작별 인사

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«(Adiós)»

Visitaba a Baek dos veces al mes; limpiaba su lápida y le llevaba flores. Taehyung me acompañaba. Platicamos hasta el punto en el que terminamos siendo bastante cercanos. La partida de un mejor amigo y un hermano fue difícil de superar, pero entre los dos supimos apoyarnos para salir adelante.

Tae era más débil; lloraba en todas las visitas mientras me contaba anécdotas de cuando eran pequeños. De esa forma, terminaba derramando lágrimas junto a él. Sonreía también, al imaginar todas las ocurrencias que les metían en problemas.

"Nos vemos dentro de dos semanas, Min", me dio un pequeño abrazo y agitó su mano de lado a lado.

"Anda con cuidado, Tae", esperé a que subiera al bus para caminar en dirección a mi casa.

Tengo que decirlo, no me gustan las despedidas. Sin duda alguna, la palabra adiós se encontraba en mi lista de "palabras odiadas" ubicada en el número uno.

"Min", tocaron mi hombro haciéndome saltar.

Giré mientras tomaba mi pecho y suspiré al verle, tan bello como siempre, "Yeol", sonreí. "Hola", me puse de puntillas para besar su mejilla.

"Hola", cerró los ojos y tomó mi mano. "Estuve esperando por ti desde hace un par de horas", comenzó a caminar en dirección contraria a mi hogar.

"P-pero ya sabes que hoy voy a visitar a Baek junto a Tae y siempre llego a esta hora...", miré a mi alrededor. "¿A dónde vamos?".

"¿Puedo invitarte una taza de café?".

"¿Por qué? ¿Ocurre algo?".

"Sólo... necesito hablar contigo", me tensé. Yeol acarició el dorso de mi mano con su pulgar, "no es nada grave, creo...", murmuró. "Tranquila".

Dejé salir un poco de aire contenido y asentí.

Chanyeol me preguntó cómo había estado la visita, le conté todo y sin darme cuenta ya estábamos tomando asiento en una de las mesas del café. Un joven se acercó, ordenamos y nos quedamos en silencio hasta que aclaré mi garganta.

"Y bien...", vi a una pareja riendo a metros de nosotros. Lindo.

"Min, quiero... pedirte algo", la voz rasposa de Yeol, llamó mi atención.

"¿Qué ocurre?", junté los labios.

"Un médico reconocido estuvo vigilándome desde lejos durante todo mi tiempo de prácticas en hospitales y el día de ayer me habló para felicitarme por mi avance", agachó la cabeza.

"¡Eso es excelente!", exclamé asintiendo hacia el joven que había traído nuestros pedidos.

"¿Tú crees?", me miró.

Volví a asentir, "por supuesto que sí. Tu sueño es ser un gran médico, salvar la vida de muchas personas, es tan genial, pero, aún no entiendo qué era lo que querías pedirme", di un sorbo a mi café.

"Espera por mí", soltó mirándome a los ojos. ¿Qué? Casi escupía mi bebida. "¿Qué pasó?", se levantó de su asiento.

"Está... caliente", abaniqué las manos frente a mi boca.

"Min, por favor espera por mí", repitió volviendo a su lugar.

"Y-yo... no entiendo".

"El médico no sólo se acercó a mí para felicitarme... sino también para ofrecerme un trabajo...", lamió sus labios. Iba a felicitarle, pero volvió a hablar, "en el extranjero".

"En el extranjero", esa frase resonó en mi cabeza.

"¿Cuándo...?", murmuré.

"Me iré en un par de días, en lo que empaco mis cosas y-".

"¿Vi-virás allá?", le interrumpí.

"Tengo que, no puedo salir de ese país para venir a lavarme los dientes o algo", bromeó sonriendo de lado. "Me mantendré bastante ocupado...", volvió a la seriedad mientras rebuscaba algo en el bolsillo de su abrigo. "Es por eso que te pido que...", tomó mi mano y colocó algo en mi dedo anular, "esperes por mí".

Miré mi mano y me cubrí la boca al instante para no gritar. Un hermoso anillo de compromiso la adornaba. Lo veía y no le creía.

"Perdón si no es el más caro o grande, pero aún no tengo el dinero suficiente para darme esos lujos... Sé que ni siquiera te había pedido que fuéramos novios, pero-".

Me levanté de mi lugar y le abracé con fuerza. Sentí mis mejillas humedecerse. "Esperaré el tiempo que sea necesario para estar a tu lado".

Yeol me devolvió el abrazo, "cinco años", asentí dudosa. "Gracias, Min", suspiró contra mi cabello.

3 días después.

Corrí como pude hasta la puerta por donde mi chico pasaría para abordar el avión. Me tomé el pecho cuando le vi entregando su boleto a una bonita aeromoza, "¡Park Chanyeol!", grité tan fuerte como pude.

Movió su cabeza en todas las direcciones hasta que dio conmigo. Sonrió en grande alzando sus orejas, elevó las manos y las agitó en lo alto, adiós, Lee Min Ah!".

Y eso fue lo último que escuché antes de que pasara las puertas.

Sigo odiando esa palabra...




después de mil años, regresé para darle fin a la historia, gracias por sus votos, comentarios y leídas, lo aprecio bastante<3
espero que les haya gustado tanto la trama, como me gustó a mí, es la primera que escribo con un tema serio, ajre, nuevamente gracias por todo<3 y espero leerlas pronto~
aún falta el epílogo (:

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