LIKE AN ANGEL | CY

천사

«(Ángel)»

Seis años después.

Dos años sin saber cosa alguna de mi prometido, Park Chanyeol. Han pasado seis desde que se fue y en el cuarto, él dejó de responder a mis mensajes, llamadas e incluso ignoraba las cartas que de vez en cuando le enviaba.

Estaba preocupada, triste y estresada. Pensaba... ¿y si ya no regresa? ¿Está bien? ¿Se olvidó de mí y del anillo? ¿En dónde está el Chanyeol tierno y atento del que me enamoré tiempo atrás? Y muchas otras preguntas más, las cuales aún no tenían respuesta.

Ahora era una psicóloga reconocida en Seúl. Mi estado de ánimo en los últimos meses, me impedía atender y aconsejar de manera adecuada a los pacientes, así que decidí tomarme unas vacaciones, pues si continuaba así, podría volver a enfermarme.

Lamentablemente, tomé mi descanso muy tarde. Me encontraba tan mal, que me desmayé al estar despidiéndome de mi último paciente antes del break. Con los problemas que había tenido, jamás iba a poder ser una mujer totalmente sana.

Abrí los ojos, de vuelta al hospital.

Olor a medicina, batas, sangre, guantes de látex, alcohol, comida asquerosa. Ugh.

"¡Min!", Tae apareció de la nada. "Esta vez despertaste antes de la semana", bromeó, reí leve. "Espero no te moleste que te haya quitado el anillo, tus dedos se ensancharon un poco mientras dormías y la cosa esa te estaba poniendo el anular de un color morado feo", arrugó la nariz. "El Doctor dijo que podría estancarse la sangre y habría una posibilidad de que te lo cortaran si no te lo sacaba".

"No hay problema, gracias", Taehyung hablaba mucho. Sonreí con nostalgia, "de cualquier manera, pienso nunca más volver a usarlo... me hace daño".

"Pero, ¿qué dices? Debes portarlo hasta que llegue el orejón y lo sustituya por la sortija de matrimonio, la real, la legítima".

"No creo que pueda seguir esperando por él".

"Pero le dijiste qu-".

"Sé lo que dije", le interrumpí. "Pero no puedo vivir así... Estoy tan... ¡ah!", tomé mi cabello. "Taehyung, dime que tú sabes algo sobre él".

Negó con la cabeza mordiéndose los labios.

"Estás mintiendo", entrecerré los ojos.

"N-no, ¿por que lo dices?".

"Mordiste tus labios", le señalé. Taehyung se cubrió la boca con las manos. "¿Por qué dejó de hablar conmigo?", me levanté de la camilla y le tomé por el cuello de su camisa, sin fuerza, sólo quería intentar verme temible.

"Él...", pasó saliva, "tuvo un accidente".

"¿Qué? ¿Qué accidente?", abrí los ojos, preocupada. "¿Qué ocurrió con él?".

"Se le cayó el móvil al escusado y perdió todos sus contactos. Su jefe le pidió moverse de domicilio para que dejara de llegar tan tarde al trabajo y por eso no pudo recibir tus cartas", jamás había querido golpear tan fuerte a alguien en mi vida.

"Me asustaste, tonto".

"Tonto es el que-".

"Sí, ajá, -tonto es el que hace tonterías-, ya me la sé", rodé los ojos. "¿Por qué no te pidió mi número si ha hablado contigo?".

"Le daba pena", rió.

"Taehyung, esto es serio. ¿Sabes lo mal que me encontraba porque él no respondía a mis llamados? Y tú aquí, haciéndome bromitas".