El demonio que fui

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No está bien mentir desde pequeño lo sé...

Odio las mentiras y a las personas que mienten, por lo tanto odio mentir. Aunque no siempre fue de esta manera... en el pasado yo también fui un mentiroso; no fui una simple persona que le gustaba mentir, no... era peor.

Comencé con una simple mentira, sin saber que era una mentira, cuando ya era consciente de lo que es falso y lo que es real continúe mintiendo hasta convertirme en un mounstro de la mentira. Lo curioso de todo esto es como una simple mentira por más tonta que fuera puede creérsela por lo menos una persona eso era lo que más gusto me daba, engañar a otros tan fácilmente era todo un placer.

Podía controlar los pensamientos y acciones de las personas, incluso sus sentimientos sin siquiera tener que tocarles, me sentía como un dios que todo lo podía controlar, las amistades, las calificaciones, la perspectiva de las personas, todo esto con simples mentiras no me lo podía creer, estaba demasiado obsesionado con todo esto que no parecía que mis mentiras llegaran a detenerse algún día, cuantas veces hice que rumores se expandieran y con ello lastime a alguien, cuantas veces me beneficiaba de las mentiras para justificar mis acciones y reducir mis obligaciones, lo que estaba teniendo era una vida fácil, cómoda y divertida.

Llegue incluso a ser la causa de que golpearan a la chica más solitaria del salón, pero aun sabiendo esto, que mis mentiras habían llegado muy lejos que estaba afectando a otros, no podía evitar el sentirme satisfecho, el sentirme superior era demasiado bueno para mí. Las mentiras me llevaron al borde de la locura supongo.

Hasta que... me vi afectado por una mentira mía, fue entonces cuando mi mundo se desmorono... reaccione y me di cuenta que ya no era como un dios ni como un ángel, era un demonio, lo que estaba haciendo, lo que hice a los demás y a mí mismo, no podía borrarlo todo, era irremediable, el daño ya estaba más que hecho. Me vi obligado dejar todo y volver a comenzar, la única forma de remediar mi pasado era odiando lo que me destruyo. Es por ello que no importa si es pequeña o grande, no puedo evitar odiar a las mentiras y a las personas que mienten.

Nunca volveré a mentir de ninguna manera, mucho menos de la forma en la que lo hacía en el pasado... y si yo pude salvarme gracias a una persona... eso no significa que yo salvare a alguien también, estoy agradecido sí, pero no puedo salvar a alguien que esta tan hundido en esas mentiras que tanto odio como las de esa chica de la falsa sonrisa, aunque quiera ayudarla no puedo... porque no puedo dejar de odiar las mentiras. 

Mi falsa sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora