima; ella era como una hermana. Lo único que hacía al visitarme, era contarme anécdotas divertidas para hacerme sentir mejor; quizá. Pero al final de sus historias, terminaba llorando a un lado de mi camilla.

Mi otra visita, era un chico que estaba en "práctica". Me encantaba que me atendiera. Todos los días llevaba su guitarra y me cantaba una canción diferente. Aún recuerdo la primera vez que me visitó.

Deslizaron la puerta, provocando un ruido horrible. Espero algún día puedan arreglar eso.

Abrí los ojos y esperé atenta a que la persona entrara. Quizá serían mis padres o mi prima. Mis únicas visitas del mes de Julio.

Una melena negra se azomó, el chico levantó la cabeza y sonrió nervioso.

"Perdón", murmuró entrando por completo. "Soy nuevo, estoy en práctica. La verdad no sé cómo es que deba tratarte, soy algo torpe, pero, quiero cantarte una canción", rascó su cabeza y volvió a salir del cuarto.

Segundos después, regresó con una guitarra bastante bonita.

"Mi nombre es Park Chanyeol", se presentó, "sé que el tuyo es Lee Min Ah y que tienes 23 años", sonrió. "Somos de la misma edad".

Parpadeé. Quería decirle que era un gusto conocerlo y lo guapo que era, porque sí; era guapísimo. Sus ojos eran color avellana, su sonrisa perfecta, su cabello estaba levemente alborotado y brillaba. Jamás había conocido a alguien tan lindo como él. Ni los capitanes del equipo de fútbol del colegio eran tan perfectos.

"Hm, bueno", rascó su nariz. "Ésta canción siempre me hace sentir bien. Es de una de mis películas favoritas", dijo y comenzó a afinar la guitarra.

Unos pocos acordes y supe qué canción era.

"Yo soy tu amigo fiel, yo soy tu amigo fiel", cerró los ojos, "y si un día, tú te encuentras, lejos muy lejos de tu lindo hogar, cierra los ojos y recuerda que... Yo soy tu amigo fiel...", cantó hasta el final.

Ese tal Chanyeol no podía ser más lindo.

Terminó de cantar y volvió a sonreír, "con esto te quiero pedir que seamos amigos", me miró. Parpadeé. "Oficialmente somos amigos", rió y se sonrojó. "Estaré muy seguido por aquí, espero no incomodarte. Ahora tengo que irme, mi pequeño hermano está enfermo y tengo que cuidar de él", agachó la cabeza.

"Ya sabes, no es que no quiera seguir contigo. Pero la familia siempre es primero", tenía razón. "Bueno, nos veremos después, mañana, tal vez. Los Domingos no estoy en práctica, pero todos los otros 6 días estaré contigo. Adiós Min", hizo una reverencia en forma de despedida y salió por la vieja puerta.

Adiós, amigo.

LIKE AN ANGEL | CYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora